Terry Gilliam vuelve a Venecia con filme contra los excesos de la tecnología
AFP (Agencia France-Presse)
VENECIA. - El veterano cineasta Terry Gilliam regresó este lunes a Venecia para competir en la 70 edición de la Mostra con un filme surrealista de ciencia ficción que denuncia los excesos del presente tecnológico, la soledad, los amores virtuales y que en su primera proyección fue recibido a la vez con ovaciones y chiflidos.
Una escena de Teorema Cero
"Narro una sociedad en la que la soledad dejó de existir. Todo el mundo está conectado siempre a internet, incapaz de vivir el momento en forma plena porque tiene ansia de comunicar inmediatamente a los otros lo que vive y siente", recalcó el cineasta británico nacido en Estados Unidos, de 73 años, autor del célebre "Brazil", una versión libre del libro de George Orwell "1984".
La obsesión por el futuro del cineasta se transforma en su última cinta en una denuncia del presente, aunque reconoció que decidió dejar un final abierto como un mensaje de esperanza, en el que el amor puede ser el camino para redimirse.
"El amor es peligroso para la sociedad", comentó divertido Gilliam durante la presentación a la prensa.
En un mundo controlado por Management, que observa todos los movimientos a través de telecámaras instaladas hasta en los ojos, en una suerte de Gran Hermano de nuestros días, Qohen Leth, el actor Christoph Waltz, un genio de la informática, intenta resolver el teorema cero: el sentido de la vida.
Desde su extraña habitación, una iglesia gótica, oscura y sucia, con ratones y llena de instrumentos informáticos, Qohen espera la llamada telefónica que resuelva el complicado teorema matemático.
"Yo no me creo ni un 'nerd' ni un 'geek', pero me siento ante el ordenador y me dejo seducir", admitió el realizador, que denuncia a su manera las relaciones virtuales, la incomunicación entre jóvenes, el temor frente a las decepciones de la realidad.
"La nueva fe es la tecnología", sostiene Gilliam, que rodó su filme en Bucarest (Romania) en sólo 27 días y con actores amigos, que trabajaron gratuitamente, entre ellos Matt Damon.
"Hay que tener control sobre nuestra vida ya sea virtual, real o surrealista", propone el realizador, que no obstante todo confesó que usó su iphone para completar el filme.