La chispa que encendió la polémica fue la promesa de Carlos Bruce, candidato a la vicepresidencia en la fórmula del ex presidente y aspirante Alejandro Toledo en las elecciones del 10 de abril, de incluir en el plan de gobierno la unión homosexual.
La iniciativa tiene fuertes probabilidades de concretarse: Toledo lidera todos los sondeos y es uno de los favoritos para suceder a Alan García a partir del 28 de julio del 2011.
Bruce y Toledo no están solos en su batalla: los candidatos Keiko Fujimori y Manuel Rodríguez Cuadros también están de acuerdo con la unión civil.
La unión civil marcaría un avance y les permitiría a parejas homosexuales firmar contratos que les otorgaría los mismos derechos patrimoniales a los que tiene acceso una pareja heterosexual, ha dicho Bruce al defender su propuesta.
"La propuesta ha levantado polvo, pero me parece que ha ganado bastante consenso, gente diversa que se oponía al matrimonio homosexual hoy está de acuerdo en que legalmente los derechos de la pareja sean protegidos", dijo a la AFP el historiador Antonio Zapata, profesor en la Pontificia Universidad Católica.
"Es la primera vez que se aborda el tema en una campaña electoral y que se logra poner el punto en la agenda política", acotó el historiador al destacar ese hecho en un país de costumbres sociales conservadoras y de confesión católica en más del 80%.
En el Perú varios dirigentes políticos de primera línea han sido y son homosexuales, pero ninguno de ellos ha salido del armario para proclamar su opción sexual.
"Existe la creencia entre ellos de que eso arruinaría su carrera política, aunque también hay algunos que anteponen la defensa de su privacidad para no revelarla", indicó Zapata.
El caso ha convertido a activistas homosexuales y a la jerarquía de la Iglesia Católica del Perú en animadores y protagonistas de las elecciones, en medio del relativo consenso de los partidos políticos hacia la legalización de la unión civil.
La propuesta genera la cerrada oposición de la jerarquía católica peruana liderada por el conservador cardenal Juan Luis Cipriani, cardenal y arzobispo de Lima y figura notoria del Opus Dei en América Latina.
Cipriani ha puesto el grito en el cielo y ha encarado a los 11 candidatos presidenciales a fijar sus posiciones respecto al matrimonio homosexual y otros temas como el aborto.
"Tienen que manifestarse de manera clara, qué piensan del aborto, de estas uniones que no son matrimonio (...) queremos saber por quién vamos a votar", dijo recientemente el cardenal.
Según Cipriani, "la naturaleza dice que no es correcto el matrimonio entre parejas del mismo sexo. El único válido es entre un hombre y una mujer porque se complementan física, sicológica y espiritualmente. El matrimonio tiene como finalidad la procreación y la educación de los hijos", enfatizó.
La Iglesia ha cerrado filas contra los homosexuales e incluso el influyente obispo Luis Bambarén, defensor de los derechos humanos, atizó el debate al reclamar que se hable de "maricones" y no de "gays", expresión de la que debió retractarse luego.
El Movimiento Homosexual de Lima (MHOL) se ha movilizado en defensa de sus derechos y organizado eventos relámpagos frente a la catedral de Lima con una campaña pacífica "a favor del amor y la tolerancia", consistente en besos entre parejas del mismo sexo.
"Despreciar a una comunidad no es un ejemplo de lo que se supone son los valores cristianos", sostiene su director ejecutivo, Christian Olivera.
Lo paradójico es que el país no parece ir al mismo ritmo que sus políticos a juzgar por un sondeo nacional de febrero, que reveló que el 69,5% de los peruanos está contra la unión civil entre homosexuales. El rechazo se eleva al 74,4% en el caso del matrimonio gay.