Veintiún muertos en toma de rehenes en el sur de Filipinas (ejército)
AFP, Agence France-Presse
Veintiuna personas, entre ellas 13 mujeres, que formaban parte de un grupo de políticos y periodistas tomados como rehenes en el sur de Filipinas, fueron encontradas muertas el lunes, informó un alto oficial del ejército.
El sangriento acto parece vinculado a las rivalidades políticas entre candidatos antes de las elecciones al cargo de gobernador, previstas para el año próximo.
"Nuestras tropas llegaron a la zona de la toma de rehenes (...) y fueron blanco de disparos", afirmó el mayor general Alfredo Cayton en declaraciones a la radio.
"Hemos encontrado 21 cadáveres. Nuestros hombres siguen rastreando la zona para encontrar a los demás", agregó el militar, afirmando que los rehenes fueron "asesinados por hombres armados" y que hasta el momento no podía dar más precisiones sobre los asesinos.
Poco antes, un portavoz del ejército, el coronel Romeo Brawner, indicó que hombres armados vinculados a un poderoso político local habían tomado como rehenes a 40 personas, entre ellas algunos de sus rivales y 20 periodistas locales.
El secuestro se produjo en la provincia de Maguindanao, en la isla de Mindanao.
Brawner confirmó la cifra de 21 muertos. "Creemos que otros cuerpos han sido enterrados y los estamos buscando", añadió en declaraciones a la televisión ABS-CBN.
Entre los rehenes estaría la esposa de un alcalde de la provincia de Maguindanao, Esmael Mangundadatu, sus asistentes y algunos de sus partidarios, precisó el coronel.
Los periodistas acompañaban a Mangundadatu, que iba a presentar su candidatura al cargo de gobernador de la provincia de Maguindanao, de población mayoritariamente musulmana, en las elecciones previstas en mayo próximo.
El secuestro podría estar ligado a las rivalidades entre el clan del gobernador actual y el de Mangundadatu, según Brawner.
Los ajustes de cuentas y la violencia entre clanes rivales son habituales en el sur de Filipinas, región en la que existe asimismo un conflicto armado entre el ejército y rebeldes separatistas musulmanes.
El gobierno filipino expresó su indignación por el hecho y prometió castigar a los autores de esta "masacre".
"Es una horrible masacre de civiles, que no tiene precedentes recientes", declaró Jess Dureza, consejero de la presidente Gloria Arroyo.
"Debe cesar esta violencia insensata. Pido que sea decretado el estado de emergencia en la región, y que se confisquen todas las armas", añadió.
Por su lado, el consejero político de la presidente, Gabriel Claudio, afirmó: "Se hará justicia, y los responsables serán castigados, sean quienes fueren".