Una impecable Frances McDormand se lleva los aplausos de Venecia
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Venecia. - Frances McDormand sabe que siempre se la recordará por su papel de la jefa de policía Marge en "Fargo", la película con la que conquistó el Oscar, pero Mildred, la madre coraje a la que da vida en "Three Billboards Outside Ebbing, Missouri" entra en la categoría de ser igualmente recordada.
"En el epitafio de mi tumba, si es que hay una lápida, se me recordará como Marge. No me importa porque es una gran película, pero 'Mildred es Marge de mayor'", aseguró hoy la actriz estadounidense, que fue recibida en la sala de prensa del Festival de Venecia con una gran ovación y varios periodistas dieron por segura su quinta nominación al Oscar.
"Three Billboards..." hace referencia a los tres anuncios que Mildred (McDormand) coloca a las afueras de un pequeño pueblo de Missouri para recordar al sheriff local (Woody Harrelson), que el asesinato de su hija, que fue violada y quemada antes de morir, no ha sido resuelto y ya han pasado varios meses desde entonces.
Con una buena dosis de humor (negro) el director británico Martin McDonagh (Londres, 1970) compone una historia de duelo, redención y racismo en la que ninguno de los protagonistas acaba siendo lo que en principio parecen ser.
McDormand (60 años), que al principio se resistió a protagonizar la película por considerar que era demasiado mayor para hacer de madre de la joven asesinada y quería cambiar el personaje a abuela, explicó que la clave del largometraje es la humanidad de los personajes que McDonagh ("In Bruges") supo volcar a la hora de idear la historia.
La actriz reconoció que no suele investigar mucho para meterse en un personaje, pero en esta ocasión sí quiso imitar los andares de John Wayne para imprimir dureza al carácter de Mildred.
Ideada como película coral, McDonagh escribió con McDormand en mente y la escogió por su integridad y su humor, así como por su sensibilidad hacia la clase trabajadora. La actriz encarna a una madre abandonada por un marido maltratador, que saca adelante a sus hijos, pero necesita saber qué pasó con su hija. Cuando acusa al sheriff -enfermo terminal de cáncer- de no haber hecho lo suficiente para encontrar al asesino, el pueblo le da la espalda, pero ella no capitula.
"Hay humanidad en cada uno de los personajes. No hay que verlos como héroes o villanos. Frances es héroe y antihéroe al mismo tiempo", explicó McDonagh al hablar de la riqueza de los protagonistas que han contribuido a que su película sea la más aplaudida hoy de las cintas a concurso.
"Three Billboards..." tuvo una mejor recepción que "Una famiglia", el segundo largo del italiano Sebastiano Riso y el primero con el que compite por el León de Oro
Micaela Ramazzotti, que tanto gustó como madre trastornada en "La pazza gioia" vuelve a encarnar una mujer atormentada. En "Una familiglia" le desespera la idea de quedarse embarazada y volver a entregar al recién nacido. Su pareja (el actor y cantante francés Patrick Bruel) vende el bebé a parejas que desean ser padres y no pueden.
Entre ambos se crea una relación de dependencia mutua de la que Ramazzotti busca escapar. "Cuanto más desesperadas y más desgraciadas son, más las quiero interpretar. Tengo ganas de defender a esas mujeres, defender a quien no se puede defender solo", explicó la actriz, que ve a su personaje como una "esclava" de un proceso que no ha decidido pero que ha aceptado.
"Ella se quiere rebelar de esa prisión. Siempre estoy a favor de esas mujeres. A mí no me gustan las heroínas", aseguró la actriz.
Riso (34 años) insistió en la rueda de prensa que su película está basada en hecho reales, en el mercado negro que existe para conseguir un hijo en Italia, donde la espera de los que quieren adoptar es larga y desesperante y además se niega a las personas que no están en pareja o son homosexuales.
La película, dijo, no trata sobre la maternidad subrrogada ni el mundo de la adopción, sino sobre la dinámica que se establece en la pareja, que vive una relación de tortuosa dependencia. Sin embargo, la historia, que se basa principalmente en el sufrimiento de la protagonista, resulta plana, sin los matices que convierten una situación particular en una buena película.
"Three Billboards..." hace referencia a los tres anuncios que Mildred (McDormand) coloca a las afueras de un pequeño pueblo de Missouri para recordar al sheriff local (Woody Harrelson), que el asesinato de su hija, que fue violada y quemada antes de morir, no ha sido resuelto y ya han pasado varios meses desde entonces.
Con una buena dosis de humor (negro) el director británico Martin McDonagh (Londres, 1970) compone una historia de duelo, redención y racismo en la que ninguno de los protagonistas acaba siendo lo que en principio parecen ser.
McDormand (60 años), que al principio se resistió a protagonizar la película por considerar que era demasiado mayor para hacer de madre de la joven asesinada y quería cambiar el personaje a abuela, explicó que la clave del largometraje es la humanidad de los personajes que McDonagh ("In Bruges") supo volcar a la hora de idear la historia.
La actriz reconoció que no suele investigar mucho para meterse en un personaje, pero en esta ocasión sí quiso imitar los andares de John Wayne para imprimir dureza al carácter de Mildred.
Ideada como película coral, McDonagh escribió con McDormand en mente y la escogió por su integridad y su humor, así como por su sensibilidad hacia la clase trabajadora. La actriz encarna a una madre abandonada por un marido maltratador, que saca adelante a sus hijos, pero necesita saber qué pasó con su hija. Cuando acusa al sheriff -enfermo terminal de cáncer- de no haber hecho lo suficiente para encontrar al asesino, el pueblo le da la espalda, pero ella no capitula.
"Hay humanidad en cada uno de los personajes. No hay que verlos como héroes o villanos. Frances es héroe y antihéroe al mismo tiempo", explicó McDonagh al hablar de la riqueza de los protagonistas que han contribuido a que su película sea la más aplaudida hoy de las cintas a concurso.
"Three Billboards..." tuvo una mejor recepción que "Una famiglia", el segundo largo del italiano Sebastiano Riso y el primero con el que compite por el León de Oro
Micaela Ramazzotti, que tanto gustó como madre trastornada en "La pazza gioia" vuelve a encarnar una mujer atormentada. En "Una familiglia" le desespera la idea de quedarse embarazada y volver a entregar al recién nacido. Su pareja (el actor y cantante francés Patrick Bruel) vende el bebé a parejas que desean ser padres y no pueden.
Entre ambos se crea una relación de dependencia mutua de la que Ramazzotti busca escapar. "Cuanto más desesperadas y más desgraciadas son, más las quiero interpretar. Tengo ganas de defender a esas mujeres, defender a quien no se puede defender solo", explicó la actriz, que ve a su personaje como una "esclava" de un proceso que no ha decidido pero que ha aceptado.
"Ella se quiere rebelar de esa prisión. Siempre estoy a favor de esas mujeres. A mí no me gustan las heroínas", aseguró la actriz.
Riso (34 años) insistió en la rueda de prensa que su película está basada en hecho reales, en el mercado negro que existe para conseguir un hijo en Italia, donde la espera de los que quieren adoptar es larga y desesperante y además se niega a las personas que no están en pareja o son homosexuales.
La película, dijo, no trata sobre la maternidad subrrogada ni el mundo de la adopción, sino sobre la dinámica que se establece en la pareja, que vive una relación de tortuosa dependencia. Sin embargo, la historia, que se basa principalmente en el sufrimiento de la protagonista, resulta plana, sin los matices que convierten una situación particular en una buena película.