AFP (Agencia France-Presse)
KIEV. - Vehículos blindados asaltaron el sábado una base aérea ucraniana en Crimea disparando al aire, lo que puso de manifiesto una vez más la determinación de Moscú pese a las sanciones y esfuerzos diplomáticos de Occidente.
Esta demostración de fuerza ha sido la más espectacular desde la llegada de tropas rusas a Crimea, hace tres semanas, y la incorporación de la península ucraniana a Rusia el martes pasado.
También ha coincidido con las acusaciones de Alemania, importante socio económico de Rusia, que le ha reprochado "dividir Europa", según su ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, en una visita a Kiev.
Su homólogo ruso, Serguei Lavrov, sin duda recibirá más críticas cuando se reúna con el secretario de Estado John Kerry, a principios de la próxima semana.
Su encuentro, para hablar de Ucrania, está previsto durante la cumbre que se celebra el lunes y martes en La Haya y que ha sido convocada por el presidente estadounidense Barack Obama.
En dicho encuentro, se podría decidir expulsar a Rusia del G8, una sanción que se suma a otras anunciadas por Occidente en los últimos días.
- Dueños de la situación -
Las fuerzas rusas controlan la situación en Crimea.
En Belbek, cerca de Sebastopol, las tropas de élite rusas y milicias prorrusas, apoyadas por vehículos blindados, tomaron el control de una base aérea. Los soldados apuntaban sus armas contra los militares ucranianos que osaron, algunos, cantar el himno ucraniano y gritaron: "¡Gloria a Ucrania!".
Los asaltantes entraron en la base adonde llegó una ambulancia con la sirena activada. Poco después se fue, quizá con algún herido, aunque no se pudo saber de qué se trataba.
La situación se calmó poco después, pero los invasores se mostraron hostiles con la prensa y obligaron a una periodista de la AFP a entregar la memoria con imágenes de vídeo del asalto.
Inicialmente, los soldados ucranianos quedaron bloqueados en el interior, antes de evacuar la base, según el ministerio ucraniano de Defensa, que informó de dos heridos, un periodista y un soldado ucraniano.
En otra base aérea en Novofedorivka, en el oeste de la península, la invasión la protagonizaron unos 200 hombres desarmados que gritaban "¡Rusia, Rusia!".
Los militares en el interior lanzaron botes fumígenos, pero los militantes consiguieron alzar la bandera de la Marina rusa en uno de los edificios. Un oficial ruso entró entonces en el edificio para negociar con los ucranianos.
Asimismo, un grupo de hombres armados se apoderaron del navío ucraniano "Slavutitsh", anclado en Sebastopol, anunció el portavoz del ministerio ucraniano de Defensa en Crimea, Vladislav Seleznev.
En los últimos días, otras bases y navíos ucranianos, así como el único submarino de este país en Crimea tuvieron la misma suerte.
Las fuerzas ucranianas han mantenido una actitud de resistencia pasiva ante las invasiones de militantes y fuerzas rusas en las instalaciones de la península, que votó su adhesión a Rusia la semana pasada.
Las autoridades de la península rebelde estiman que junto a las fuerzas rusas ya controlan al menos la mitad de las bases ucranianas y un tercio aproximadamente de sus navíos.
- Guerra de propaganda -
Ucrania desmintió rumores, que imputó a Rusia, de que trataría a sus soldados como desertores.
"Ningún soldado de Crimea -patriotas que no traicionaron su juramento de fidelidad a la nación ucraniana- será olvidado", indicó el ministerio de Defensa.
En una muestra de apoyo a Ucrania el ministro de Exteriores alemán Frank-Walter Steinmeier y el primer ministro canadiense Stephen Harper viajaron a Kiev, ambos con mensajes claros para el vecino ruso.
El referéndum en Crimea fue una "tentativa de dividir a Europa", dijo Steinmeier.
"No podemos aceptar esas circunstancias y no podemos permitir que se repita el derramamiento de sangre", dijo el ministro ante la prensa al término de una entrevista con el primer ministro ucraniano Arseni Yatseniuk.
Ucrania tiene ante si "un camino largo y difícil", añadió.
Harper, el primer líder del G7 en visitar Kiev desde el inicio de la crisis, añadió tras llegar a la capital ucraniana que el líder ruso Vladimir Putin "ha socavado la confianza internacional".
Ucrania cedió en 1994 sus armas nucleares a cambio de la garantía rusa de que respetaría sus fronteras.
Kiev también se enfrenta a la agitación separatista prorrusa en el este de Ucrania. Una nueva manifestación tuvo lugar el sábado en Donetsk, la gran ciudad industrial de la región, con la asistencia de unas 4.000 personas, constató una periodista de la AFP.
Ucrania vive también su propia agitación política. El movimiento paramilitar Pravy Sektor, que se destacó durante los enfrentamientos que llevaron al desplome del régimen prorruso, anunció el sábado su conversión a partido.