AFP (Agencia France-Presse)
Minsk, Bielorrusia. - Las negociaciones de paz entre el gobierno ucraniano y los rebeldes prorrusos se reanudaron este miércoles en Minsk sin aparente éxito, ni fecha para que continúen. No hay acuerdo en el status de la región, pero se discute un intercambio de prisioneros.
Durante más de cinco horas ambas partes hablaron en términos que un portavoz de los rebeldes describió como difíciles.
"Fue un encuentro preliminar, difícil (...) La fecha del próximo encuentro no está establecida" declaró el emisario de la república autoproclamada de Donetsk, Denis Puchilin, en un sitio web, una declaración corroborada por su colega de Lugansk, otra "república" rebelde.
Las negociaciones, a puerta cerrada, tuvieron lugar en la antigua residencia del presidente bielorruso Alexander Lukashenko en pleno centro de la capital.
Tras cuatro meses de interrupción, los negociadores estuvieron de acuerdo en volver a la mesa para intentar poner fin a un conflicto que ya se ha cobrado más de 4.700 muertos.
Al encuentro asistieron el expresidente ucraniano Leonid Kuchma y el embajador ruso en Ucrania Mihai Zurabov, junto a una representante de la OSCE, y los emisarios prorrusos de Lugansk y Donetsk.
Un dirigente de la "república" de Donetsk, Alexander Zakharchenko, aseguró que habría una nueva ronda, pero no dio más detalles.
Fue el presidente ucraniano Petro Poroshenko quien anunció estas negociaciones tras una conversación telefónica a cuatro con la canciller alemana Angela Merkel y los presidentes francés François Hollande y ruso Vladimir Putin.
Además de la retirada de las armas pesadas, ambas partes deben discutir el intercambio de prisioneros. Los servicios de seguridad ucranianos (SBU) anunciaron este miércoles que liberarían a 225 personas, entre las que había ciudadanos rusos.
Según fuentes ucranianas, los insurgentes aún mantienen detenidos a entre 630 y 690 personas, entre militares, periodistas, voluntarios y civiles.
Los rebeldes piden que se reanude la financiación de las zonas bajo su control, cortada por Kiev en noviembre, y reclaman un "estatuto especial" para Donetsk y Lugansk.
Este estatuto estaba previsto en los acuerdos firmados en Minsk en septiembre. Según Kiev y los occidentales, los rebeldes violaron esos acuerdos al organizar a principios de noviembre elecciones denunciadas por la comunidad internacional y que las autoridades ucranianas quieren sean anuladas.
- Ucrania da un paso hacia la OTAN -
Los enfrentamientos entre soldados ucranianos e insurgentes prorrusos se iniciaron en el mes de abril, en el este del país.
Un alto el fuego instaurado el 9 de diciembre ha sido globalmente respetado, pese a algunos enfrentamientos esporádicos.
Pero la reunión de Minsk se celebró en un contexto de creciente tensión entre Ucrania y Rusia, poco después de un simbólico voto en el parlamento de Kiev sobre el abandono del estatuto de país no alineado, una decisión que le permitirá solicitar en un futuro su adhesión a la OTAN.
El presidente ucraniano justificó la necesidad de la ley por la "agresión" militar rusa contra Ucrania. Kiev y Occidente acusan a Moscú, tras la anexión en marzo de Crimea, de haber organizado y armado a la rebelión y de haber lanzado una ofensiva militar en la región.
Por su lado, Rusia condenó claramente la decisión del parlamento ucraniano.
"De facto, se trata de una demanda de adhesión a la OTAN, lo que transforma a Ucrania en un potencial adversario militar de Rusia", declaró el lunes el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev.
Esta decisión "tendrá consecuencias extremadamente negativas, y nuestro país se verá obligado a reaccionar", añadió.
Por su lado, el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, advirtió de que si Ucrania abandona el estatuto de país no alineado "exacerbará el clima de confrontación".