Viktor Orban aísla a Hungría en Europa, frente a EEUU y el FMI

AFP (Agencia France-Presse)

BUDAPEST. - Nueva constitución de claro color nacionalista a partir del 1 de enero, mosaico de reformas polémicas: en 18 meses, el primer ministro conservador Viktor Orban ha aislado a Hungría en el seno de Europa, frente a Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Viktor Orban
Viktor Orban
El Parlamento húngaro aprobó este viernes la ley de reforma del Banco Central (MNB), por la que se incrementa la influencia del gobierno conservador de Viktor Orban en esta institución, ignorando así las críticas de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional.
La reforma implica la retirada a su presidente de la prerrogativa de elegir a sus tres adjuntos, que serán ahora designados por el jefe del gobierno. El Parlamento elegirá a seis de los nueve miembros del consejo monetario, que decide los tipos de interés a aplicar.
Esta es la última de una serie de reformas impulsadas por el gobierno conservador y que afectan a varios sectores: la prensa, la justicia, la legislación electoral y hasta una ley, llamada "de estabilidad financiera", que ligará de manos a cualquier futuro gobierno ya que impone una mayoría de dos tercios del Parlamento para poder modificar el tipo único (del 16%) del impuesto sobre la renta.
Es poco probable que un gobierno surgido de la oposición alzance semejante mayoría, algo de lo que sí dispone actualmente el partido en el poder, el Fidesz.
El ex primer ministro belga y presidente de los liberales en el Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt, consideró que la nueva Constitución es "el caballo de Troya de un sistema político más autoritario basado en la perpetuación en el poder de un único partido".
Todo ello sin olvidar la designación en puestos de responsabilidad del Estado de personas próximas al primer ministro.
Si en el ámbito cultural, el Fidesz, no ha dudado en promover a personalidades vinculadas a la extrema derecha, incluso claramente antisemitas, en los medios de comunicación públicos, las medidas se han traducido por despidos masivos o pre jubilaciones para los perdiodistas más incómodos. La única emisora de radio opositora, Klubradio, ha perdido su frecuencia.
La política económica de Viktor Orban (impuestos a los bancos, a las eléctricas y a las empresas de telecomunicación, nacionalización de las cajas de jubilación privadas) ha hundido a la divisa húngara, el florín, que ha perdido más del 20% de su valor con respecto al euro en los últimos tres meses.
El 29 de diciembre, las obligaciones del Estado sólo encontraron inversores a un interés del 9%, cuando los analistas financieros consideran que tasas mayores del 7% son insostenibles.
El primer ministro desoyó hasta ahora todas las críticas, ignorando las consecuencias que puede tener para su país y para su pueblo.
Una de las últimas en criticar la situación fue la propia secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, quien se mostró preocupada por "la democracia" en Hungría.
Tras la aprobación de la reforma del Banco Central, el Parlamento debería aprobar ahora una nueva ley sobre las religiones, que reducirá de 300 a 14 las comunidades que se benefician de ayudas públicas, y otra ley que reducirá a la mínima expresión los debates parlamentarios.
También está pendiente una ley sobre "los crímenes comunistas" que implicará retroactivamente a los dirigentes del Partido Socialista (ex comunistas), quienes denuncian la "puesta en marcha de una dictadura".
Todo ello se produce en momentos en que Hungría, bajo presión por los mercados financieros tras la degradación de su deuda a largo plazo a la categoría de "especulativa", lanzó una llamada de socorro a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Salvada ya de la quiebra durante la crisis de 2008-2009, gracias a un crédito de 20.000 millones de euros del FMI, la UE y el Banco Mundial, Hungría necesita actualmente un préstamo de entre 15.000 y 20.000 millones de euros.
Las negociaciones se encuentran en punto muerto, supendidas por el FMI y la UE como protesta por la reforma del MNB.
La UE reaccionó con cautela este viernes a la reforma del Banco Central. "Vamos a evaluar el alcance jurídico de las nuevas leyes", dijo un portavoz a la AFP, recordando que Hungría debe aplicar la "legislación comunitaria".
 


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