AFP (Agencia France-Presse)
PARÍS. - Francia y Argentina siempre dialogaron a través de sus escritores, pero entre los invitados al Salón del Libro de París, que este año rindió homenaje a esa relación especial, pocos dedicaron tanto en su obra como Silvia Barón Supervielle a tender puentes entre las letras de los dos países.
En el concurrido club de escritores pertenecientes a los dos universos --de Julio Cortázar (1914-1984) a Gloria Alcorta (1918-2012) o Héctor Bianciotti (1930-2012)--, Barón Supervielle ocupa el peculiar lugar de la equidistancia, literaria y biográfica, entre las dos orillas.
Desde allí su obra tiende lazos sobre el Atlántico pero también sobre el Río de la Plata, hacia el Uruguay, sin perder de vista las raíces europeas de estos países de inmigrantes instalados en el Nuevo Mundo.
También tradujo obras de otros escritores, un ejercicio concebido como "un acto de amor", confía Barón Supervielle a la AFP en el pabellón argentino del Salón del Libro.
Su obra de poesía y narrativa, escrita principalmente en francés, explora el sentimiento de ausencia y extrañamiento que causan la distancia o el desarraigo, temas ya presentes en la obra de otro Supervielle, Jules, poeta franco-uruguayo (1884-1960) y antepasado de la escritora.
"Sur le Fleuve" (Sobre el río), es una colección de poemas publicada en 2013 en francés. La poesía de Barón Supervielle acaba de publicarse además en bilingüe ("Al margen") editada por la argentina Adriana Hidalgo.
Nacida en Argentina en 1934 de madre uruguaya y padre de origen francés, huérfana a los dos años, recibe la educación francesa de su abuela paterna y se instala a partir de 1961 en París, donde se consolida su vocación literaria.
"La orilla oriental", "Le pont international" y "Lettres à des photographies" evocan la raíz uruguaya y aquella madre ausente.
- Los poemas de amor de Borges -
La traducción de otros autores ocupa un lugar importante en la malla literaria tejida a lo largo de los años por Barón Supervielle entre Francia y Argentina.
Este año, Gallimard publicará una selección de Poemas de Amor de Jorge Luis Borges (1899-1986) traducidos por ella, como ya lo había hecho con obras de Cortázar, Silvina Ocampo o Macedonio Fernández, entre otros.
La idea de reunir poemas de amor de Borges le vino hace décadas, pero habían quedado guardados en una carpeta, antes de que el año pasado se le ocurriera traducirlos.
"Me encantó hacer ese libro, fue una alegría y lo hice muy rápido", relata. "En Argentina yo me compraba los libros de Borges editados por Emecé, cada vez que salían. Y cada vez, me daba cuenta que había un poema en medio de los demás que era un poema triste, como si Borges quisiera dejar constancia: me está pasando esto. Son poemas de amor triste".
En muchos casos es difícil saber a qué mujer se refiere cada poema, salvo los últimos, dedicados a María Kodama.
"Borges a partir de su ceguera vivía muy solo en su mundo. Nada más escuchando la voz de alguien, seguramente imaginaba cosas, iba más allá de la realidad. De parte de las mujeres, había mucha ternura hacia Borges, que conoció la reciprocidad del amor con María. Pero antes se enamoraba solo de alguien y le quedaba en la mente un sueño, como a todos nos ha pasado alguna vez".
La traducción es un puente que Silvia Barón Supervielle también recorrió en el otro sentido, al publicar en español teatro y poesía de Marguerite Yourcenar (1903-1987), uno de los "faros" literarios de su vida, con quien mantuvo además una amistad reflejada en una correspondencia, también publicada.
"Una mujer extraordinaria, superior, al principio me intimidaba mucho", cuenta la escritora, que visitó a la autora de las "Memorias de Adriano" en la pequeña isla norteamericana de Mount Desert, en el estado de Maine (Nueva Inglaterra), donde vivió durante décadas hasta su muerte.
"Yo estaba traduciendo el teatro de ella y me invitó, era una mujer que todo el tiempo jugaba a ser fría y distante, pero que en el fondo tenía una inmensa sensibilidad".
"Estoy muy desilusionada con el ser humano", decía Yourcenar pocos años antes de morir, recuerda Barón Supervielle.
La literatura argentina fue este año la invitado de honor del Salón del Libro que concluyó el lunes en la capital francesa y contó con la participación de 46 escritores de ese país, entre ellos varios radicados en Francia, como Laura Alcoba, Luisa Futoransky o Alicia Dujovne Ortiz.