AFP (Agencia France-Presse)
ESTAMBUL. - El régimen de Damasco hizo este viernes varias concesiones, entre ellas una promesa de alto el fuego, antes de la conferencia de paz de Ginebra II, en un momento en que la oposición siria en el exilio, muy dividida y bajo presión de sus padrinos, debe decidir si participa o no.
Cuando faltan cinco días para la reunión de Ginebra, impuesta por Rusia y Estados Unidos, el régimen sirio dijo que está dispuesto a autorizar los convoyes de ayuda, a canjear prisioneros con los rebeldes y a poner en marcha un plan de alto el fuego en Alepo.
"Vemos que el gobierno sirio está dispuesto a tomar una serie de medidas de carácter humanitario, sobre todo en respuesta a nuestros llamamientos, y lo ha confirmado hoy el ministro (sirio)", declaró el jefe de la diplomacia rusa Serguei Lavrov, tras reunirse en Moscú con su homólogo sirio, Walid Muallem.
Por su parte, Muallem afirmó que el régimen de Bashar al Asad estaba dispuesto a realizar un canje de prisioneros.
"He informado al ministro Lavrov de que estábamos dispuestos a canjear detenidos contra prisioneros capturados por el bando contrario", dijo."Como consecuencia de ello, estamos dispuestos a intercambiar listas y a elaborar un mecanismo para lograrlo", añadió.
Además Damasco transmitió a Moscú un plan para garantizar la seguridad en la región de Alepo, según Muallem. "Pedí al ministro Lavrov que haga los contactos necesarios para realizar este plan, para determinar el momento exacto del cese de todas las acciones militares en esta región", dijo.
Estas medidas responden a ciertas exigencias de la Coalición de la Oposición siria, cuya reunión, prevista a mitad jornada, fue aplazada hasta no antes de la noche debido a disensiones internas, indicaron sus miembros.
El debate se anuncia largo y arduo debido a las disensiones. Los miembros de la oposición moderada a Bashar al Asad están divididos sobre si les conviene sentarse en la mesa de negociaciones con los representantes del presidente sirio.
"Tomar la decisión de participar o no en esta conferencia no es fácil", admitió a la AFP Munzer Aqbiq, asesor del presidente de la Coalición Ahmad Jarba. "El derecho, la justicia, el bien y el mal están perfectamente identificados en el caso sirio, por eso será doloroso hacer concesiones", adelantó.
El noviembre pasado, la coalición puso una serie de condiciones para participar en la conferencia que comenzará el próximo miércoles en la localidad suiza de Montreux.
Advertencia
En el ámbito político, exigió que las negociaciones se basen en un traspaso integral del poder y en el principio de que el presidente Al Asad "y los que tienen sangre en las manos no desempeñen ningún papel" en la transición.
En el terreno, también pidió un alto el fuego durante las negociaciones y la creación de "corredores humanitarios" para evacuar a los heridos.
Damasco rechazó las exigencias políticas, diciendo que no irá a Ginebra "para entregar el poder a nadie ni hacer transacciones con nadie" y que será Al Asad quien lidere la transición.
Conscientes de las reticencias de la oposición, los países occidentales y árabes han multiplicado en los últimos días las garantías y las presiones para convencerla de que participe en la conferencia.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, advirtió al régimen sirio contra todo intento de "desviar el objetivo" de Ginebra II.
"No lograrán engañar a nadie", aseguró Kerry, amenazando a Damasco con dar "una respuesta mayor" en caso de que se distraiga la atención.
Según la prensa británica, Estados Unidos y el Reino Unido fueron más directos y llegaron incluso a amenazar directamente a los rebeldes con cortarle el suministro de víveres si se niega a asistir.
"La coalición se encuentra entre la espada y la pared. Por un lado las coacciones a participar de los Amigos de Siria, y por otro sus miembros que se niegan, por estimar que pierden demasiado", resumió un diplomático occidental.
La conferencia de Ginebra II intentará hallar una solución política para poner fin a la guerra civil en Siria, que ha causado más de 130.000 muertos y millones de refugiados y desplazados desde marzo de 2011.
El viernes, el Alto Comisionado para los refugiados de la ONU, Antonio Guterres, pidió a las partes que encuentren rápidamente una solución porque "es absolutamente indispensable poner fin a este baño de sangre".
"No me resigno a que la elección que se pueda presentar al mundo sea la perpetuación de un régimen dictatorial, el de Bashar al Asad, o el extremismo de los islamistas", afirmó por su parte el presidente francés François Hollande.