Víctimas del robo de bebés durante el franquismo exigen saber la verdad
AFP (Agencia France-Presse)
MADRID. - En un año se denunciaron más de 1.400 casos pero se abrieron pocas investigaciones. Los familiares de bebés robados durante el franquismo y la transición democrática piden a la justicia española que haga toda la luz sobre estas desapariciones.
El escándalo estalló hace un año, con los primeros testimonios de personas, ahora adultas, que sospechaban haber sido robadas al nacer.
El 27 de enero de 2011, una demanda colectiva pidió por primera vez la apertura de una investigación sobre la suerte de 261 recién nacidos.
Un año después, se han acumulado más de 1.400 demandas en tribunales de todo el país. Se realizaron exhumaciones y en tres casos las tumbas estaban vacías.
Sin embargo, los tribunales siguen sin abrir diligencias, lo que llevó a las familias a denunciar un bloque de la justicia.
Agrupadas en tres asociaciones, el viernes entregaron una petición con 89.666 firmas a la Fiscalía General del Estado, en Madrid, pidiendo que se cese de archivar las denuncias y se reabran los casos cerrados.
"Las instituciones siguen permitiendo que se produzca el archivo masivo de nuestras denuncias, en muchos de los casos, sin una investigación exhaustiva", afirmó Soledad Luque Delgado, una portavoz de las familias.
"Sabemos que nadie nos devolverá el tiempo, ni la parte del alma que hemos perdido", aseguró.
"Nadie puede compensar a unos padres que no han visto crecer a sus hijos, ni a los que no hemos podido compartir la vida con un hermano, ni a los que han basado su existencia en una falsa identidad, en una mentira", denunció.
Pero al menos "nos debería quedar el consuelo de saber la verdad", exigió.
Anadir, una de las tres organizaciones impulsora de la petición, considera que hasta 300.000 recién nacidos podrían haber sido robados durante la dictadura franquista (1939-75) y hasta finales de los años 80.
En vigor de un decreto de 1940, el Estado español podía quitar la custodia a las familias si consideraba que la "educación moral" de los niños estaba amenazada.
Esto permitió a la dictadura quitarles los niños a las mujeres encarceladas del bando republicano, que perdió la Guerra Civil, y entregarlos a organizaciones católicas o darlos ilegalmente en adopción.
Se decía a las madres que sus hijos habían muerto en el parto y los niños eran vendidos a familias que no podían tener hijos.
A menudo, fueron falsificadas las identidades de los bebés, que aparecían como hijos biológicos en el libro de familia de sus nuevos padres.
Al término del franquismo, en 1975, los responsables de algunas clínicas continuaron con esta lucrativa práctica, según Anadir.
Hasta 1987 no había ninguna ley en España sobre las adopciones, lo que permitió un amplio tráfico de niños.
En diciembre de 1973, Teumila Domínguez, ahora de 64 años, acababa de dar a luz en un hospital de Madrid cuando le anunciaron que su hija había muerto debido a malformaciones.
Nunca se le permitió ver el cuerpo y siempre sospechó que el hospital había robado al bebé para darlo en adopción.
"Siempre que entro en el metro busco caras de jóvenes para ver si encuentro a mi hija", afirma esta mujer que el viernes manifestaba con su marido.
"Niños robados, madres engañadas", "¡Jueces, buscadlos ya!", gritaban los manifestantes.
"Mi madre tiene 85 años. Todavía tiene esperanza de ver su hija", explica María del Carmen, de 49 años, agitando una pancarta en la que puede leerse "Busco a mi hermana". "Es extraordinario que este tema haya estado tantos años acallado", denuncia.
El año pasado la fiscalía general rechazó una investigación a nivel nacional, por considerar que era competencia de los tribunales regionales.
"Sí, en España se robaron niños, pero lamentablemente nos faltan pruebas para castigar a quienes los robaron y no creo que las vayamos a conseguir", afirmaba un juez de provincias citado el viernes por el diario El País.
El 27 de enero de 2011, una demanda colectiva pidió por primera vez la apertura de una investigación sobre la suerte de 261 recién nacidos.
Un año después, se han acumulado más de 1.400 demandas en tribunales de todo el país. Se realizaron exhumaciones y en tres casos las tumbas estaban vacías.
Sin embargo, los tribunales siguen sin abrir diligencias, lo que llevó a las familias a denunciar un bloque de la justicia.
Agrupadas en tres asociaciones, el viernes entregaron una petición con 89.666 firmas a la Fiscalía General del Estado, en Madrid, pidiendo que se cese de archivar las denuncias y se reabran los casos cerrados.
"Las instituciones siguen permitiendo que se produzca el archivo masivo de nuestras denuncias, en muchos de los casos, sin una investigación exhaustiva", afirmó Soledad Luque Delgado, una portavoz de las familias.
"Sabemos que nadie nos devolverá el tiempo, ni la parte del alma que hemos perdido", aseguró.
"Nadie puede compensar a unos padres que no han visto crecer a sus hijos, ni a los que no hemos podido compartir la vida con un hermano, ni a los que han basado su existencia en una falsa identidad, en una mentira", denunció.
Pero al menos "nos debería quedar el consuelo de saber la verdad", exigió.
Anadir, una de las tres organizaciones impulsora de la petición, considera que hasta 300.000 recién nacidos podrían haber sido robados durante la dictadura franquista (1939-75) y hasta finales de los años 80.
En vigor de un decreto de 1940, el Estado español podía quitar la custodia a las familias si consideraba que la "educación moral" de los niños estaba amenazada.
Esto permitió a la dictadura quitarles los niños a las mujeres encarceladas del bando republicano, que perdió la Guerra Civil, y entregarlos a organizaciones católicas o darlos ilegalmente en adopción.
Se decía a las madres que sus hijos habían muerto en el parto y los niños eran vendidos a familias que no podían tener hijos.
A menudo, fueron falsificadas las identidades de los bebés, que aparecían como hijos biológicos en el libro de familia de sus nuevos padres.
Al término del franquismo, en 1975, los responsables de algunas clínicas continuaron con esta lucrativa práctica, según Anadir.
Hasta 1987 no había ninguna ley en España sobre las adopciones, lo que permitió un amplio tráfico de niños.
En diciembre de 1973, Teumila Domínguez, ahora de 64 años, acababa de dar a luz en un hospital de Madrid cuando le anunciaron que su hija había muerto debido a malformaciones.
Nunca se le permitió ver el cuerpo y siempre sospechó que el hospital había robado al bebé para darlo en adopción.
"Siempre que entro en el metro busco caras de jóvenes para ver si encuentro a mi hija", afirma esta mujer que el viernes manifestaba con su marido.
"Niños robados, madres engañadas", "¡Jueces, buscadlos ya!", gritaban los manifestantes.
"Mi madre tiene 85 años. Todavía tiene esperanza de ver su hija", explica María del Carmen, de 49 años, agitando una pancarta en la que puede leerse "Busco a mi hermana". "Es extraordinario que este tema haya estado tantos años acallado", denuncia.
El año pasado la fiscalía general rechazó una investigación a nivel nacional, por considerar que era competencia de los tribunales regionales.
"Sí, en España se robaron niños, pero lamentablemente nos faltan pruebas para castigar a quienes los robaron y no creo que las vayamos a conseguir", afirmaba un juez de provincias citado el viernes por el diario El País.