Tomatito, sus 60 guitarras y el culto al flamenco en familia
AFP (Agencia France-Presse)
Sevilla, España. - El guitarrista español Tomatito, una de las estrellas de la Bienal de flamenco de Sevilla, se muestra como un patriarca gitano fiel a sus "dioses", Camarón de la Isla y Paco de Lucía, con quienes tuvo "el privilegio" de trabajar.
Tomatito es el apodo de José Fernández Torres desde que nació hace 58 años en la ciudad portuaria de Almería, en la región sureña de Andalucía.
Cuarenta seis años de carrera lo llevaron por escenarios de todo el mundo a los que fue propulsado por el superdotado cantaor Camarón de la Isla.
Era todavía un adolescente introvertido de quince años que tocaba la guitarra en una taberna gitana de Málaga cuando José Monge Cruz, el nombre real de Camarón, lo convirtió en su guitarrista para el resto de su juventud.
"Escuchar cantar a Camarón era de sueño", explica a la AFP en ocasión de la 19ª Bienal de flamenco organizada hasta el 2 de octubre en Sevilla, una de las cunas en el siglo XVIII de esta música popular andaluza, cantada y bailada, heredada de los gitanos.
En 1992, "el sueño se rompió" al morir el cantante prodigio "y tuve que bajarme a la realidad, tocar solo, no pensaba que ser solista fuera para mí", prosigue el guitarrista que acompañó durante 18 años al cantaor.
Desde entonces, Tomatito conserva su larga melena ondulada, su modestia de acompañante y un deje de timidez ante el público al que no dirige ni tres palabras.
Pero también desarrolló un carisma de joven patriarca de 58 años de aspecto juvenil y moderno, posando para la AFP con tejanos agujereados y una camisa a topos abierta que permite vislumbrar su cadena de oro.
Pasaron ya 24 años desde que Camarón, debilitado por la droga, fue vencido por un cáncer a los 41 años. "Murió antes de que yo naciera pero siempre está presente (en casa), escuchándolo, hablando de él", revela José "Tomatito hijo" quien, a los 18 años, se prepara para lanzar su primer disco como guitarrista.
Su casa familiar de Aguadulce, frente al Mediterráneo, "está llena de recuerdos de Camarón y de Paco", asegura. Alberga también "unas 60 guitarras" entre ellas "la que toco ahora, que estaba hecha para Camarón de la Isla y se la cedió a mi padre", dice el joven con una sonrisa radiante y un aro dorado en cada oreja.
Los seis hijos y siete nietos viven también impregnados por el flamenco familiar. "Cuando nos ponemos a tocar, uno de mis nietos canta, otro baila.", cuenta Tomatito. "¡Me hace gracia!".
Haber grabado discos de antología con Camarón y Paco de Lucía lo convierte en una estrella del flamenco, con numerosos premios y una gira programada por América desde octubre.
Pero disputarse la herencia de "San Paco" entre una generación de nuevos y talentosos guitarristas no va con él: "tienes que ser feliz y basta".
Su abuelo "El Tomate" ya tocaba la guitarra, su padre formaba parte de la fanfarria militar de Almería y su tío, Niño Miguel, también fue un reconocido guitarrista.
Era otra época en la que los chiquillos aprendían el flamenco "en la escuela callejera", "todos en la puerta de una casa a tocar".
"Mi madre me decía 'basta ya, no toques más' porque estaba todo el día tocando, iba detrás de ella a la cocina y 'tocotontocoton', iba al cuarto y 'tocotontocoton'", recuerda.
Como muchas estrellas flamencas, es autodidacta y no sabe leer una partitura. Eso añade valor a su actuación del próximo sábado: por primera vez y "de memoria" interpretará el célebre Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo junto a una orquesta, en Guadix. Como Paco de Lucía, "el mejor de todos los tiempos", hizo antes que él.
Pero cuando la prensa insiste en buscar herederos al maestro muerto en 2014, Tomatito zanja la discusión: "Entre todos no hacemos un Paco. Estaba Paco y luego estamos los demás".
Cuarenta seis años de carrera lo llevaron por escenarios de todo el mundo a los que fue propulsado por el superdotado cantaor Camarón de la Isla.
Era todavía un adolescente introvertido de quince años que tocaba la guitarra en una taberna gitana de Málaga cuando José Monge Cruz, el nombre real de Camarón, lo convirtió en su guitarrista para el resto de su juventud.
"Escuchar cantar a Camarón era de sueño", explica a la AFP en ocasión de la 19ª Bienal de flamenco organizada hasta el 2 de octubre en Sevilla, una de las cunas en el siglo XVIII de esta música popular andaluza, cantada y bailada, heredada de los gitanos.
En 1992, "el sueño se rompió" al morir el cantante prodigio "y tuve que bajarme a la realidad, tocar solo, no pensaba que ser solista fuera para mí", prosigue el guitarrista que acompañó durante 18 años al cantaor.
Desde entonces, Tomatito conserva su larga melena ondulada, su modestia de acompañante y un deje de timidez ante el público al que no dirige ni tres palabras.
Pero también desarrolló un carisma de joven patriarca de 58 años de aspecto juvenil y moderno, posando para la AFP con tejanos agujereados y una camisa a topos abierta que permite vislumbrar su cadena de oro.
- Una saga flamenca -
Pasaron ya 24 años desde que Camarón, debilitado por la droga, fue vencido por un cáncer a los 41 años. "Murió antes de que yo naciera pero siempre está presente (en casa), escuchándolo, hablando de él", revela José "Tomatito hijo" quien, a los 18 años, se prepara para lanzar su primer disco como guitarrista.
Su casa familiar de Aguadulce, frente al Mediterráneo, "está llena de recuerdos de Camarón y de Paco", asegura. Alberga también "unas 60 guitarras" entre ellas "la que toco ahora, que estaba hecha para Camarón de la Isla y se la cedió a mi padre", dice el joven con una sonrisa radiante y un aro dorado en cada oreja.
Los seis hijos y siete nietos viven también impregnados por el flamenco familiar. "Cuando nos ponemos a tocar, uno de mis nietos canta, otro baila.", cuenta Tomatito. "¡Me hace gracia!".
Haber grabado discos de antología con Camarón y Paco de Lucía lo convierte en una estrella del flamenco, con numerosos premios y una gira programada por América desde octubre.
Pero disputarse la herencia de "San Paco" entre una generación de nuevos y talentosos guitarristas no va con él: "tienes que ser feliz y basta".
- "Estaba Paco, luego los demás" -
Su abuelo "El Tomate" ya tocaba la guitarra, su padre formaba parte de la fanfarria militar de Almería y su tío, Niño Miguel, también fue un reconocido guitarrista.
Era otra época en la que los chiquillos aprendían el flamenco "en la escuela callejera", "todos en la puerta de una casa a tocar".
"Mi madre me decía 'basta ya, no toques más' porque estaba todo el día tocando, iba detrás de ella a la cocina y 'tocotontocoton', iba al cuarto y 'tocotontocoton'", recuerda.
Como muchas estrellas flamencas, es autodidacta y no sabe leer una partitura. Eso añade valor a su actuación del próximo sábado: por primera vez y "de memoria" interpretará el célebre Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo junto a una orquesta, en Guadix. Como Paco de Lucía, "el mejor de todos los tiempos", hizo antes que él.
Pero cuando la prensa insiste en buscar herederos al maestro muerto en 2014, Tomatito zanja la discusión: "Entre todos no hacemos un Paco. Estaba Paco y luego estamos los demás".