Un nuevo museo de arte islámico coloca a Qatar en el mapa cultural
El centro, proyectado por el arquitecto I. M. Pei, ha costado 223 millones de euros
El País,ÁNGELES ESPINOSA - Teherán - 25/11/2008
Qatar ha inaugurado este fin de semana su esperado Museo de Arte Islámico. El edificio, obra de Ieoh Ming Pei y con un coste de 300 millones de dólares (233 millones de euros), recibirá el próximo lunes sus primeros visitantes. Es la joya de la corona de un ambicioso plan del jeque Hamad al Thani para convertir su país en centro cultural de Oriente Medio.
Qatar cuenta con las terceras reservas de gas y, dada su escasa población autóctona (apenas un tercio de su millón y medio de habitantes), la mayor renta per cápita del mundo (67.931 euros). Aún así, destacar en medio del delirio arquitectónico de la región resultaba complicado. Para ello, Qatar sacó de su retiro a Pei, autor entre otros de la pirámide de cristal del Louvre. Este premio Prizker ha optado por un edificio de líneas simples y volúmenes cúbicos inspirado por la "austeridad y simplicidad" de la fuente de abluciones de la mezquita cairota de Ibn Tulun y de un fuerte del siglo VIII en Susa (Túnez). El museo, que desde lejos da la impresión de flotar sobre las aguas del golfo Pérsico, se levanta sobre una isla artificial a 60 metros de la bahía de Doha, a la que se accede por un puente peatonal o mediante un barco tradicional.
La fusión cultural se hace patente en el interior, cuyo atrio ha sido comparado con un templo futurista. Su cúpula, de 5,5 metros de altura, queda oculta desde el exterior por una torre cuadrangular, a cuyo lado unas claraboyas en forma de ojo se encargan de filtrar la luz. Además de los 5.000 metros cuadrados destinados a exposiciones del edificio principal, el museo dispone de una biblioteca y un pabellón anexo dedicado a la enseñanza.
La colección, adquirida por la familia real durante la última década, incluye caligrafía, miniaturas, cerámica, orfebrería, ebanistería, joyas, alfombras y otros textiles. Las piezas proceden tanto del mundo islámico como de países que se han visto influenciados por él, desde España hasta la India, y desde los albores del islam en el siglo VII hasta la caída del imperio otomano a principios del siglo XX. Entre sus tesoros, los expertos destacan una escultura de bronce con forma de cabeza de cierva del siglo X, procedente de una fuente de un palacio español; un astrolabio del mismo siglo originario de Irán o Irak, y una alfombra de seda en tonos rojos que fue tejida entre los siglos XIV y XV para Tamerlán, el gobernante musulmán que fijó la capital de su imperio en Samarcanda.
Antes de que pueda valorarse el impacto que el museo va a tener, tanto en Qatar como en la región, su sola puesta en marcha ha alentado un mercado internacional de arte islámico que hasta ahora era marginal. Las casas de subastas Sotheby's, Christie's y Bonhams obtuvieron ventas récord durante la semana dedicada a la especialidad el pasado abril. Los expertos no tienen duda de que los compradores del museo qatarí han perseguido con ahínco (y abundancia de fondos) todo tipo de artefactos relativos a la historia del islam.