Nación, Costa Rica
Un espectador espera sentado en la butaca a que la obra teatral comience. Se repliega el telón y, un segundo antes de que empiece la acción, con el escenario vestido de luz pero desnudo de intérpretes, el espectador ya mira una obra terminada: la escenografía. El escenógrafo es un anfibio que vive entre las artes visuales y las dramáticas.
El creador español Pep Durán (Barcelona, 1955) sirve de doble agente para el teatro y para las salas de exposición. Actualmente exhibe su muestra Sin escenario , en la sala 1 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo.
A diferencia de su trabajo sobre las tablas, esta exposición muestra las “costuras” de su trabajo. El artista exhibe obras que ofrecen una visión tras bambalinas del quehacer de un escenógrafo.
El montaje resume los 30 años de creación del artista y ha sido promovido por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (SEACEX). Fotografía, instalación, arte-objeto y collage forman parte de las obras que muestra Durán en esta exposición que reflexiona sobre el arte mismo.
Tras bambalinas. Al espectador le da la bienvenida Muro de procesos . Esta es una obra que muestra distintos materiales sacados del taller del artista y exhibidos en una urna: papeles viejos, retazos de tela, fotografías antiguas, etc. Sobre la urna hay una especie de “constelación” que el autor dibujó a lápiz sobre la pared y que representa un mapa conceptual de relaciones mentales sobre cómo entiende el arte teatral. Este mapa incluye citas de dramaturgos como Bertolt Brecht y Henrik Ibsen.
En su conjunto, la obra representa un depósito material, por un lado, y un depósito ideológico, por el otro.
Sin escenario es una exposición itinerante que se adapta a cada lugar que visita. “La exposición recoge materiales de cada sede y se adapta a cada espacio; por lo tanto no es un producto, sino un proceso”, explica el autor. De esta manera, Muro de procesos es una de las obras que cambia en cada sitio que visita.
Por otra parte, hay obras que se mantienen invariables, como es el caso de la serie que le da título a la exposición y que fue hecha expresamente para esta exposición. El conjunto se compone de fotocollages en mediano formato intervenidos con dibujo a lápiz. Estas obras mezclan cartón, papel seda, fotografías recortadas y fotocopias. En los cuadros aparecen formas arquitectónicas que figuran escenografías. Dentro de estos espacios aparecen personajes en actitudes de espera y algunas obras incluyen figuraciones de elementos como luces y vestuarios apilados.
“En Sin escenario , los materiales escénicos se ensamblan con los privados originando una larga secuencia de dibujos de espacios inconcretos, escenas soñadas, sets imposibles, narraciones sin desenlace, dioramas, escenografías incompletas habitadas por personajes desorientados en extraña quietud”, explica el artista en el catálogo de la exposición.
Según el artista, la serie es una historia sin secuencia que espera ser descifrada por el espectador bajo sus propias expectativas. Fuera de este conjunto, el autor presenta otros collages agrupados bajo el título Apilaments , que creó entre el 2006 y el 2008.
Por otra parte, la exposición también integra fotografías impresas en formatos grandes. La secuencia Flou (2004-2007) es un conjunto de fotos que muestran el interior de un salón de vestuario. Las imágenes muestran hileras de prendas colgadas que transmiten una sensación oclusiva del espacio.
“Este guardarropa lo puedo mirar como un conjunto de esqueletos colgantes y también como un paisaje sin fin”, apunta Durán.
La fotoinstalación Fóvea (1999-2000) es la obra más “invasiva” de las que ocupan el espacio de exposición. La obra se compone de una secuencia fotográfica en la que se mira un actor en distintas actitudes dentro de un viejo teatro de Barcelona, el cual actualmente se usa para apilar los escombros de casas antiguas que han sido demolidas en la ciudad. Al pie de estas imágenes, Durán apiló otros objetos de desecho reales, con lo cual transmite la sensación de que el paisaje en ruinas visto en las fotografías se extiende hasta los pies del espectador.
La exposición la completan la instalación Pare i mare (1999-2008), compuesta por dos piezas de vestuario colgadas en la pared amarradas a objetos de hierro y plomo, y Télon Genet (El funàmbul) [1995], la cual es un telón elaborado con prendas de vestir de color rojo.
Vida del objeto. El curador de la exposición Manel Clot afirma que existen “objetos-agente” que siempre están transmitiendo información: un sombrero, una caja antigua, una alfombra... Estos son los objetos que, según Clot, Pep Durán rescata del teatro para darles un nuevo sentido en las salas de exposición.
El curador explica que, a principios de los 80 hubo en España un movimiento de artistas cuyas obras refrescaron el ambiente artístico porque había algo así como un “empacho pictórico”, una saturación de pintores. A contracorriente de la generalidad, Durán y otros artistas empezaron a trabajar con esculturas hechas a partir de objetos encontrados.
“Se empezó a hacer una escultura sin tradición ni historia”, precisa el Clot. A esta corriente pertenecen muchas de las obras que Durán ha elaborado durante sus 30 años de producción y cuyo pequeño muestrario está hoy en el MADC.
Por su parte, Durán agrega: “Creo que el objeto tiene una vida y un interés, aunque hay que buscar qué es lo que puede ‘decir’. Si el artista no busca nuevos significados y solamente ‘corta’ el objeto del lugar en donde está y lo ‘pega’ en una sala de exposición, entonces la primera lectura de ese objeto será la única lectura. Por esto hay que transformarlos”.
Sobre las tablas, las obras Durán llevan al espectador a otros sitios y a otros tiempos con tan solo un golpe de vista. En la sala de exposición, sus creaciones rinden un aplauso a esa capacidad de crear hermosas quimeras.