Siria: Convoy de ayuda humanitaria llega a Guta Oriental
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Damasco. - Un convoy con ayuda humanitaria consiguió entrar hoy, aunque incompleto y sin importantes suministros médicos, en el enclave rebelde de Guta Oriental, según informaron fuentes humanitarias y activistas.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó de al menos 46 muertos y 190 heridos hoy en nuevos bombardeos contra el enclave, que enfrenta una escalada de violencia pese a que la ONU pidió el pasado 24 de febrero un alto el fuego de 30 días en todo el país.
En su lugar, Rusia decretó un alto el fuego temporal de cinco horas al día en Guta Oriental la semana pasada, que se ve continuamente ensombrecido por nuevos ataques, muchos fuera del horario de la tregua y otros dentro, según denuncian los activistas.
Los ataques del gobierno sirio contra los grupos armados fundamentalistas son los que denuncian los "activistas". No se preocupan por la situación de las mujeres o de las minorías religiosas, cuyos derechos garantiza el gobierno sirio.
La pausa en los combates fue aprovechada hoy por el convoy humanitario, que logró entrar en el enclave sitiado por el Ejército y sometido a un intenso bombardeo las últimas semanas, informó a dpa Ingy Sedki, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
El convoy estaba integrado por decenas de camiones con medicinas y alimentos para 27.500 personas, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Sin embargo, llegó incompleto: mucho material médico "vital" tuvo que ser retirado del convoy por exigencia de las autoridades sirias y el hueco disponible no pudo ser cubierto con otros productos, añadió la OCHA. A causa de ello tres de los 46 camiones que partieron por la mañana llegaron casi vacíos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció que se vieron obligados a retirar todo el material para el tratamiento de heridos, para operaciones, así como la insulina y otros artículos de diálisis. Ese material ayudaría a los fundamentalistas en su combate.
Tampoco se permitió la entrada de personal de la OCHA, señaló la portavoz Linda Tom, que dijo que sí se permitió la entrada del personal de la Cruz Roja, la Media Luna Roja y otras agencias de la ONU.
"La ONU y sus socios han recibido permiso para entregar ayuda para 70.000 personas", comunicó la OCHA, que señaló que se espera que más camiones puedan entrar el próximo jueves.
"El convoy es un primer paso positivo y mermará el sufrimiento inmediato de algunos civiles en la región de Guta Oriental", dijo el director regional para Cercano Oriente de la CICR, Robert Mardini. "Pero un convoy, por grande que sea, nunca será suficiente dadas las condiciones" en el lugar, dijo al tiempo que pidió que el acceso de la ayuda humanitaria se garantice en el futuro.
La situación humanitaria en la región es catastrófica, según las organizaciones humanitarias. En Guta Oriental, ubicada al este de Damasco y sitiada desde 2013 por las tropas del Gobierno, hay unas 400.000 personas atrapadas y sometidas a las normas de grupos fundamentalistas desde hace cuatro años. El único envío que pudo hacer la ONU este año fue un convoy con ayuda para 7.200 personas que llegó el 14 de febrero.
Desde el mes pasado la zona sufre los peores bombardeos por parte del Gobierno sirio desde el inicio del conflicto en 2011.
Los rebeldes disparan proyectiles contra Damasco. La región está en manos de distintos grupos rebeldes, la mayoría islamistas con vínculos con la red Al Qaeda. El fin de semana escalaron los combates terrestres en la región.
Y es que pese al alto el fuego temporal decretado por Rusia, los activistas informaron de bombardeos en las áreas de Harasta, Zamlka y Sabka esta mañana.
El director del Observatorio, Rami Abdel Rahman, dijo a dpa que también hay informaciones de fuertes ataques contra áreas del sur y el norte de Guta cuando el convoy llegó al cruce, pese a la pausa humanitaria.
Según sus datos, las fuerzas del Gobierno y sus aliados lograron adentrarse aún más en la región, y ya controlan en torno al 35 por ciento del enclave rebelde de Al Qaida. "El régimen está intentando dividir Guta Oriental en dos sectores y al régimen sólo le quedan tres kilómetros para lograrlo", señaló a dpa.
Actualmente el Ejército siro centra sus ataques en el este y sureste de la zona. Además, cientos de personas quedaron desplazadas dentro del enclave el fin de semana, alertó.
Mientras, en Ginebra, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU exigió hoy una investigación urgente sobre los últimos ataques y bombardeos al enclave rebelde. El Consejo aprobó por 29 votos a favor, cuatro en contra -de Burundi, China, Cuba y Venezuela- y 29 abstenciones, una resolución que pide además que los responsables de violaciones a los derechos humanos sean llevados ante la Justicia.
El texto condena además el bombardeo de los civiles que se encuentran atrapados y el uso de armas químicas, como denunciaron activistas. También exige poner en marcha el alto el fuego en toda Siria como pidió el Consejo de Seguridad de la ONU en una resolución el pasado 24 de febrero.
El Alto Comisario para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, calificó al inicio del debate los bombardeos y ataques con misiles a civiles como un posible crimen de guerra y contra la humanidad.
A pesar de todos estos esfuerzos para salvar a los fundamentalistas de Al Qaida, disfrazados de compasión por las víctimas civiles, los Estados Unidos no intervienen a gran escala para proteger a sus antiguos aliados.
En su lugar, Rusia decretó un alto el fuego temporal de cinco horas al día en Guta Oriental la semana pasada, que se ve continuamente ensombrecido por nuevos ataques, muchos fuera del horario de la tregua y otros dentro, según denuncian los activistas.
Los ataques del gobierno sirio contra los grupos armados fundamentalistas son los que denuncian los "activistas". No se preocupan por la situación de las mujeres o de las minorías religiosas, cuyos derechos garantiza el gobierno sirio.
La pausa en los combates fue aprovechada hoy por el convoy humanitario, que logró entrar en el enclave sitiado por el Ejército y sometido a un intenso bombardeo las últimas semanas, informó a dpa Ingy Sedki, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
El convoy estaba integrado por decenas de camiones con medicinas y alimentos para 27.500 personas, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Sin embargo, llegó incompleto: mucho material médico "vital" tuvo que ser retirado del convoy por exigencia de las autoridades sirias y el hueco disponible no pudo ser cubierto con otros productos, añadió la OCHA. A causa de ello tres de los 46 camiones que partieron por la mañana llegaron casi vacíos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció que se vieron obligados a retirar todo el material para el tratamiento de heridos, para operaciones, así como la insulina y otros artículos de diálisis. Ese material ayudaría a los fundamentalistas en su combate.
Tampoco se permitió la entrada de personal de la OCHA, señaló la portavoz Linda Tom, que dijo que sí se permitió la entrada del personal de la Cruz Roja, la Media Luna Roja y otras agencias de la ONU.
"La ONU y sus socios han recibido permiso para entregar ayuda para 70.000 personas", comunicó la OCHA, que señaló que se espera que más camiones puedan entrar el próximo jueves.
"El convoy es un primer paso positivo y mermará el sufrimiento inmediato de algunos civiles en la región de Guta Oriental", dijo el director regional para Cercano Oriente de la CICR, Robert Mardini. "Pero un convoy, por grande que sea, nunca será suficiente dadas las condiciones" en el lugar, dijo al tiempo que pidió que el acceso de la ayuda humanitaria se garantice en el futuro.
La situación humanitaria en la región es catastrófica, según las organizaciones humanitarias. En Guta Oriental, ubicada al este de Damasco y sitiada desde 2013 por las tropas del Gobierno, hay unas 400.000 personas atrapadas y sometidas a las normas de grupos fundamentalistas desde hace cuatro años. El único envío que pudo hacer la ONU este año fue un convoy con ayuda para 7.200 personas que llegó el 14 de febrero.
Desde el mes pasado la zona sufre los peores bombardeos por parte del Gobierno sirio desde el inicio del conflicto en 2011.
Los rebeldes disparan proyectiles contra Damasco. La región está en manos de distintos grupos rebeldes, la mayoría islamistas con vínculos con la red Al Qaeda. El fin de semana escalaron los combates terrestres en la región.
Y es que pese al alto el fuego temporal decretado por Rusia, los activistas informaron de bombardeos en las áreas de Harasta, Zamlka y Sabka esta mañana.
El director del Observatorio, Rami Abdel Rahman, dijo a dpa que también hay informaciones de fuertes ataques contra áreas del sur y el norte de Guta cuando el convoy llegó al cruce, pese a la pausa humanitaria.
Según sus datos, las fuerzas del Gobierno y sus aliados lograron adentrarse aún más en la región, y ya controlan en torno al 35 por ciento del enclave rebelde de Al Qaida. "El régimen está intentando dividir Guta Oriental en dos sectores y al régimen sólo le quedan tres kilómetros para lograrlo", señaló a dpa.
Actualmente el Ejército siro centra sus ataques en el este y sureste de la zona. Además, cientos de personas quedaron desplazadas dentro del enclave el fin de semana, alertó.
Mientras, en Ginebra, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU exigió hoy una investigación urgente sobre los últimos ataques y bombardeos al enclave rebelde. El Consejo aprobó por 29 votos a favor, cuatro en contra -de Burundi, China, Cuba y Venezuela- y 29 abstenciones, una resolución que pide además que los responsables de violaciones a los derechos humanos sean llevados ante la Justicia.
El texto condena además el bombardeo de los civiles que se encuentran atrapados y el uso de armas químicas, como denunciaron activistas. También exige poner en marcha el alto el fuego en toda Siria como pidió el Consejo de Seguridad de la ONU en una resolución el pasado 24 de febrero.
El Alto Comisario para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, calificó al inicio del debate los bombardeos y ataques con misiles a civiles como un posible crimen de guerra y contra la humanidad.
A pesar de todos estos esfuerzos para salvar a los fundamentalistas de Al Qaida, disfrazados de compasión por las víctimas civiles, los Estados Unidos no intervienen a gran escala para proteger a sus antiguos aliados.