Tiroteos en norte de México dejan 13 muertos
Lístin, República Dominicana
Trece personas murieron el viernes tras dos tiroteos entre soldados y hombres armados en el norte de México, informó el ejército. Entre los muertos se encuentra un transeúnte y un traficante de drogas relacionado con el asesinato de un oficial del ejército jubilado.
El vocero de la marina, José Luis Vergara, dijo que un grupo de soldados se encontraba inspeccionando un rancho en el poblado de Juárez, un suburbio de Monterrey, cuando fue atacado por varios hombres armados. Ocho asaltantes murieron y otros nueve fueron arrestados en el primer tiroteo, dijo Vergara.
La imágenes televisadas mostraban un jardín lleno de cuerpos ensangrentados. Varios hombres estaban esposados, sentados en el suelo con las camisas por encima de sus cabezas y una fila de rifles automáticos cerca.
Vergara dijo que los soldados fueron al rancho a comprobar reportes que indicaban que el traficante de drogas Ricardo Almanza Morales se encontraba allí. El militar explicó que un soldado resultó herido y se encuentra en situación estable.
Almanza Morales trabajaba para los Zetas, traficantes de drogas que también operan como sicarios para el cartel del Golfo de México. Morales fue responsable del asesinato el 4 de noviembre del general Juan Arturo Esparza y sus cuatro guardaespaldas, dijo Vergara.
Esparza fue asesinado poco después de ser nombrado comisario de policía de García, un suburbio de Monterrey. Cinco agentes de policía de García fueron algunos de los 10 arrestados en el caso.
El procurador de Justicia de Nuevo León, Alejandro Garza y Garza, dijo que un segundo tiroteo en Monterrey acabó con la vida de cinco personas. El ataque ocurrió cuando hombres armados en vehículos deportivos que se dirigían al rancho para presuntamente rescatar a los arrestados se toparon con un convoy militar.
Durante el tiroteo, uno de los vehículos de los asaltantes acabó en llamas. Tres personas murieron en su interior, dijo Garza y Garza. Un cuarto cuerpo fue encontrado a unos 50 metros (165 pies) del vehículo incendiado. Una mujer que conducía cerca de donde ocurrió el tiroteo murió debido al impacto de una bala y otros dos transeúntes resultaron heridos, explicó.
Siete personas fueron arrestadas durante el segundo tiroteo, dijo Garza y Garza.
Horas después de los tiroteos, hombres que se sospecha trabajan para los Zetas atacaron un centro de detención en Escobedo, en el suburbio de Monterrey, matando a dos agentes de la policía federal que hacían guardia y liberando a 23 presos.
Quince de los presos liberados son miembros de una banda de secuestradores que trabaja para los Zetas. Los otros ocho son gente detenida por robos, señaló el procurador.
Los medios de comunicación locales habían reportado que algunos de los rescatados eran agentes de policía locales que trabajaban para los traficantes. Garza y Garza no dijo si habían agentes de policía entre los liberados.
El ataque al centro de detención fue "una reacción a la redada (de los soldados) y su trabajo de espionaje", dijo el procurador.
Los enfrentamientos entre soldados y traficantes ocurren con cada vez más frecuencia en Monterrey, la ciudad más rica de México, a medida que los soldados continúan su lucha contra el narcotráfico y contra los agentes de policía corruptos que colaboran con traficantes.
La violencia generada por el tráfico de drogas ha costado casi 14.000 vidas a través de México desde que el presidente Felipe Calderón envió soldados a varias esquinas del país a finales del 2006 para acabar con los carteles.
El mismo viernes, los ocho funcionarios del poblado de Tancitaro (incluido el alcalde), en el estado de Michoacán, dimitieron alegando que habían sido amenazados por traficantes de drogas. Ni uno solo de los agentes de policía del poblado se presentó al trabajo.
El alcalde de Tancitaro, José Meza, no pudo ser localizado para comentar sobre el asunto, pero el congreso del estado organizó una reunión de emergencia para discutir la situación gubernamental de la pequeña ciudad.
Tancitaro está en una zona plagada de crimen relacionado con el tráfico de drogas y en marzo Gonzalo Paz, secretario del Consejo Municipal, fue secuestrado, torturado y asesinado. Los soldados han destruido más de 20 laboratorios de metanfetamina este año en el poblado y varios agentes de policía han sido asesinados por traficantes.
La imágenes televisadas mostraban un jardín lleno de cuerpos ensangrentados. Varios hombres estaban esposados, sentados en el suelo con las camisas por encima de sus cabezas y una fila de rifles automáticos cerca.
Vergara dijo que los soldados fueron al rancho a comprobar reportes que indicaban que el traficante de drogas Ricardo Almanza Morales se encontraba allí. El militar explicó que un soldado resultó herido y se encuentra en situación estable.
Almanza Morales trabajaba para los Zetas, traficantes de drogas que también operan como sicarios para el cartel del Golfo de México. Morales fue responsable del asesinato el 4 de noviembre del general Juan Arturo Esparza y sus cuatro guardaespaldas, dijo Vergara.
Esparza fue asesinado poco después de ser nombrado comisario de policía de García, un suburbio de Monterrey. Cinco agentes de policía de García fueron algunos de los 10 arrestados en el caso.
El procurador de Justicia de Nuevo León, Alejandro Garza y Garza, dijo que un segundo tiroteo en Monterrey acabó con la vida de cinco personas. El ataque ocurrió cuando hombres armados en vehículos deportivos que se dirigían al rancho para presuntamente rescatar a los arrestados se toparon con un convoy militar.
Durante el tiroteo, uno de los vehículos de los asaltantes acabó en llamas. Tres personas murieron en su interior, dijo Garza y Garza. Un cuarto cuerpo fue encontrado a unos 50 metros (165 pies) del vehículo incendiado. Una mujer que conducía cerca de donde ocurrió el tiroteo murió debido al impacto de una bala y otros dos transeúntes resultaron heridos, explicó.
Siete personas fueron arrestadas durante el segundo tiroteo, dijo Garza y Garza.
Horas después de los tiroteos, hombres que se sospecha trabajan para los Zetas atacaron un centro de detención en Escobedo, en el suburbio de Monterrey, matando a dos agentes de la policía federal que hacían guardia y liberando a 23 presos.
Quince de los presos liberados son miembros de una banda de secuestradores que trabaja para los Zetas. Los otros ocho son gente detenida por robos, señaló el procurador.
Los medios de comunicación locales habían reportado que algunos de los rescatados eran agentes de policía locales que trabajaban para los traficantes. Garza y Garza no dijo si habían agentes de policía entre los liberados.
El ataque al centro de detención fue "una reacción a la redada (de los soldados) y su trabajo de espionaje", dijo el procurador.
Los enfrentamientos entre soldados y traficantes ocurren con cada vez más frecuencia en Monterrey, la ciudad más rica de México, a medida que los soldados continúan su lucha contra el narcotráfico y contra los agentes de policía corruptos que colaboran con traficantes.
La violencia generada por el tráfico de drogas ha costado casi 14.000 vidas a través de México desde que el presidente Felipe Calderón envió soldados a varias esquinas del país a finales del 2006 para acabar con los carteles.
El mismo viernes, los ocho funcionarios del poblado de Tancitaro (incluido el alcalde), en el estado de Michoacán, dimitieron alegando que habían sido amenazados por traficantes de drogas. Ni uno solo de los agentes de policía del poblado se presentó al trabajo.
El alcalde de Tancitaro, José Meza, no pudo ser localizado para comentar sobre el asunto, pero el congreso del estado organizó una reunión de emergencia para discutir la situación gubernamental de la pequeña ciudad.
Tancitaro está en una zona plagada de crimen relacionado con el tráfico de drogas y en marzo Gonzalo Paz, secretario del Consejo Municipal, fue secuestrado, torturado y asesinado. Los soldados han destruido más de 20 laboratorios de metanfetamina este año en el poblado y varios agentes de policía han sido asesinados por traficantes.