Sergio Ramírez:Cervantes trajo la lengua y Darío la devolvió renovada

DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)

Managua. – “Si el Quijote trajo a América la lengua castellana, fue el poeta Rubén Darío quien la devolvió años después, renovada”, afirma con certeza el escritor nicaragüense Sergio Ramírez a pocos días de recibir el Madrid el Premio de Literatura Miguel de Cervantes.

“La lengua de Cervantes llegó a Centroamérica con los primeros ejemplares del ‘El Quijote’ y volvió a España renovada, con los primeros ejemplares de ‘Azul’”, dice Ramírez (Masatepe, 1942) en entrevista con dpa en su casa de Managua, antes de viajar a España.

Y es precisamente esa fusión literaria el eje central del discurso que el laureado autor de "Sara" pronunciará el próximo lunes, cuando reciba el máximo galardón de las letras españolas en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, al norte de Madrid.

“La renovación de la lengua castellana pasa por la irrupción de Darío en la península, en ese viaje de ida y vuelta” entre el español nacido en 1547 y el nicaragüense precursor del modernismo, que vino al mundo tres siglos después, añade Ramírez, que hace cinco meses le dio a Centroamérica su primer Cervantes.

Sergio Ramírez leyó por primera vez “El Quijote” a los 14 años, alentado por su madre que era también su profesora de literatura en el colegio. Seis décadas más tarde, lo despertó una llamada desde Madrid para avisarle que había ganado el Premio Cervantes.

Desde ese 16 de noviembre de 2017, su vida se trastocó. Y aunque dice que quejarse “es de mal gusto”, el autor de “Margarita está linda la mar”, premio Alfaguara 1998, revela que tal distinción “trae fatigas y ocupaciones distintas de la escritura”.

“No he vuelto a escribir nada más que mis artículos de prensa desde ese día”, comenta con pesar. Al Cervantes se le sumó la aparición de su más reciente novela, “Ya nadie llora por mí”, que ya presentó en Colombia, Ecuador, Guatemala, El Salvador y Costa Rica, y que le falta presentar en Argentina y México.

Ex vicepresidente durante la revolución sandinista (1979-1990), Ramírez no siente que el premio literario lo haya cambiado. “Sólo la fatuidad puede cambiar a alguien, decir tomo distancia y no me dejo ver... ese no soy yo”, agrega el escritor, que responde personalmente sus emails y les abre la puerta de su casa a los periodistas.

Eso sí. Dice que el Cervantes fue la confirmación de que no se equivocó cuando, en 1996, decidió abandonar la política para dedicarse de lleno a la literatura como tantas veces se lo pidió su madre.

Y aunque cada mañana se encierra disciplinadamente a escribir en su pequeño estudio con ventanas hacia un verde jardín, aclara que esto es sólo un ardid técnico, administrativo, ya que vive permanentemente vinculado a la realidad del país y opinando sobre cada desacierto del gobierno de su ex camarada Daniel Ortega.

“Yo no veo a la literatura como un refugio o una burbuja, porque no me ausento del mundo, siempre estoy pendiente de lo que pasa”, subraya. Hace unos días, celebró en las redes sociales una protesta de universitarios por un incendio que arrasó una zona protegida en el sur del país: “Tenemos dos reservas, la naturaleza y la reserva moral de nuestros jóvenes en las calles. Esta no se quema”, sentenció y su twiter se hizo viral.

Sergio Ramírez llega a Madrid acompañado de casi una veintena de personas muy cercanas: su esposa Tulita, sus hijos Sergio, María y Dorel con sus respectivas parejas, y sus ocho nietos, además de varios amigos que viajan desde Managua para la ocasión.

“Vamos todos... ¡toda una tropa cervantina!”, comenta el novelista entre risas. Su amiga la poeta Gioconda Belli también está en España y lo acompañará en las diversas actividades.

El intenso programa inicia en Madrid con una rueda de prensa el jueves 19 acompañado por Darío Villanueva, director de la Real Academia de la Lengua, y continúa por la noche, con un acto en homenaje a la editora Isabel Polanco, fallecida en 2008.

El viernes 20, Ramírez realizará el tradicional Depósito del Legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, donde cada autor premiado coloca alguna herencia literaria. El ritual establece que la caja sea abierta tras su muerte y en la fecha que él determine expresamente.

Una reunión con el director del Instituto Cervantes, Juan Manuel Bonet, y una recepción en el Centro de Arte Moderno, serán el preludio de la gran ceremonia a mediodía del lunes 23 en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH).

La agenda continúa después de recibir el Premio Cervantes: una exposición bibliográfica en la Universidad de Alcalá, lecturas de El Quijote en el Círculo de Bellas Artes, un encuentro con estudiantes y la presentación de una co-edición de su novela “¿Te dio miedo la sangre?” por la UAH y el Fondo de Cultura Económica.

Los días siguientes inaugurará la exposición “Sergio Ramírez, maestro de las Letras” en la Universidad Complutense de Madrid y sostendrá un encuentro con estudiantes en el paraninfo de la Facultad de Filología, entre muchas otras actividades. 



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