Sudán del Sur: Kiir y Machar firman compromiso para "cesar las hostilidades"

AFP (Agencia France-Presse)

ADÍS ABEBA. - El presidente de Sudán del Sur Salva Kiir y su ex vicepresidente Riek Machar, cuyas tropas respectivas se enfrentan desde mediados de diciembre en Sudán del Sur, firmaron el viernes en Addis Abeba un compromiso para "cesar las hostilidades", constató una periodista de la AFP.

En este documento, también firmado por el primer ministro etíope Hailemariam Desalegn, anfitrión de las negociaciones, ambos dirigentes "convinieron que todas las actividades hostiles cesarían en las 24 horas", declaró Seyoum Mesfin, uno de los responsables de la mediación.

Un alto al fuego entre los beligerantes, mal negociado el pasado 23 de enero en la capital etíope bajo la égida de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), una organización subregional del este africano, nunca había sido respetado.

En el texto refrendado en esta jornada, las partes "convinieron que un gobierno de transición ofrece las mejores oportunidades al pueblo de Sudán del Sur" de cara a las próximas elecciones, sin precisar una fecha para éstas, explicó Mesfin.

Éste, exministro de Relaciones Exteriores etíope y uno de los principales negociadores del IGAD, felicitó a Kiir y Machar por poner "fin a la guerra". "Los combates cesarán", aseguró.

"Inclusive, con esta firma, considerando la crisis actual, el reestablecimiento de la paz en Sudán del Sur no será fácil", matizó, en cambio, el comisario para la Paz y la Seguridad de la Unión Africana, Smail Chergui.

Este acuerdo prevé también "la apertura de corredores humanitarios (...) y la cooperación con las agencias humanitarias de la ONU con la finalidad de que la ayuda llegue a todas las zonas" del país, según Mesfin.

Kiir y Machar, que llegaron por separado ante la prensa, luego de un día de negociaciones indirectas, se encontraron frente a frente y se estrecharon las manos por primera vez desde inicios del conflicto sangriento que los opone en el joven país, independiente desde julio de 2011.

Antes, en la jornada, habían mantenido intensas conversaciones con Desalegn. Posteriormente, oraron juntos.

Los dirigentes habían sido convocados a la capital etíope precisamente para intentar relanzar unas negociaciones que habían quedado en punto muerto.

 

-La prioridad: evitar un posible genocidio-

 

El conflicto en Sudán del Sur se desencadenó el 15 de diciembre pasado con la rivalidad entre Kiir y Machar (destituido a mediados de 2013), al frente del partido en el poder, lo que dividió al ejército según los orígenes étnicos (dinka o nuer), provocando miles de muertos y más de 1.200.000 desplazados.

Precisamente, a esta rivalidad política se añadieron viejos rencores entre los pueblos dinka y nuer, de los que son originarios respectivamente ambos dirigentes. De esta manera, los combates entre las partes beligerantes estuvieron acompañados de matanzas étnicas y atrocidades contra civiles, imputables a ambos campos.

La ONU y Washington advirtieron recientemente sobre el riesgo de "genocidio" y de "hambruna" en el país, por lo que realizaron intensas presiones sobre Kiir y Machar en busca de una solución al conflicto.

Estados Unidos amenazó con sanciones concretas de no realizarse esfuerzos para poner fin a los combates y exacciones, y el martes impuso las primeras a dos generales, uno de cada bando, considerados "responsables de actos de violencia inconcebibles contra civiles".

"Estoy muy contento de que hayamos firmado este acuerdo esta noche", declaró Machar a la prensa, tras abanderar la resistencia luego de haber sido acusado por Kiir de un intento de golpe de Estado. Los primeros combates en Juba estallaron a mediados de diciembre en el seno del ejército, entre efectivos leales a cada uno de estos dirigentes.

Machar repitió una vez más que no hubo tal intento de golpe. "La Historia lo dirá", le retrucó Kiir.

El jefe del Estado recordó "que aceptó muchos compromisos para hacer la paz con todo el mundo", y llevar a Sudán del Sur a la independencia tras una larga y mortífera guerra entre la rebelión sudista, de la que él y Machar fueron sus líderes históricos, y Jartum, entre 1983 y 2005.

La Misión de la ONU (MINUSS) en el país, había advertido el jueves sobre "crímenes contra la humanidad" por parte de ambos bandos y, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Navi Pillay, advirtió el viernes sobre "numerosas señales precursoras de un genocidio".

La ONG Amnistía Internacional (AI) había adverido que "cuanto más durasen estas rivalidades (...) la reconciliación y la paz duradera serían cada vez más difíciles de alcanzar" en el país.



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