BARILOCHE, 29 agosto 2009 (AFP) -
Los doce presidentes de la Unasur se reunieron de urgencia en la sureña ciudad argentina de Bariloche para frenar las tensiones por el acuerdo que permitirá a tropas de Estados Unidos utilizar siete bases militares en Colombia, con un documento que logró satisfacer a las partes.
Al fin de una jornada de discusiones, el documento menciona que los países de la región "reafirman que la presencia de fuerzas militares extranjeras no puede (...) amenazar la soberanía e integridad de cualquier nación sudamericana, y en consecuencia la paz y seguridad de la región".
La frase evitó mencionar explícitamente a Colombia o Estados Unidos pero fue la fórmula encontrada para satisfacer a los países que esperaban una garantía específica de que las tropas serán utilizadas exclusivamente para operaciones dentro de las fronteras colombianas.
"Se fijó doctrina. En este acuerdo no se menciona a Colombia ni a las tropas de EEUU (en las bases colombianas), sino que se aplica para cualquier país de la Unasur", dijo la jefa de Estado argentina, Cristina Kirchner, como balance de los acalorados debates presidenciales en esta localidad turística invernal.
La fórmula encontrada debe contribuir a contener la peor crisis experimentada por la Unasur desde su constitución oficial en 2008, por un episodio que, en la evaluación de varios presidentes, afectó de forma evidente la confianza entre gobiernos de la región.
"Algunos esperaban que esta reunión volara por los aires. Pero hay ideas diferentes y hay conclusiones en las que nos comprometemos a una hoja de ruta", dijo Kirchner.
En tanto, el presidente de Ecuador y titular pro témpore de la Unasur, Rafael Correa, definió el acuerdo como "un paso adelante muy importante para la región", pero admitió que "no hay ninguna garantía de que alguien pueda verificar si esas bases son utilizadas de forma adecuada o no".
"Ecuador tuvo una base militar de Estados Unidos, en Manta. Y nos nos engañemos: no hay como controlar lo que los estadounidenses hagan en las bases que le cederá Colombia. ¿Quién va a controlar a los estadounidenses?", dijo el mandatario en una conferencia de prensa al fin de la cumbre.
La Cumbre de la Unasur en Bariloche fue marcada por tensos debates que se extendieron por siete horas, durante las que hubo momentos en que el tono subió más de lo esperado aunque al final prevaleció el sentido de unidad y el bloque resultó fortalecido.
Las posturas más duras contra el uso de bases militares de Colombia por Estados Unidos las plantearon Venezuela, Ecuador y Bolivia, pero incluso Chile, Perú y Paraguay, los más moderados, señalaron su inquietud si una presencia militar foránea pudiera actuar fuera de fronteras.
En este sentido, contribuyó de forma decisiva la decisión adoptada al inicio de la reunión de mantener las transmisiones en directo de la reunión.
Todos los discursos, las discusiones, los rostros crispados la tensión fueron transmitidos en directo por las pantallas de TV, así como los desesperados esfuerzos de los cancilleres en un rincón tratando de sacar a flote un difícil documento que rescatara la unidad.
Esto permitió, por ejemplo, ver al presidente de Colombia, Alvaro Uribe, blanco de todo tipo de críticas, acompañar nerviosamente de pié, con los ojos fijos en sus interlocutores, varios momentos de la reunión.
Incluso la discusión de los presidentes para discutir las frases entre corchetes (indicando falta de consenso) en el texto definitivo fue realizada abiertamente.
Para el canciller brasileño Celso Amorim, "no hay razones para frustraciones con el documento. Debe ser visto como parte de un esfuerzo mayor, de un proceso que debe ser construido. Estoy seguro que hemos discutido un mecanismo para que no existan nuevos conflictos de la misma naturaleza".
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