Victoria del régimen sirio en Alepo, un revés para Catar y Arabia Saudí

AFP (Agencia France-Presse)

Dubái, Emiratos Árabes Unidos. - Arabia Saudí y Catar, apoyos de los grupos rebeldes en Siria, sufrieron un revés con la reconquista de Alepo por parte del régimen de Bashar al Asad, que vuelve cada vez más vanas sus aspiraciones de que el presidente sirio abandone el poder.

Estos dos ricos países del Golfo ayudaron, como Turquía, a los grupos armados que combaten a las fuerzas prorrégimen en esta devastadora guerra, que ha dejado más de 310.000 muertos desde 2011. 
Pero el régimen consiguió arrebatarle a los insurgentes extensos territorios con la ayuda de Rusia, de Irán y del movimiento chiita libanés Hezbolá, principalmente la parte este de Alepo, que los rebeldes sirios controlaban desde 2012. 
El ejército sirio anunció el jueves que había retomado el control total de la segunda ciudad de Siria, poco después de que saliera el último convoy de insurgentes y civiles del reducto rebelde de Alepo. 
"La caída de Alepo debilitó la posición negociadora de la oposición siria y de sus aliados", principalmente, los países del Golfo, que "deberían tomar la vía de una solución política pues una solución militar se ha vuelto más improbable que nunca" explicó a la AFP Ibrahim Fraihat, analista y profesor en el Doha Institute for Graduate Studies. 
Sin embargo, afirmó, estos países deberían proporcionar armas sofisticadas a los rebeldes, incluyendo lanza misiles tierra-aire móviles Stinger, con el fin de impedir que un "nuevo desequilibrio" de fuerzas aleje la perspectiva de una solución política. 
Pero Washington, aliado de los países del Golfo y apoyo de la oposición siria, teme que esas armas caigan en manos de los yihadistas. 
Para Mathieu Guidère, experto en Oriente Medio y profesor de la universidad de Toulouse en Francia, la reconquista total de Alepo acarreará consecuencias serias para los países del Golfo.
"El destino de Siria ya no está en sus manos", aseguró a la AFP, destacando la creciente cooperación entre Rusia, Irán y Turquía, que envió tropas a Siria para combatir a los yihadistas del grupo Estado Islámico y las milicias kurdas. 
Estos tres países acordaron recientemente ampliar el alto el fuego el fuego, garantizar el acceso de ayuda humanitaria y ser los "valedores" de las negociaciones entre el régimen sirio y la oposición, según el ministro ruso de Relaciones Exteriores. 
Ankara y Moscú también cooperaron en aras del acuerdo para la evacuación de rebeldes y civiles de Alepo.
Ahora, "el desafío para los países del Golfo, no es el propio Asad, sino la nueva alianza entre Rusia, Turquía e Irán", afirmó Guidère.  
La llegada al poder de Estados Unidos de Donald Trump el próximo enero podría modificar todavía más el tablero para los países del Golfo, pues responsables estadounidenses auguran que este pretende un acercamiento con Moscú.
"Los saudíes y otros saben que, bajo el presidente Trump, la deriva occidental hacia Asad se acelerará", consideró Neil Partrick, otro especialista del Golfo. "Esto significará el abandono del objetivo de un Estado cliente sirio, dominado por sunitas, donde Arabia Saudí rivalizaría con los turcos y los cataríes".
Los países del Golfo saben desde hace tiempo que Moscú es el principal actor en Siria y son conscientes de que Washington "podría intentar ahora llegar a un acuerdo con Rusia", señaló.
Según Partrick, "si Arabia Saudí fuera sabia, enviaría señales a Asad ahora, como han hecho los turcos y los egipcios" recientemente. 


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