Sergio Ramírez

En el hotel donde descansa de su ajetreada agenda en el Congreso, Ramírez aseguró a la AFP no tener ninguna duda de que el español "será una de las grandes lenguas de este siglo", pese a estar sometida a "tensiones" por el inglés, el idioma que, al crearla, "bautiza los elementos de la tecnología".

"El español es una lengua de la era de la globalización, sometida a esta tensión tecnológica, a los cambios de expresión de la comunicación también. Sin embargo, es una lengua que ha entrado con muy buen pie en el siglo XXI y que va hacia adelante", dijo.

Ramírez hizo una apasionada y aplaudida defensa del español el domingo en la inauguración del VI Congreso Internacional de la Lengua Española, junto al Premio Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa, en un centro de convenciones a orillas del océano Pacífico, en Ciudad de Panamá.

"El español cubre un territorio muy extenso, millones de millones de hablantes, entonces es es una olla en ebullición, sigue creciendo", afirmó a la AFP el autor de "Margarita está linda la mar", Premio Alfaguara 1998.

Con casi 500 millones de hablantes -idioma oficial en 22 países-, el español es la segunda lengua del mundo -la número dos en Estados Unidos- y la tercera más usada en Internet.

El e-book y la convivencia pacífica

Hace medio siglo que Sergio Ramírez escribe. En 1963 apareció su primer libro de cuentos y hoy tiene unas 50 obras traducidas a 15 idiomas, incluidos mandarín, japonés, francés, inglés y ruso. Es además columnista de una decena de diarios de América Latina, Estados Unidos y España.

De su prolífica pluma salieron los cuentos "Charles Atlas también muere" y "De Tropeles y tropelías"; los relatos "El reino animal" y su obra más reciente "Flores Oscuras", así como las exitosas novelas "Castigo Divino", "Un baile de máscaras", "Mentiras verdaderas", "Sombras nada más" y "La Fugitiva".

Pero este veterano de la letra escrita no le teme al avance de los medios audiovisuales, ni al libro electrónico (e-book) como amenaza para el impreso: "Yo cada vez compro más libros físicos. Hay una convivencia", subrayó.

"¿Preocupación? ¿Por qué? Viajo con 500 libros en mi tableta, no podría hacerlo con 500 libros físicos, es una enorme ventaja, y una gran posibilidad de la democratización de la lectura, que con un toque pueda abrir un libro y leerlo en la plantilla", comentó.

El Congreso de la Lengua, que se celebra cada tres años desde 1997, aborda los retos para el español ante el desarrollo de los medios audiovisuales y los contenidos en Internet, que acaparan la atención de los niños y jóvenes, dejando en segundo plano al libro impreso.

"Me decían que un niño no aguanta leer 10, 20 páginas, que se aburre. No creo que los jóvenes no lean. Cuando apareció Harry Potter, veía a mis nietos leyendo 700 páginas. No estoy juzgando el libro, pero alguien dio con la clave de comunicarse y conectarse con los adolescentes", opinó.

Nicaragua, la inspiración

Nacido en 1942 en Masatepe, un pueblito del departamento sureño de Masaya, Ramírez ha tenido en la Nicaragua de contrastes, riqueza cultural y ebullición política, su fuente de inspiración.

"Mi país es lo que yo mejor conozco y uno escribe sobre lo que mejor conoce, porque la literatura no es algo que esté en la superficie, uno va al fondo a buscar lo que tiene adentro. Mi infancia, en el pueblo donde nací, mi juventud, todo eso está dentro de mí", subrayó.

Ramírez hizo una pausa en su labor literaria en un momento clave en la historia nicaragüense, durante la insurrección popular que, encabezada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda), derrocó la dictadura de Anastasio Somoza en 1979.

"Todo eso es parte de mi vida, no tengo arrepentimiento, solo nostalgia, yo era joven, lleno de energía, de sueños, de voluntad", compartió.

Fue miembro de la Junta de Gobierno que asumió tras la caída del tirano y ocupó la vicepresidencia de 1985 a 1990, al lado del actual presidente Daniel Ortega, de quien luego se distanció.

Renunció al FSLN y fundó el Movimiento de Renovación Sandinista (MRS) en 1996, en el que fracasó de candidato presidencial. De ese encanto y desencanto revolucionario nació "Adiós muchachos" (1999).

"En Nicaragua hay una fatiga de la política, la gente está huérfana de alternativas. Por lo tanto, se retrae y prefiere no involucrarse, se conforma, hay gran desilusión. Pero creo que son estados temporales, eso va a cambiar, la dinámica social terminará por imponerse. La política no es sustituible", consideró.

Tras volver a las letras luego de dejar la política, allí ya se quedó. "Estoy retirado de todo lo que no sea la literatura, ésa es mi vida, de ahí ya no me voy. De la escritura no hay retiro posible", expresó.