Un escándalo debilita el poder del presidente sudafricano

AFP, Agence France-Presse

El escándalo provocado por el nacimiento fuera de matrimonio del vigésimo hijo del presidente sudafricano, Jacob Zuma, debilita el apoyo político al jefe de Estado, menos de un año después de su elección, coinciden los expertos.

Jacob Zuma
Jacob Zuma
JOHANNESBURGO, Tabelo Timse, (AFP) - En víspera del discurso a la Nación, previsto el jueves y que debía permitirle capitalizar la recuperación económica del país después de un doloroso año 2009, el presidente se ve confrontado a un escándalo que no se disipa.
Cada día, editorialistas y caricaturistas vuelven a evocar el sentimiento de ultraje de un país que había aceptado empero sin rechistar, el mes pasado, la boda del jefe de Estado polígamo con su tercera esposa y el anuncio de que una cuarta novia esperaba su turno.
Pero la poligamia no es sinónimo de infidelidad en este país, el más afectado del mundo por el sida.
De manera que la revelación la semana pasada de la existencia del 20º hijo de Zuma, nacido en octubre de una relación del presidente sexagenario con la hija de un amigo, desencadenó el escándalo.
Zuma invocó primeramente el respeto de su vida privada, pero luego, ante la persistencia de las críticas, pidió "disculpas" el sábado por el "dolor" que pudo causar a sus allegados y al país.
Disculpas tardías que Sudáfrica no acepta. "Si el presidente es incapaz de respetar los límites sociales del matrimonio ¿cómo podemos esperar que sepa respetar los límites de la Constitución?", planteó el diario Business Day.
Incómodo por la situación, el partido gubernamental, el Congreso Nacional Africano (ANC), mantiene una unidad de fachada. Pero el presidente, que habitualmente no vacila en trasladarse a las villas miserias en cólera, anuló en los últimos días todas sus apariciones públicas.
"El ANC tiene miedo de cualquier incidente que ensombrezca el discurso a la Nación", estima Susan Booysen, de la Universidad de Witwatersrand.
El escándalo "no podía llegar en peor momento", considera también Aubrey Matshiqi, del Centro de Estudios Políticos.
El discurso, pronunciado en el Parlamento y transmitido en directo por la televisión estatal, se focalizará sin duda en la creación de empleos que empieza a registrar Sudáfrica, que ha superado la recesión.
El héroe de la lucha contra el apartheid Nelson Mandela estará presente en el Parlamento, oficialmente para celebrar el 20º aniversario de su liberación de las cárceles del régimen segregacionista.
Su presencia, que debía reforzar al aura del jefe de Estado, podría tener el efecto contrario, estima Booysen: "Los sudafricanos quieren poder estar orgullosos de su presidente y van a hacer la comparación" con Mandela, "de quien todos están orgullosos".
Las consecuencias de esa diferencia se hacen sentir en el ANC, pese a que fue este partido quien eligió al popular Zuma para dirigirlo en diciembre de 2007, en un congreso que significó el fin del liderazgo del entonces presidente Thabo Mbeki.
"El mito de Zuma querido por todos tarda en romperse", cuando en realidad "buena parte de la gente no lo aprecia y votó por él porque era el único candidato contra Mbeki", sostiene Steven Friedman, del Centro de Estudios sobre la Democracia.
Incluso los más firmes aliados del presidente tomaron sus distancias a raíz del escándalo. La confederación sindical Cosatu rehusó "juzgar" al presidente, aunque al mismo tiempo reiteró su apoyo a la campaña en favor de la utilización de preservativos.
El presidente debe hacer frente inmediatamente al "reto de consolidar las fuerzas que lo apoyaron" para llegar al poder, añade Matshiqi.


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