AFP (Agencia France-Presse)
PARK CITY. - El republicano Mitt Romney, candidato presidencial en las elecciones estadounidenses de 2008 y 2012, desvela una faceta conmovedora y desconocida en el festival de Sundance, en un documental que presenta al hombre y su familia en sus seis años de campaña.
"Mitt", de Greg Whiteley, compite en el festival de cine independiente de Sundance, que dura hasta el 26 de enero en Park City, en las montañas de Utah (oeste de Estados Unidos).
La película puede verse por el sitio de videos online Netflix, que tras su ofensiva en las series "House of Cards", "Orange is the New Black" se lanza ahora con éxito en el mundo documental. Su film "The Square", sobre la revolución egipcia, es candidata al Óscar a Mejor documental.
"Mitt" fue filmada entre 2006 y 2012 con un acceso casi ilimitado a la familia Romney, para sorpresa del director. "A menudo me pellizcaba y me preguntaba 'Cómo he llegado hasta aquí?'". La explicación es Tagg, uno de los cinco hijos del republicano. Se conocieron y forjaron una buena amistad.
"Le hablé de mi idea. Tagg aceptó, su padre dijo que no. Pero su madre (Ann Romney) dijo que sí", lo que decantó la balanza en su favor, cuenta el realizador a la AFP tras el estreno del documental, al que asistió el mismo Romney.
La idea original es simple: se basaba en seguir al candidato en la investidura republicana y, en caso de ser elegido por su partido, acompañarlo durante la campaña presidencial.
"Me interesaba mucho hacer un film sobre un mormón (la religión que profesa Romney) que quiere convertirse en presidente. Me dije que había algunos mecanismos del partido republicano que debería consentir", explica Whiteley, también mormón.
El objetivo era hacer una película sobre la dinámica política de la campaña, en la línea de "The War Room" de Chris Hegedus sobre la campaña de Bill Clinton en 1992. Pero el director se vio obligado a modificar el proyecto.
"Los consejeros de (Romney) se oponían mucho a mi implicación y mi presencia en la campaña. Esto me forzó a concentrarme exclusivamente en la familia", relata.
Lucha constante contra su imagen
El documental dio un giro. "Si se filman las reuniones estratégicas, se logra una película sobre el proceso: ¿Van a ganar? Pero siguiendo a la familia de cerca, la pregunta es otra: ¿que supone para una familia vivir" una campaña electoral?, expone Whiteley.
En el relato de pequeñas victorias -un debate o un estado ganados- y grandes derrotas -la investidura perdida frente a John McCain en 2008 o el fracaso de los comicios de 2012- emerge un Mitt Romney afable, divertido, atento, incapaz de vivir lejos de su familia, diferente a la imagen de candidato frío y estático que desprendió en sus campañas.
Romney trata de luchar constantemente contra esta imagen, buscando sin cesar -y sin éxito- de sacarse de encima la reputación de "veleta mormona" por cambiar de opinión constantemente.
"Hay una gran diferencia entre quién es realmente y cómo es visto por el público", apunta Whiteley, para quien la culpa de esta situación recae en la campaña misma y en los intereses económicos, que no favorecen la espontaneidad. Romney "se decía: no puedo decepcionar (a los que me apoyan) diciendo algo que no debería decir".
De un testimonio a otro, el documental permite descubrir a una familia muy unida que cierra filas tras el candidato, pero que sufre mucho la crudeza de la campaña, y que da pie a preguntarse si la derrota presidencial no fue, en el fondo, un alivio.
Whiteley no llega hasta esta pregunta, pero reconoce que nunca creyó en la victoria. "Puede parecer extraño hoy, porque podría haber ganado perfectamente. Pero siempre tuve la convicción de que estaba haciendo una película sobre un candidato que iba a perder. Es la sensación que tuve".