AFP (Agencia France-Presse)
TEGUCIGALPA. - Cuatro años y medio después de ser derrocado, Manuel Zelaya ocupa a partir del sábado una silla en el Congreso de Honduras como líder de una oposición que intentará hacer contrapeso al bipartidismo de derecha que aumentará el poder del nuevo presidente Juan Orlando Hernández.
El Congreso, de 128 diputados, será instalado el sábado, dos días antes de que el oficialista Hernández, un abogado de 45 años con reputación de autoritario, asuma la presidencia en sustitución de Porfirio Lobo, para un periodo de cuatro años.
Hernández ganó las elecciones del 24 de noviembre por el Partido Nacional (PN, derecha), contra la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, que denunció como "fraudulentos" los resultados de los comicios.
Pero el nuevo presidente no logró la mayoría en el Congreso, donde tendrá como piedra en el zapato a Zelaya, líder del partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda).
"El gran reto de Zelaya, al frente de Libre, es impulsar una agenda política con los sectores populares que ayuden a enfrentar las políticas neoliberales" emprendidas por el PN y el Partido Liberal (PL, derecha) en las últimas décadas, afirmó a la AFP el analista e historiador Marvin Barahona.
Zelaya, que ganó la presidencia en 2006 por el PL, fue derrocado y enviado al exilio el 28 de junio del 2009 por una alianza de políticos de ambos partidos tradicionales, empresarios y militares, por dar un vuelco a la izquierda y acercarse al entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Al regresar del exilio en 2011, Zelaya fundó Libre con liberales que lo siguieron y las masas que protestaron en las calles por más de cien días contra el golpe de Estado.
En las elecciones pasadas, el PN ganó 48 escaños, Libre alcanzó 37 -incluido Zelaya-, el PL -que quedó debilitado por fuga de los zelayistas- logró 27, el Partido Anticorrupción (PAC) 13 y tres de igual número de partidos pequeños.
Bipartidismo intacto
Pero el martes pasado, en la elección de la directiva del Congreso, un diputado de Libre se plegó al PN por lo que fue expulsado de su institución, quedando ahora 36 en el partido de Zelaya y 49 en el oficialista.
Ese día, el PN ya mostró sus músculos cuando el PL le aportó 24 votos que le permitieron nombrar al presidente del Legislativo que facilitará las cosas a Hernández: gobernar con una alianza bipartidista en el Congreso.
"Se mantiene incólume el bipartidismo", afirmó a la AFP Barahona, al referirse a que ambos partidos y los militares han gobernado a Honduras por más de 100 años.
Con la mayoría de diputados, el bipartidismo tiene la ruta abierta para aprobar las leyes que requiera la simple mayoría, la mitad más uno de los votos (65), pero para emprender reformas constitucionales necesitará dos tercios (86).
"Zelaya quería tener un grupo que pudiera estar frenando permanentemente al PN y eso no lo logró. Los del PL sienten que él los traicionó, que fueron golpeados por Libre", comentó a la AFP Adán Palacios, experto en procesos electorales.
Mediante un denominado "acuerdo de gobernabilidad", Zelaya, de 61 años, sumó con el PAC y uno minoritario una fuerza de 50 diputados para hacer oposición al gobierno, pero no logró ampliar el bloque con el PL.
El acuerdo de los tres partidos dice que "ellos van a estar sacando leyes que favorezcan a los mayorías y ojalá lo logren", resaltó Palacios.
Doris Gutiérrez, la diputada del minoritario Partido Innovación y Unidad (Pinu, social demócrata) que se alió con Libre y el PAC dijo a la AFP que "el acuerdo de gobernabilidad está basado en una agenda común".
Citó, como ejemplo, hacer retroceder el aumento del impuesto sobre ventas del 12 al 15%, incluyendo a los combustibles, y la disminución de 300 a 70 los productos de la canasta básica exonerados de gravámenes, aprobados en diciembre en "un golpe duro" a la población.
La violencia y la pobreza son los mayores problemas en Honduras: tiene la tasa de homicidios más alta del mundo, 83 por cada 100.000 habitantes, y una pobreza que afecta a más del 70% de los 8,5 millones de hondureños.