Ya ni hablan de Correa
Hoy, Ecuador
En Zumbahua, un campesino lleva a su hijo a la escuela, en bicicleta, mientras pedalea, reflexiona: "A estas alturas (4 400 msnm) quién iba a imaginar que mi Manuelito iba a estar en igualdad de condiciones que un chico de la ciudad, que podría ser un niño del milenio. ¡Cuánto orgullo siento verle manejar esas computadoras (...) con esas pizarras especiales (...) sin que sea el dinero el que haga la diferencia entre su inteligencia y la de los demás. Eso es justicia (...) que todos los niños del Ecuador se eduquen y sean libres de verdad".
El mensaje también confirma que la promoción gubernamental es una engañifa colectiva, pues si bien es cierto que la escuela existe, se trata de una excepción junto a unas, pocas más, ya que gran parte de los locales escolares en el país son destartaladas estructuras, a pesar de que el Ministerio dice haber reparado unos 3 804 locales escolares, invirtiendo $274 millones, en dos años. Ahora mismo, en la Costa, donde comenzó un nuevo año lectivo, hay locales que se caen en pedazos, decenas de niños que no pueden ir a clases, y otros que deben estudiar en locales maltrechos. Idéntico a lo que ocurre en la Sierra.
Maestros en el fingimiento, los publicistas de Carondelet disfrazan la realidad de forma tan persuasiva y argumentativa hasta casi llevarnos a un estado hipnótico donde, pensarán, es posible convencernos que los niños pobres van a escuelas del milenio, con pizarras digitales, cuando las imágenes muestran abandono a los sectores marginales. Una enorme maquinaria propagandística montada con dinero de todos, fabrica opiniones y consignas; y demuele todas las ideas opuestas, pero solo desacreditando al contradictor y evitando la disonancia cognitiva e ideológica.
Con un CNE en el insufrible papel de mandadero, una campaña equitativa ha resultado imposible. Quien más gasta ahora no es el millonario y necio candidato del Prian, sino el presidente-candidato que atosiga los medios, reparte cheques, bonos y urea, por lo que los límites al gasto electoral son una grosera burla al país. Haber notificado al CNE el retiro de los sonsonetes de "la patria ya es de todos" y la "revolución ciudadana está en marcha", con los que el oficialismo cerraba sus mensaje, fue otra burla. Los sonsonetes siguen, pero en calidad de banda sonora de la propaganda de Alianza País y la promoción del régimen, incluyendo el "con infinito amor", pero subliminal. La campaña de 2009 será recordada por estos abusos y porque solo hay algo peor que los publicistas y el Gobierno, una torpe y maltrecha oposición, por lo que, para ganar la Presidencia, el oficialismo ya ni siquiera alude al candidato Correa.
Por Thalía Flores y Flores