La Casa Blanca criticó de nuevo el martes a Siria por permitir que "matones" atacaran la embajada de Estados Unidos en Damasco, aduciendo que es "inaceptable" que el gobierno sirio falle en la protección de las vidas y propiedades estadounidenses en ese país.
Manifestantes partidarios del régimen sirio atacaron el lunes las embajadas de Estados Unidos y de Francia en Damasco para denunciar la visita que ambos embajadores hicieron a la ciudad rebelde de Hama (centro).
"Dejar que matones invadieran la embajada es inaceptable", dijo el portavoz Jay Carney a periodistas.
"Se lo hemos dejado claro al gobierno sirio: es su responsabilidad, ya que es responsabilidad de las naciones de acogida en todo el mundo, proporcionar seguridad y mantener la seguridad de las embajadas extranjeras, en este caso, de la embajada de Estados Unidos", indicó.
Carney se hizo eco de las declaraciones de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien dijo el lunes que la violenta represión ordenada por el presidente Bashar al Asad contra las manifestaciones democráticas, junto a los ataques contra embajadas de países occidentales, demostraron que "ha perdido legitimidad" para gobernar.
El ministerio sirio de Relaciones Exteriores había denunciado este martes "enérgicamente" las declaraciones de Clinton, y dijo que se trataba de una "injerencia en los asuntos sirios".
Asad "perdió legitimidad, fracasó en cumplir sus promesas, buscó y aceptó la ayuda de Irán (...) para reprimir a su pueblo", agregó Clinton.
Sus declaraciones son las más enérgicas del gobierno de Barack Obama desde el comienzo de la crisis en Siria el 15 de marzo.
Francia, por su parte, buscó el martes aumentar la presión sobre el Consejo de Seguridad de la ONU.
"Francia propuso al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, junto con otros países europeos, una resolución que está bloqueada por Rusia y China", recordó Fillon en declaraciones a la emisora Europe 1. "Esto ya no es aceptable", recalcó.
Su intención es tratar de convencer a Rusia de que suscriba una resolución que condene la represión contra los manifestantes.
Cuatro países europeos (Gran Bretaña, Francia, Alemania, Portugal) depositaron hace varias semanas en Nueva York un proyecto de resolución para condenar la represión en Siria, y llamaron a que se produzcan reformas políticas en ese país.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, subrayó el martes que su país continúa trabajando para que el Consejo de Seguridad adopte la resolución.
"Lo que pasó en los últimos días y las últimas horas muestra que es necesario, decisivo y crucial que la comunidad internacional adopte un lenguaje común", agregó el jefe de la diplomacia alemana, aparentemente en referencia a los ataques del lunes en Damasco contra las embajadas estadounidense y francesa.
François Fillon consideró que las "agresiones extremadamente violentas" que sufrieron las embajadas de Francia y de Estados Unidos en Damasco demuestran que el régimen se muestra agresivo porque su situación es desesperada.
"Tratamos de convencer a los rusos de que es inaceptable que el Consejo de Seguridad deje que ocurra lo que está ocurriendo en Siria", precisó el ministro francés de Relaciones Exteriores, Alain Juppé.
Aliado de Siria desde larga data, Rusia preconiza una no injerencia en los asuntos de ese país, y denuncia regularmente la manera en que los occidentales aplican la resolución 1973 sobre Libia, que permitió el 19 de marzo iniciar bombardeos contra las tropas fieles a Muamar Gadafi.