Un nieto de Jacques Cousteau busca perpetuar su legado con hazaña en aguas de Florida

AFP (Agencia France-Presse)

ISLAMORADA. - Un nieto del explorador francés Jacques-Yves Cousteau se sumergirá este domingo en las aguas de Florida (sureste de Estados Unidos) para vivir allí por 31 días, una hazaña que le permitirá realizar experimentos científicos y perpetuar el legado de su abuelo.

"Personalmente para mí es simbólico, porque mi abuelo estuvo con su equipo 30 días bajo el agua en el Mar Rojo hace 50 años", señaló el oceanógrafo Fabien Cousteau en entrevista con la AFP, en Islamorada, una población en los cayos en el extremo sur de Florida.

El francés de 46 años y su equipo, quienes permanecerán en el laboratorio subacuático Aquarius a 20 metros bajo el agua en las costas de Cayo Largo, añadió un día adicional hasta llegar a 31 para "honrar" a Jacques-Yves Cousteau "y todos los acuanautas anteriores que han hecho un trabajo tan fantástico".

Cousteau y su grupo de científicos, ingenieros y camarógrafos que documentarán la experiencia, descenderán a Aquarius, que tiene el tamaño de un autobús (20 metros), el domingo hacia las 10H00 locales (14H00 GMT). Tres de ellos, liderados por Cousteau, permanecerán bajo el agua hasta el 2 de julio.

Cada día tendrán la oportunidad de bucear unas doce horas hasta las 10 de la noche, cuando deberán descansar por ocho horas.

Su abuelo, que falleció en 1997, decía que "para filmar peces debes convertirte en pez, así que qué mejor manera de filmar lo desconocido (...) que volverse un pez por 31 días", dijo.

 

- "Un emprendimiento complicado" -

 

"Este es un emprendimiento complicado y difícil", advierte Fabien Cousteau, quien no es extraño a las aventuras: pasó su infancia a bordo de los famosos barcos de su abuelo Calypso y Alcyone y ya a los cuatro años empezó a bucear.

Será como "vivir en un pequeño apartamento con cinco de tus nuevos mejores amigos", bromea. Él, particularmente, extrañará a su perro, dice.

El laboratorio tiene un ambiente extremadamente húmedo, por lo que un aire acondicionado estará siempre encendido para hacerlo más habitable, y cada cuatro o cinco días el equipo recibirá provisiones y ropa seca.

Volver a la superficie toma más de 18 horas, ya que los buzos deben irse acostumbrando a la presión, por lo que el equipo ha pasado semanas preparando la ardua hazaña y ha practicado operaciones de contingencia en caso de una emergencia.

Los exploradores contarán con tecnología de punta e internet en el laboratorio para comunicarse con la superficie en todo momento y mantenerse activos en las redes sociales. Una imagen en vivo podrá verse en www.mission-31.com.

"Esta es la primera vez que una expedición de un Cousteau puede invitar al mundo en tiempo real" a participar, dijo. "Mi abuelo debe haber soñado con esto, pero no tenía la tecnología para lograrlo".

Además de realizar experimentos con corales, para probar su reacción a diferentes sustancias contaminantes, filmar la fauna acuática y documentar ellos mismos su comportamiento viviendo bajo el agua por más de un mes, los buzos realizarán sesiones educativas con escuelas, museos y acuarios a través de Skype.

Los equipos que usarán, que incluyen cascos que utiliza la NASA para entrenar a sus astronautas bajo el agua, los hace ver como miembros del "equipo seis de los SEAL", el grupo de élite de la Armada de Estados Unidos, dice Cousteau.

 

- Una "obra de teatro" submarina -

Para el oceanógrafo, poder permanecer bajo el agua por tanto tiempo es un sueño hecho realidad.

"Cada vez que me mojo y me pongo a bucear, siento dicha, paz", explica.

El mundo submarino "es como una obra de teatro que se desarrolla frente a tus ojos, puedes ver nuevos colores, nuevos actores", afirma visiblemente emocionado.

Fabien se siente afortunado de haber pasado los primeros treinta años de su vida junto a su abuelo, muchas veces participando en sus aventuras.

"Casi siempre estaba trabajando como parte de la tripulación, desde que tenía siete años", dice. Y tenía que realizar las tareas más diversas y cotidianas, como limpiar el óxido de los motores.

"No había favoritismos", señala el primer nieto de Jacques-Yves Cousteau.

Desde que el abuelo se hizo famoso con sus decenas de documentales sobe la exploración submarina, los Cousteau se han dedicado al océano, y Fabien espera que eso continúe así.

"Somos cuatro nietos y mi hermana tuvo un hijo", explica. "Tiene dos años y medio, así que viene una cuarta generación", agrega con una sonrisa.



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