Un kamikaze mató al general de brigada Auni Ali, que dirigía la principal academia de inteligencia en Irak, frente a su domicilio al hacer estallar el chaleco de explosivos que llevaba puesto, afirmaron las fuentes.
También al norte de Bagdad, un juez perdió la vida al estallar una bomba lapa adosada a su coche en el pueblo de Salman Pak, informaron fuentes de seguridad y médicas.
Por otro lado, un teniente murió y otros dos militares resultaron heridos al estallar un artefacto en Hit, una ciudad al noroeste de la capital.
Estos ataques no fueron reivindicados pero los insurgentes sunitas, sobre todo los de Al Qaida en Irak, suelen atentar contra dirigentes y contra las fuerzas de seguridad para intentar desestabilizar al gobierno.
Aunque sin alcanzar el nivel de intensidad de los años 2006 y 2007, la violencia sigue enlutando Irak casi a diario.
Irak está sumido en una grave crisis política desde hace casi dos meses, con manifestaciones antigubernamentales contra el primer ministro chiita Nuri al Maliki.