Segundo round para salvar el Nafta: Negociadores se reúnen en México

DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)

Ciudad de México/Washington. - México y Canadá volverán a sentarse el viernes a negociar con Estados Unidos la supervivencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre nuevas amenazas del presidente Donald Trump de darle sepultura.

En Ciudad de México se hará, durante cinco días, la segunda ronda de revisión del Nafta, un proceso que en principio se extenderá al menos hasta fin de año.
Trump amenaza desde hace meses con sacar a Estados Unidos del tratado si no considera favorable para este el resultado de la renegociación.
Y en dos ocasiones en menos de una semana sacó el garrote en los últimos días contra el Nafta (TLCAN, por sus siglas en español), en un posible intento de ejercer presión sobre México y Canadá en vísperas de retomar negociaciones entre el 1 y el 5 de septiembre.
"Estamos en proceso de renegociación del Nafta (el peor acuerdo comercial que se haya hecho) con México & Canadá. Los dos están siendo muy difíciles. ¿Tendremos que ponerle fin?", tuiteó Trump el domingo. México le respondió que no negociará por las redes sociales.
Cinco días antes Trump ya había mencionado que "probablemente" su país dejaría el acuerdo, al hablar ante simpatizantes en un mitin en Phoenix, Arizona, que por su carácter fronterizo es uno de los estados que más se ha beneficiado del tratado.
No es la primera vez -ni será la última- que Trump se muestra escéptico. Sin embargo, ahora lo hace en pleno proceso de revisión, algo que necesariamente enrarece el ambiente.
El jefe de la Casa Blanca forzó a sus socios a negociar argumentando que el Nafta es culpable del déficit de 64.000 millones de dólares de su país con México y de la pérdida de 700.000 empleos en Estados Unidos. Y lo hizo con la amenaza de poner fin al pacto si no queda satisfecho.
"Lo relevante es que, más allá de sus declaraciones, Estados Unidos está negociando. Está negociando y lo está haciendo de una manera clara", dijo el ministro de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, después de Phoenix.
Para el jefe de la diplomacia mexicana las declaraciones de Trump son "estrategia de negociación" y una especie de guiño a su base política, que lo aplaude cada vez que amenaza con irse del Nafta si sigue el trato "injusto" hacia Estados Unidos.
Lo mismo opinan analistas en Washington, que indican que intenta demostrar que está cumpliendo su retórica de campaña contra el libre comercio pero intentará no arriesgar la relación económica con México y no alienar a la comunidad empresarial que se vería afectada por una reforma radical del tratado.
Pero nada está descartado con Trump. Y el futuro del Nafta se mantendrá bajo signo de interrogación hasta que haya un acuerdo.
México, que dirige el 80 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos, dice que tiene un Plan B para el caso de que Trump opte por irse. No ha revelado detalles, pero ha estado buscando acuerdos con otras regiones como la Unión Europea, Argentina y Brasil.
"Cualquier negociación tiene que iniciar con la certeza de que si se llega a una situación no deseada de inviabilidad tienes que tener alternativas", dijo el ministro de Economía de México, Ildefonso Guajardo.
"El que se sienta a una mesa a negociar sin alternativa, simplemente se arriesga a que le pongan condiciones", añadió. Quizás a eso se refería Trump cuando decía que sus contrapartes se estaban poniendo "difíciles".
Las posturas chocan en temas como la exigencia de Washington de eliminar el capítulo 19 del Nafta, que establece un mecanismo trilateral para resolver controversias, o de hacer más estrictas las reglas de origen, que establecen cuánto contenido regional debe tener un producto fabricado en América del Norte.
Al terminar la primera ronda de renegociación en Washington -del 16 al 20 de agosto- se acordó llevar adelante un calendario acelerado de revisión y se reveló que hubo un pacto de confidencialidad: nadie puede hacer públicos los documentos y propuestas de las otras partes.
Después de su cita en México, los negociadores volverán a la mesa este mismo mes en Canadá para la tercera ronda.
Los tiempos apremian para lograr un acuerdo antes de que México se embarque en el proceso para las elecciones generales de julio de 2018 y Estados Unidos en las intermedias de noviembre de ese año. El ambiente electoral puede contaminar y hacer más difícil el proceso.


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