AFP (Agencia France-Presse)
Idlib, Siria. - Los pocos habitantes que se quedaron en la ciudad siria de Idleb, caída esta semana en manos de Al Qaida, se esfuerzan por volver a la normalidad en medio de los bombardeos de las fuerzas del régimen.
En sus calles casi desiertas sólo se ve a un puñado de comerciantes y de vendedores de frutas y verduras desde que esta semana se ha convertido en la segunda capital provincial siria que escapa al control del régimen de Bashar al Asad en cuatro años de guerra.
"Las ventas son muy escasas, sobre todo desde que todo el mundo huyó de la ciudad debido al bombardeo salvaje de los cazas" de la aviación siria, afirma a la AFP Saad Muaraui, dueño de una tienda de especias.
"Y eso que la mercancía no escasea", faltan clientes, lamenta este joven.
Ahora la mercancía llega "de las zonas liberadas" por los rebeldes en el norte de Siria, explica. "Antes, el régimen la hacía venir de las zonas costeras o de Hama (centro). Pero ahora, gracias a Dios, la ruta está abierta".
Su comercio es uno de los pocos que reabrieron después de los encarnizados enfrentamientos librados en la ciudad antes de que cayera en poder del Frente An Nusra, el brazo sirio de Al Qaida, y de varios grupos rebeldes islamistas.
Las calles dan fe de la violencia de los combates: fachadas reventadas, coches calcinados, casas derrumbadas, cristales rotos y una alfombra de escombros en las aceras.
Hay poco tráfico y los transeúntes se cuentan con los dedos. Se ha restablecido el agua, pero no hay electricidad.
- Ciudad desierta -
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), sólo se han quedado unos miles de habitantes de los cientos de miles de antaño.
"Algunos tienen miedo a regresar debido a los bombardeos y a un posible contraataque del régimen", afirma Rami Abdel Rahman, director del OSDH. "Otros, los que no quieren vivir bajo An Nusra y los islamistas, se marcharon a Latakia", provincia limítrofe de Idleb y en su mayoría bajo control del régimen.
El OSDH informó esta semana de la quema de grandes cantidades de tabaco y de las tiendas que vendían alcohol.
En las calles, los motociclistas agitan la bandera de An Nusra, visible también en las plazas y algunos edificios gubernamentales. En los muros y los escaparates se lee el nombre de Ahrar al Sham, un grupo islamista que participó en la toma de la ciudad.
Por el momento no se ha tomado ninguna medida para administrar Idleb, pero los dirigentes de An Nusra aseguran a la AFP que se restablecerán los servicios públicos.
"Restableceremos los servicios para los ciudadanos como las panaderías y la electricidad y trabajaremos con otros grupos para que la vida siga su curso", afirma Abu Abdel Wahab, un dirigente local del grupo yihadista.
"Se formará una comisión mixta", con respresentantes de Al Nosra y de otros grupos, precisó.
El miércoles el jefe de An Nusra, Abu Mohamad al Jolani, aseguró que su formación no quería "monopolizar" el poder en Idleb y recalcó la importancia estratégica de la ciudad, capital de una provincia fronteriza con Turquía.
"A partir de Idleb liberaremos el resto de las provincias sirias de este régimen", pronosticó.