Tavernier lleva a San Sebastián su diplomacia al borde del ataque de nervios
AFP (Agencia France-Presse)
SAN SEBASTIÁN. - Ritmo frenético y carcajadas aseguradas, "Quai d'Orsay", adaptación del cómic francés del mismo nombre por el veterano cineasta Bertrand Tavernier, desplegó este martes su panoplia de diplomáticos al borde del ataque de nervios en el festival de San Sebastián.
Imagen de la película
Determinado a evitar que Estados Unidos desate una guerra en Lusdemistán, un país imaginario muy similar al Irak de Sadam Husein, contrata a un joven consejero, Arthur Vlaminck, para que le escriba el discurso que debe pronunciar ante la ONU en Nueva York.
"En uno de los momentos más formidables de la vida diplomática francesa, Dominique de Villepin fue la persona que pronunció el discurso más bello ante Naciones Unidas", defendió Tavernier en referencia a la oposición de Francia a la invasión de Irak en 2003.
"Fue también un hombre que adoptó posiciones extremadamente fuertes contra los neoconservadores estadounidenses, contra George W. Bush", agregó el cineasta, saliendo en la defensa de su protagonista, al que la película retrata como un ser ampuloso rodeado de amigos intelectuales y que provoca un huracán por donde quiera que pasa.
A su alrededor, una corte de consejeros y secretarias al límite lucha por sobrevivir, al tiempo que satisface los deseos del energético canciller, siempre en movimiento y nunca satisfecho en su deseo de excelencia.
"Es un obsesivo que quiere alcanzar un objetivo de una forma a veces totalmente ridícula", explica Tavernier, advirtiendo que su película es ante todo una comedia, una sátira política. "El ministro está en otro mundo, es un autista que no ve como la gente trabaja a su alrededor", agrega.
Entre ellos Arthur, el joven diplomático --encarnado por un Raphaël Personnaz que recuerda inevitablemente a Alain Delon en su juventud-- embarcado en esta montaña rusa, al que solo su novia, maestra en la escuela de un barrio desfavorecido, mantiene anclado a la realidad.
En el mundo de la diplomacia "hay personas que trabajan mucho, mucho y en condiciones espantosas", asegura el cineasta, que adaptó para su película un cómic ideado por un diplomático, Antonin Baudry --bajo el pseudónimo de Abel Lanzac-- quien también colaboró en la escritura del guión.
"El cómic es muy popular en los medios diplomáticos franceses", subraya el productor Frederic Bourboulon, para quien esto pudo influir en que el gobierno francés les permitiese rodar en los exuberantes salones y minúsculos despachos del Quai d'Orsay, sede del ministerio francés de Exteriores.
Para la adaptación a la gran pantalla Tavernier modificó algunos personajes y situaciones, pero un elemento del cómic permaneció inmutable, la omnipresencia de Heráclito, filósofo "que tiene el arte de decir cosas profundas que poca gente llega a entender", aseguró.
Que sus máximas permitan evitar una guerra civil en Africa o "contengan la solución a la crisis de la anchoa entre los pescadores españoles y los franceses es algo que me hace reír mucho", reconoce el veterano director.
Autor de películas como "El relojero de Saint-Paul" (1974), "Alrededor de la medianoche" (1986) o "La vida y nada más" (1989), Tavernier ya obtuvo varios premios en ediciones anteriores del festival de San Sebastián, entre ellos una mención especial del jurado en 1996 por "Capitán Conan".
En esta 61ª edición compite con "Quai d'Orsay" por el máximo galardón, la Concha de Oro, en la sección oficial del certamen, dentro de la cual también se proyectó este martes la comedia "Vivir es fácil con los ojos cerrados" del español David Trueba.
El miércoles será el turno dentro de concurso de la película mexicana "Club sándwich", realizada por Fernando Eimbcke, y "The Railway Man" del cineasta australiano Jonathan Teplitzky.