Arabi está encargado por la organización panárabe de someter a Asad un plan de 13 puntos llamando al "cese inmediato" de la represión del movimiento de protesta, y a la celebración de una elección presidencial en 2014, o sea a fines del mandato de Asad.
El plan exige al presidente sirio "iniciar contactos serios con los representantes de la oposición siria", liberar a los presos políticos e indemnizar a los que fueron afectados por la represión del movimiento de protesta que dura desde hace cerca de seis meses.
La visita de Arabi estaba prevista inicialmente para el miércoles. Pero la agencia Sana había anunciado que Siria pidió a Arabi "por circunstancias ajenas a (su) voluntad", aplazar su visita.
Según la ONU, la violencia ha causado más de 2.200 muertos desde el inicio de las manifestaciones a mediados de marzo, en su mayoría civiles.
El régimen afirma por su parte que lucha contra "bandas terroristas" y rechaza reconocer la magnitud de la protesta.