La Hora, Ecuador

La comunidad secoya, así como otros pueblos amazónicos del Ecuador, dependen de los bosques para sobrevivir pero están siendo afectados por la proximidad de culturas extrañas.

Los secoya están ubicados a orillas del río Aguarico, cerca del Cuyabeno (provincia de Orellana), en tan sólo 30 mil hectáreas, lo que representa una mínima parte de lo que eran sus tierras ancestrales.

Las amenazas

“El bombardeo de la actividad petrolera, la extensión de cultivos de palma africana y la tala de bosques son los problemas que atentan contra esta minoría étnica”, explica Pablo Yépez, director de proyectos de la Fundación VIHOMA.

El experto agrega que estas actividades, relacionadas con el acercamiento de los colonos, acaban con los recursos y contaminan su entorno.

Turismo comunitario

Frente a esto y para salvar las tierras amazónicas, los indígenas secoya participan en un proyecto de turismo comunitario llamado ‘Sieco pai’, el mismo que cuenta con la capacitación de la Fundación VIHOMA.

La intención de esta idea es detener la destrucción  de la cultura y de su ambiente, generando “recursos alternativos para que la comunidad no emule las actividades destructivas”, enfatiza Yépez.

Dentro del programa, los indígenas son los encargados de administrar y atender a los turistas que acuden a las cabañas. También realizan labores de guianza y llevan a los visitantes por senderos ecológicos, donde muestran los beneficios de las plantas endémicas de la región.

El programa es cien por ciento ecológico, por lo que hasta “el manejo de desechos es amigable con el ambiente”, señala Yépez.

El ritmo Secoya

Su música tiene significado en las ceremonias, rituales y en algunas prácticas diarias. La contraposición entre lo sagrado y lo profano, lo femenino y lo masculino, lo mítico y lo cotidiano se expresan en sus manifestaciones musicales. En los ritos shamánicos, como la iniciación y la curación, es el shaman quien dirige el repertorio. Sus instrumentos originarios son: Ari Yarihua, Huea Pi'cohue y Pi'cohue.