AFP (Agencia France-Presse)
Bagdad, Irak. - La difusión de un vídeo en el que yihadistas destruyen antiguas estatuas en la ciudad iraquí de Mosul causó indignación y acrecentó el temor de que ataquen otros tesoros del patrimonio arqueológico iraquí.
Cinco minutos de imágenes muestran a algunos insurgentes tumbando estatuas de sus pedestales y destrozando a martillazos estas colecciones del museo de Mosul, que incluyen objetos inestimables de los periodos asirio y helenístico.
En otra escena, los yihadistas emplean un martillo neumático para desfigurar un gran toro alado asirio en un sitio arqueológico de la ciudad, controlada por el grupo Estado Islámico (EI) desde el pasado verano boreal.
Los expertos creen que entre los objetos destruidos había piezas originales, fragmentos reconstruidos y copias. Algunas de las piezas tenían una antigüedad de varios siglos antes de Cristo.
El primer ministro iraquí Haider al Abadi calificó esas destrucciones de "provocaciones" y aseguró que "no quedarán impunes".
El viernes, la Unesco anunció que había enviado una carta a la Corte Penal Internacional. "Esperamos que haya una reacción de la Corte Penal Internacional, es muy importante porque va a movilizar a gran parte del mundo", declaró a la prensa la directora general de la Unesco, Irina Bokova.
"Lanzamos una coalición internacional contra el tráfico ilícito de bienes culturales", agregó Bokova, calificando lo ocurrido de "limpieza cultural".
Por su parte, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, declaró, también este viernes, que "esta bárbara agresión contra el patrimonio del pueblo iraquí representa uno de los crímenes más abominables cometidos en nuestra época contra el patrimonio de la humanidad".
El presidente francés, François Hollande, también denunció un acto de "barbarie" contra "las personas, la historia, las memorias, la cultura".
El grupo EI controla Mosul, segunda ciudad de Irak, desde junio y ya ha destruido sitios culturales, incluyendo santuarios musulmanes.
En esta oportunidad, los islamistas también dinamitaron una mezquita kurda del siglo XII en plena ciudad, según testigos.
Para Ihsan Fethi, un profesor de arquitectura iraquí residente en Ammán, los yihadistas atacaron la mezquita de Judr, ya que albergaba la tumba de una persona venerada, lo que constituye un acto de idolatría para ellos.
En el vídeo, uno de los combatientes dice a la cámara: "Musulmanes, estas estatuas eran ídolos para la gente de tiempos antiguos, que las adoraban en lugar de adorar a Dios".
El punto de vista de los yihadistas es marginal, ya que la mayoría de los religiosos musulmanes consideran que lo que eran ídolos en la época del profeta Mahoma ahora forman parte del patrimonio cultural.
Para Radwan al Sayyed, profesor de ciencias islámicas en la Universidad Libanesa, "las estatuas del museo de Mosul no son ídolos de dioses, sino estatuas de reyes, animales y pájaros".
"Aunque fuesen estatuas de dioses, están en un museo, y el Corán nos insta a extraer enseñanzas de ellas porque eran para gente que vivió hace mucho tiempo y eso nos enseña que la vida es finita", agregó.
Una destacada autoridad islámica egipcia recalcó por su parte que los propios compañeros de Mahoma nunca llevaron a cabo destrucciones de este tipo.
"Hay antigüedades de este tipo en todos los países conquistados por los musulmanes, pero los compañeros del profeta no ordenaron su destrucción, ni siquiera autorizaron a nadie a acercarse a ellos", afirmó en un comunicado Dar al Ifta.
En este contexto, un arqueólogo iraquí de la Universidad de Stony Brook, Abdelamir Hamdani, estimó que los yihadistas podrían ahora atacar otros sitios, como el de Hatra, situado a 100 kilómetros al sur de Mosul e "inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial" de la Unesco.
"Quizás también ataquen y destruyan Hatra, un sitio muy aislado en el desierto", declaró.