Terminar con servidumbre en Tíbet avance gigantesco en derechos humanos
Xin-hua, China
El próximo 28 de marzo es una fecha memorable en la historia de los derechos humanos. Cincuenta años antes de ese día, el Tíbet de China empezó la reforma democrática en su territorio de más de 1,2 millones de kilómetros cuadrados.
Un coro de mujeres tibetanas canta la canción "En el Campo Esperanzador" durante una actuación en Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet, suroeste de China.
BEIJING, 26 mar (Xinhua) -- La reforma puso fin a la servidumbre feudal de siglos de existencia bajo el régimen teocrático y liberó a cerca de un millón de siervos. La reforma democrática del Tíbet hace 50 años constituyó un capítulo importante en el movimiento mundial para abolir la esclavitud, constituyendo un avance histórico en los derechos humanos mundiales. La fecha debe ser recordada y celebrada por todos aquellos que se interesan en los derechos humanos.
La servidumbre confinaba a los siervos a la tierra de sus amos y los sometía a la explotación cruel a través de la esclavitud humana. La servidumbre no sólo obstaculizó el crecimiento de las fuerzas productivas, sino que también sofocó la libertad de las personas. Ante los ojos de algunos expertos occidentales, el Tíbet antes del 28 de marzo de 1959 presentaba un panorama igual de oscuro. El tibetólogo estadounidense Melvyn C. Goldstein dijo que el viejo sistema del Tíbet consistía en confinar la mano de obra a la tierra, para que los terratenientes pudieran beneficiarse enormemente de ella.
En su libro "El viejo Tíbet frente a la nueva China", el viajero francés Alexander David-Neel escribió: "Todos los campesinos en el Tíbet son siervos agobiados con deudas de por vida y es casi imposible encontrar a alguno de ellos que haya pagado sus deudas".
Sin embargo, nadie puede revertir la tendencia de la historia. La servidumbre feudal y la esclavitud estuvieron condenadas a la desaparición porque obstaculizaban la productividad, violaban los derechos humanos y distorsionaban la naturaleza humana.
Las reformas democráticas de 1959 en el Tíbet también anunciaron una era completamente nueva para el Tíbet después de que fuera sofocada una rebelión de un puñado de señores feudales.
La abolición de la esclavitud constituyó un avance enorme en el desarrollo de los derechos humanos en el mundo. La gente tiene motivos para conmemorar la fecha en que fue abolida la servidumbre en el Tíbet. Eso ayuda a la gente a reflexionar sobre qué es correcto y qué es equivocado, entre el bien y el mal, y brinda una oportunidad para honrar a quienes perdieron la vida bajo el sistema oscuro.
Conmemorar el fin de la servidumbre en el Tíbet está destinado a que la historia ilumine el futuro y recordar a la gente que valore y salvaguarde lo que ha logrado en la promoción de los derechos humanos. Actualmente, anhelando su paraíso perdido, los ex señores feudales encabezados por el Dalai Lama siguen tratando de encubrir la servidumbre del viejo Tíbet con todo tipo de mentiras. Sin embargo, su intento de hacer volver al Tíbet a los viejos días de oscuridad está condenado al fracaso.
BEIJING, 26 mar (Xinhua) -- La reforma puso fin a la servidumbre feudal de siglos de existencia bajo el régimen teocrático y liberó a cerca de un millón de siervos. La reforma democrática del Tíbet hace 50 años constituyó un capítulo importante en el movimiento mundial para abolir la esclavitud, constituyendo un avance histórico en los derechos humanos mundiales. La fecha debe ser recordada y celebrada por todos aquellos que se interesan en los derechos humanos.
La servidumbre confinaba a los siervos a la tierra de sus amos y los sometía a la explotación cruel a través de la esclavitud humana. La servidumbre no sólo obstaculizó el crecimiento de las fuerzas productivas, sino que también sofocó la libertad de las personas. Ante los ojos de algunos expertos occidentales, el Tíbet antes del 28 de marzo de 1959 presentaba un panorama igual de oscuro. El tibetólogo estadounidense Melvyn C. Goldstein dijo que el viejo sistema del Tíbet consistía en confinar la mano de obra a la tierra, para que los terratenientes pudieran beneficiarse enormemente de ella.
En su libro "El viejo Tíbet frente a la nueva China", el viajero francés Alexander David-Neel escribió: "Todos los campesinos en el Tíbet son siervos agobiados con deudas de por vida y es casi imposible encontrar a alguno de ellos que haya pagado sus deudas".
Sin embargo, nadie puede revertir la tendencia de la historia. La servidumbre feudal y la esclavitud estuvieron condenadas a la desaparición porque obstaculizaban la productividad, violaban los derechos humanos y distorsionaban la naturaleza humana.
Las reformas democráticas de 1959 en el Tíbet también anunciaron una era completamente nueva para el Tíbet después de que fuera sofocada una rebelión de un puñado de señores feudales.
La abolición de la esclavitud constituyó un avance enorme en el desarrollo de los derechos humanos en el mundo. La gente tiene motivos para conmemorar la fecha en que fue abolida la servidumbre en el Tíbet. Eso ayuda a la gente a reflexionar sobre qué es correcto y qué es equivocado, entre el bien y el mal, y brinda una oportunidad para honrar a quienes perdieron la vida bajo el sistema oscuro.
Conmemorar el fin de la servidumbre en el Tíbet está destinado a que la historia ilumine el futuro y recordar a la gente que valore y salvaguarde lo que ha logrado en la promoción de los derechos humanos. Actualmente, anhelando su paraíso perdido, los ex señores feudales encabezados por el Dalai Lama siguen tratando de encubrir la servidumbre del viejo Tíbet con todo tipo de mentiras. Sin embargo, su intento de hacer volver al Tíbet a los viejos días de oscuridad está condenado al fracaso.