DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
Pekín, China. – En sólo cinco años como líder chino, el presidente Xi Jinping ha logrado un nivel de poder y reconocimiento comparable sólo al del fundador de la China comunista, Mao Zedong. Ahora el partido ha propuesto abolir el límite a a la reelección.
En su segundo mandato, que comenzó hace cuatro meses, Xi está conduciendo a China a una "nueva era", su era, marcada por el creciente dominio global del país y la mano dura contra la corrupción y la libertad de expresión.
Ahora el Partido Comunista ha sentado las bases para que Xi pueda seguir en el poder indefinidamente, con su propuesta hoy de abolir el límite de dos mandatos. Para los analistas, es una señal de que en China está comenzando otra era de un "hombre fuerte".
Ya en octubre se elevó el estatus de Xi al incluir en la carta del partido su herencia ideológica, algo que sólo se había hecho con Mao y Deng Xiaoping.
Xi nació en Pekín en 1953, hijo del revolucionario comunista y viceprimer ministro Xi Zhongxun. Sus orígenes le confirieron un profundo sentimiento de pertenencia al partido, que ha puesto de manifiesto en su campaña para combatir la corrupción y consolidar su poder.
El padre de Xi fue purgado en 1962 y encarcelado durante la Revolución Cultural, el movimiento impulsado por Mao para combatir a los denominados "enemigos de clase", como intelectuales y rivales políticos.
Como muchos otros jóvenes en aquella época, Xi Jinping fue enviado a los 15 años a trabajar a un pueblo de la provincia de Shaanxi para ser reeducado. Intentó unirse al Partido Comunista en varias ocasiones pero al principio fue siempre rechazado debido a sus antecedentes familiares.
Según una semblanza del Departamento de Estado norteamericano revelada por WikiLeaks, Xi fue un adolescente "excepcionalmente ambicioso, seguro de sí mismo y centrado" que ya delineaba un plan para hacerse con el control del partido.
Estudió ingeniería química en la prestigiosa Universidad Tsinghua, en Pekín y tras ello trabajó como secretario local del partido en la provincia de Hebei. Fue ascendiendo en el escalafón hasta convertirse en jefe del partido en Shanghai, tras pasar por las provincias de Fujian y Zhejiang.
Durante sus años como líder regional, Xi acarició la primera línea del partido y se mantuvo al margen de los escándalos de corrupción. Algunos consideran que consiguió promocionarse anticipándose a los deseos de la anterior generación de líderes. Además, era cercano al presidente Jiang Zemin.
En 2007 pasó a formar parte del Comité Permanente del Buró Político como posible sucesor del entonces presidente Hu Jintao. Durante el Congreso del Partido de 2012 fue nombrado secretario general del partido y en 2013 se convirtió en presidente del país.
Como líder, se ha querido mostrar como un "hombre del pueblo" que persigue el sueño compartido de una China fuerte y próspera. Además, inició una campaña contra la corrupción que castigó a más de 1,3 millones de funcionarios en cinco años, entre ellos algunos de sus adversarios políticos, critican algunos. También promocionó a sus aliados y aumentó su control sobre el Ejército.
Además, se puso a sí mismo al frente de la economía china restando poder a su primer ministro, Li Keqiang, y al Consejo de Estado. Pero los analistas creen que reaccionó con demasiada lentitud a la hora de abordar las reformas económicas necesarias, impulsando en lugar de ello a empresas estatales de bajo rendimiento y restringiendo el sector privado.
También aumentó el control del Estado sobre los medios de comunicación y la Justicia y restringió el flujo de libre información.
A nivel internacional, su objetivo ha sido elevar a China a la categoría de superpotencia y aumentar su poder económico mediante proyectos como la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda, que pretende crear una ruta de comercio e infraestructura transcontinental centrado en Pekín.
Tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su creciente proteccionismo, Xi se presentó en los últimos años a sí mismo como defensor del libre comercio en el mundo.