Tras ultimátum de ex rebeldes, el gobierno libio anuncia un "compromiso"

AFP (Agencia France-Presse)

TRÍPOLI. - El primer ministro libio Ali Zeidan anunció el martes de noche que había alcanzado un "compromiso" con los ex rebeldes que lanzaron un ultimátum al parlamento para que abandonase el poder en algunas horas.

Varios poderosos grupos armados libios habían dado, antes en la jornada, al Congreso General Nacional (CGN, parlamento), mayor autoridad política del país, sólo algunas horas para dejar el poder, amenazando con detener a los diputados 'recalcitrantes'.

Zeidan, por su parte, señaló posteriormente en una breve declaración que había iniciado discusiones con los diferentes grupos de ex rebeldes, la ONU y el CGN, anunciando que se "había alcanzado un compromiso" y que la cordura se había impuesto.

No obstante, el primer ministro no brindó precisiones sobre la naturaleza de este acuerdo.

Antes, el jefe de la misión de las Naciones Unidas en Libia (USMIL), Tarek Metri, había señalado a la AFP que se había entrevistado con comandantes ex rebeldes para convencerlos "de otorgar una oportunidad al diálogo político".

"Visité a varios comandantes de los zuar (revolucionarios) que habían dado el ultimátum (al parlamento) y les pedí que le brindasen una oportunidad al diálogo político, sobre la base de encarar unas elecciones generales anticipadas", dijo el responsable de la ONU en el país norteafricano.

"Damos al Congreso, cuyo mandato ya expiró, cinco horas para entregar el poder", es decir hasta las 21H30 (19H30 GMT), habían declarado los exjefes rebeldes, entre ellos de las poderosas brigadas de Al Qaaqaa y Al Sawaek, oficiosamente integrantes del ejército libio.

Los miembros del CGN reaccionaron de inmediato, denunciando las amenazas de un "golpe de Estado".

El CGN se enfrenta desde fines de enero a un movimiento de protesta debido a su controvertida decisión de prorrogar su mandato, que terminaba en principio el 7 de febrero.

Electo en julio de 2012, el Congreso tenía por misión organizar elecciones generales tras la adopción de una Constitución cuya redacción no ha comenzado aún.

Libia celebró el lunes el tercer aniversario del inicio de la revolución que derrocó al régimen de Muamar Gadafi en 2011, en un clima de incertidumbre, de profunda crisis política y de persistente inseguridad.

Bajo la presión popular, el Congreso había anunciado el domingo un acuerdo entre sus bloques políticos con vistas a las elecciones generales que designen a nuevas autoridades de transición, a la espera de una Constitución.

Pero no se ha hallado aún ningún consenso sobre el nuevo sistema político a adoptar para la próxima etapa de transición.

Algunos se declaran a favor de la elección de un presidente y de un parlamento, pero otros abogan por elegir de nuevo a los 200 miembros del Congreso.

Por lo demás, el futuro del primer ministro Ali Zeidan -que superó a fines de enero una moción de censura en el CGN- sigue siendo incierto. Varios bloques parlamentarios están buscando un acuerdo sobre una personalidad más consensual para reemplazarlo, según fuentes del Congreso.

Para el analista político Sufien Al Mashri, "Libia se encamina hacia la perdición, las armas circulan por todas partes y reina la inseguridad".

Según él, "el país está en un callejón sin salida pues los nuevos dirigentes privilegian sus propios intereses en detrimento de los de la nación, y se aferran al poder".



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