Ante la intensificación de la revuelta, numerosas firmas de turismo suspendieron los viajes previstos en plena temporada alta, lo que afecta a uno de los principales recursos de Egipto, que recibió 14,7 millones de visitantes en 2010.
Aprovechando el espacio áereo abierto, cientos de turistas, empleados de empresas extranjeras en Egipto y egipcios angustiados por la situación, tomaron por asalto las ventanillas de las compañías aéreas en el aeropuerto de El Cairo, para irse del país a cualquier precio.
Prueba de la creciente preocupación, algunas empresas extranjeras anunciaron incluso la suspensión de sus actividades. Tal es el caso del consorcio marítimo y petrolero danés A.P.Moeller-Maersk, de la cementera francesa Lafarge y del fabricante de automóviles Nissan.
Varias empresas habían decidido ya evacuar a los familiares de su personal expatriado y a todos o parte de sus asalariados, entre ellas Lafarge, el banco Crédit Agricole, France Télécom, la petrolera rusa Lukoil, la productora de gas Novatek, la firma de gas polaca PGNiG y la alemana de energía RWE.
Muchos países, como Estados Unidos, Canadá, Arabia Saudita, Libia, Líbano Tailandia, Japón y Asutralia, enviaron aviones para repatriar a sus ciudadanos.
En Europa, la mayoría de los países se limitaron a desaconsejar a sus ciudadanos que viajen a Egipto, pero algunos organizaban la repatriación.
Grecia decidió enviar aviones militares para traer de Egipto a sus ciudadanos. Portugal anunció que va a enviar un avión para que los portugueses "que lo deseen" puedan volver a su país.
Alemania pidió a varias compañías que vieran "qué capacidades suplementarias de aviones de línea podían organizarse desde El Cairo".
Gran Bretaña recomendó a sus ciudados que abandonen El Cairo, Alejandría y Suez, aunque estima que la situación "no ha alcanzado un nivel que haga que nos planteemos fletar aviones y evacuar a un gran número de personas".
Rusia recomendó a los aproximadamente 70.000 rusos, 30.000 de ellos empleados expatriados, que se encuentran en Egipto que permanezcan en sus casas o en sus hoteles.
Israel repatrió a las familias de sus diplomáticos, y Austria trataba de organizar el regreso de los austríacos que lo desean.
Numerosas empresas de turismo suspendieron los viajes previstos y organizaron la evacuación de los turistas que se encuentran en Egipto, entre ellos 30.000 británicos, 4.000 belgas, 15.000 suecos, 2.500 finlandeses y más de mil franceses.
La mayoría de los turistas se encuentran en los balnearios del mar Rojo o en los sitios arqueológicos del valle del Nilo.
La compañía Saudi Arabian Airlines organizó durante el fin de semana 26 vuelos para repatriar a ciudadanos saudíes.
Las firmas suecas Apollo y Frididsresor, finlandesa Aurinkomatkat y belga Jetair tomaron la iniciativa de repatriar a sus clientes, en tanto la suiza Kuoni propuso y recomendó a sus 600 clientes que abandonen el país.
Diversas firmas de turismo francesas indicaron que se plantean el "regreso anticipado" de sus clientes. Por su parte, el grupo Club Med organizó el lunes un vuelo especial para evacuar a sus clientes de Taba, a orillas del mar Rojo.
En cambio, no estaba prevista la evacuación de unos 3.000 turistas italianos, 6.500 polacos, 6.500 ucranianos y 40.000 rusos que se encuentran en Egipto.
"Pese a las recomendaciones, ciertos turistas rusos van a la ciudad y se pasean tranquilamente", declaró el jefe del servicio de prensa de la Agencia Federal de Turismo de Rusia, Oleg Moseyev.