La gigantesca obra, que se inspira en uno de sus cuentos más famosos, "El jardín de los senderos que se bifurcan", fue concebida en los años 80 por el arquitecto inglés Randoll Coate e inaugurada el miércoles en los jardines de la prestigiosa sede de la Fundación Cini, que tuvo la idea de este particular homenaje.
El jardín-laberinto, de poco más de 2 kilómetros, está localizado en uno de los lugares mágicos de la encantadora ciudad de Marco Polo, en la isla San Giorgio Maggiore, frente a la plaza San Marcos y concebido como un lugar para pensar, un espacio que invita a la contemplación y que a la vez permite al visitante perderse entre los arbustos.
La imagen del laberinto, de los caminos intrincados y versos compuestos de manera distinta, inspiraron buena parte de la obra literaria de Borges, uno de los autores más destacados de la literatura del siglo XX, quien publicó ensayos breves, cuentos y poemas.
"Amaba Venecia aún cuando no podía verla", contó al diario La Repubblica la viuda de Borges, Maria Kodama, quien asistió a la inauguración.
Ciego a los 55 años, personaje polémico por sus posiciones políticas que le impidieron ganar el Premio Nobel de Literatura, Borges es recordado en Venecia, ciudad que visitó por última vez en 1984, con un obra fascinante, que la prensa italiana calificó de "onírica".
"Se necesitaron muchos años de paciente trabajo para lograr crear este 'Laberinto de Borges'. Finalmente cumplo mi sueño de que exista uno en Europa", confesó la viuda del escritor.
El jardín-laberinto veneciano es el segundo más grande del mundo, después del que en 2003 fue levantado en Argentina en Los Alamos, en la localidad mendocina de San Rafael.
Desde lo alto, el laberinto veneciano reproduce el nombre de Borges escrito al derecho y al revés, un juego de palabras y formas, de múltiples interpretaciones, como toda su obra literaria.
Por voluntad de Kodama, un pasamanos en el que está grabado en braille el relato El jardín de los senderos que se bifurcan, permitirá al visitante ciego salir del lugar.