Trump firma acuerdos millonarios en China y pide más presión a Corea
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Pekín/Seúl. - La visita de tres días de Donald Trump a China comenzó hoy con la firma de una serie de acuerdos millonarios y un encuentro con su homólogo Xi Jinping, después de que cerrara su estadía en Corea del Sur con un pedido de mayor presión sobre Corea del Norte.
Mientras Trump y Xi visitaban la Ciudad Prohibida acompañados de su esposas, Melania y Peng Liyuan, funcionarios de ambos países firmaron varios acuerdos económicos por 9.000 millones de dólares en los sectores de la aviación, biotecnología e inteligencia artificial.
Se espera que el jueves haya nuevos acuerdos, anunció el viceprimer ministro chino, Wang Yang. Lo de hoy, dijo, fue sólo para "calentar". "Lo mejor viene mañana", agregó el político, que firmó los acuerdos junto al secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross.
La parte china no reparó en esfuerzos para brindarle a Trump un "plus añadido" a su visita oficial. Fuentes conocedoras señalaron que China ha ejercido su máxima influencia para que la visita no se vea torpedeada por el lanzamiento de un misil norcoreano o una prueba nuclear de ese país.
Trump quiere apretar más las clavijas de las sanciones y confía en que Xi le apoye para así conseguir "la presión máxima" sobre el líder norcoreano, Kim Jong-un.
China ya hace "mucho más que en el pasado", dijo un funcionario que acompaña a Trump. De todas formas, consideró que pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, sigue existiendo actividad comercial en la frontera entre China y Corea del Norte, así como conexiones comerciales que no deberían existir.
Estados Unidos, no obstante, mantiene la puerta de las negociaciones abiertas. Para ello Corea del Norte tiene que "reducir las amenazas, poner fin a la provocación y dar pasos serios hacia una desnuclearización", dijo un funcionario al enumerar las condiciones de Estados Unidos.
Corea del Norte por su parte también impone sus requisitos y rechaza hablar sobre la eliminación de las armas nucleares, algo que Estados Unidos no acepta.
Al final de su viaje, Trump tendrá que decidir si Corea del Norte entra en la lista de países que apoyan al terrorismo, señaló una portavoz en el vuelo presidencial hacia Pekín. Ello comportaría la imposición de nuevas sanciones.
En Corea del Sur, Trump habló por la mañana ante la Asamblea Nacional y advirtió al líder norcoreano que tenía que tomar las advertencias de Estados Unidos en serio.
"Confío en hablar por todas las naciones libres y no sólo por Estados Unidos cuando digo: no nos subestimen, no nos desafíen", dijo Trump.
En la casi media hora de discurso, el mandatario esbozó un drástico contraste entre una Corea del Sur próspera y libre y una Corea del Norte completamente devastada, con la economía por el suelo. "Corea del Norte es un país que está siendo gobernado como por una secta", señaló, y apuntó que es un infierno que ninguna persona merece.
A diferencia del día anterior, cuando Trump sorprendió con declaraciones más diplomáticas y dijo que algo se estaba moviendo en el estancado conflicto, su retórica hoy fue contundente pero no bélica. "Estados Unidos no busca un conflicto, pero tampoco nos apartaremos".
Horas antes, el mandatario había tenido que suspender la visita que tenía prevista a la zona desmilitarizada que divide Corea del Sur de Corea del Norte y de la que no se había informado.
Según dijo la portavoz, Trump estuvo a cinco minutos de esa zona, pero la densa niebla hizo que el helicóptero diese la vuelta. "Creo que está muy decepcionado", dijo la funcionaria.
El vuelo había sido mantenido en secreto por motivos de seguridad. Trump quería visitar la zona junto a su homólogo surcoreano Moon Jae-in, que esta mañana le esperaba allí. Esta iba a ser la primera vez que un presidente estadounidense y uno surcoreano visitaban la zona juntos.
En los últimos meses, las tensiones en la región se han agudizado considerablemente después de que Corea del Norte siguiera lanzando misiles e incumpliendo así las resoluciones de la ONU.
Trump y Kim Jong-un se han propinado insultos y fuertes amenazas, lo que alimentó la preocupación de un conflicto armado. A poca distancia de la Asamblea Nacional en Seúl, que estaba hoy estaba fuertemente vigilada, se registraron manifestaciones contra Trump pero también a favor de Estados Unidos.
En su discurso, Trump criticó duramente las violaciones de los derechos humanos en Corea del Norte e instó a todas las naciones a aislar a ese país. El mandatario destacó especialmente a China y Rusia y consideró que nadie debería ayudar de alguna forma a Corea del Norte.
"Nosotros ofrecemos un camino a un futuro mucho mejor. Comienza con el fin de la agresión de su régimen", agregó. Para ello son necesarias dos condiciones: detener el programa de armas nucleares y una desnuclearización completa de la península.
El de Trump es el primer discurso que realiza un presidente estadounidense ante la Asamblea Nacional surcoreana desde que Bill Clinton se dirigiera a la cámara en 1993. El millonario devenido en político hablaba así en el día en que se cumple un año de que ganase las elecciones presidenciales. Su victoria electoral la recordó apenas en una frase secundaria.
Se espera que el jueves haya nuevos acuerdos, anunció el viceprimer ministro chino, Wang Yang. Lo de hoy, dijo, fue sólo para "calentar". "Lo mejor viene mañana", agregó el político, que firmó los acuerdos junto al secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross.
La parte china no reparó en esfuerzos para brindarle a Trump un "plus añadido" a su visita oficial. Fuentes conocedoras señalaron que China ha ejercido su máxima influencia para que la visita no se vea torpedeada por el lanzamiento de un misil norcoreano o una prueba nuclear de ese país.
Trump quiere apretar más las clavijas de las sanciones y confía en que Xi le apoye para así conseguir "la presión máxima" sobre el líder norcoreano, Kim Jong-un.
China ya hace "mucho más que en el pasado", dijo un funcionario que acompaña a Trump. De todas formas, consideró que pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, sigue existiendo actividad comercial en la frontera entre China y Corea del Norte, así como conexiones comerciales que no deberían existir.
Estados Unidos, no obstante, mantiene la puerta de las negociaciones abiertas. Para ello Corea del Norte tiene que "reducir las amenazas, poner fin a la provocación y dar pasos serios hacia una desnuclearización", dijo un funcionario al enumerar las condiciones de Estados Unidos.
Corea del Norte por su parte también impone sus requisitos y rechaza hablar sobre la eliminación de las armas nucleares, algo que Estados Unidos no acepta.
Al final de su viaje, Trump tendrá que decidir si Corea del Norte entra en la lista de países que apoyan al terrorismo, señaló una portavoz en el vuelo presidencial hacia Pekín. Ello comportaría la imposición de nuevas sanciones.
En Corea del Sur, Trump habló por la mañana ante la Asamblea Nacional y advirtió al líder norcoreano que tenía que tomar las advertencias de Estados Unidos en serio.
"Confío en hablar por todas las naciones libres y no sólo por Estados Unidos cuando digo: no nos subestimen, no nos desafíen", dijo Trump.
En la casi media hora de discurso, el mandatario esbozó un drástico contraste entre una Corea del Sur próspera y libre y una Corea del Norte completamente devastada, con la economía por el suelo. "Corea del Norte es un país que está siendo gobernado como por una secta", señaló, y apuntó que es un infierno que ninguna persona merece.
A diferencia del día anterior, cuando Trump sorprendió con declaraciones más diplomáticas y dijo que algo se estaba moviendo en el estancado conflicto, su retórica hoy fue contundente pero no bélica. "Estados Unidos no busca un conflicto, pero tampoco nos apartaremos".
Horas antes, el mandatario había tenido que suspender la visita que tenía prevista a la zona desmilitarizada que divide Corea del Sur de Corea del Norte y de la que no se había informado.
Según dijo la portavoz, Trump estuvo a cinco minutos de esa zona, pero la densa niebla hizo que el helicóptero diese la vuelta. "Creo que está muy decepcionado", dijo la funcionaria.
El vuelo había sido mantenido en secreto por motivos de seguridad. Trump quería visitar la zona junto a su homólogo surcoreano Moon Jae-in, que esta mañana le esperaba allí. Esta iba a ser la primera vez que un presidente estadounidense y uno surcoreano visitaban la zona juntos.
En los últimos meses, las tensiones en la región se han agudizado considerablemente después de que Corea del Norte siguiera lanzando misiles e incumpliendo así las resoluciones de la ONU.
Trump y Kim Jong-un se han propinado insultos y fuertes amenazas, lo que alimentó la preocupación de un conflicto armado. A poca distancia de la Asamblea Nacional en Seúl, que estaba hoy estaba fuertemente vigilada, se registraron manifestaciones contra Trump pero también a favor de Estados Unidos.
En su discurso, Trump criticó duramente las violaciones de los derechos humanos en Corea del Norte e instó a todas las naciones a aislar a ese país. El mandatario destacó especialmente a China y Rusia y consideró que nadie debería ayudar de alguna forma a Corea del Norte.
"Nosotros ofrecemos un camino a un futuro mucho mejor. Comienza con el fin de la agresión de su régimen", agregó. Para ello son necesarias dos condiciones: detener el programa de armas nucleares y una desnuclearización completa de la península.
El de Trump es el primer discurso que realiza un presidente estadounidense ante la Asamblea Nacional surcoreana desde que Bill Clinton se dirigiera a la cámara en 1993. El millonario devenido en político hablaba así en el día en que se cumple un año de que ganase las elecciones presidenciales. Su victoria electoral la recordó apenas en una frase secundaria.