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Brasilia
BRASILIA, Yana Marull, (AFP) - Las campanas de todas las iglesias tocando al unísono abrirán este miércoles la fiesta de los 50 años de Brasilia.
Habrá misas, un mundial de voley playa, exposiciones de arte local, fuegos artificiales y acrobacias de aviones de la Fuerza Aérea, en una jornada que cerrará con un concierto animado por la brasileña Daniela Mercury en la monumental avenida de los edificios públicos que identifica a la ciudad.
Mickey Mouse, el Pato Donald y los personajes de la macroindustria Disney pasearán por la monumental avenida como plato fuerte del programa infantil.
"El año pasado había una gran expectativa y la duda era si vendrían Paul McCartney, U2, Madonna, Beyoncé o Roberto Carlos. Una pena en lo que acabó", reclamó una lectora del diario local Correio Braziliense.
Demoledores son los comentarios de los lectores en los periódicos locales: "Brasilia está avergonzada, no quiere fiesta", decía uno, "Cincuenta años de luto", escribía otro.
Hasta la tarde del lunes, los festejos de Brasilia carecían de iluminación y sonido porque la Fiscalía vetó los contratos, desconfiada con su elevado valor.
Fundada hace cincuenta años en los utópicos trazos llenos de idealismo y modernidad del arquitecto Oscar Niemeyer y del urbanista Lucio Costa, la capital de Brasil llega a su cincuenta aniversario sumergida en un gravísimo escándalo de millonarios desvíos de fondos públicos y tráfico de influencias que derrumbaron al gobierno local.
En noviembre, el gobernador José Roberto Arruda, asesores y legisladores fueron mostrados en imágenes recibiendo gruesos fajos de billetes para comprar apoyos políticos.
Arruda pasó dos meses en la cárcel y este lunes asumió un nuevo gobernador, mientras la Fiscalía pide que sea intervenida la gobernación de la ciudad de 2,6 millones de habitantes, declarada Patrimonio de la Humanidad y considerada un referente de la arquitectura brasileña y mundial.
"Esto ha sido un pandemonium. Una sucesión de gobernadores paró la máquina burocrática, los pagos, las decisiones y atrasó todo el cronograma de obras y festejos", dijo a la AFP un funcionario del gobierno local vinculado a las celebraciones, pidiendo anonimato.
Muchos edificios públicos que estaban siendo reformados para el aniversario quedaron a medias, incluidos la catedral y el palacio presidencial.
Instalada en un área desierta en medio del altiplano y la sabana, sin comunicación con el resto del país, Brasilia se convirtió oficialmente en la capital de Brasil el 21 de abril de 1960, tras una faraónica obra que demoró menos de cuatro años en construirse.
Sus grandes características siguen siendo sus gigantescos espacios vacíos y la imponente arquitectura de Niemeyer que dio forma fluida al hormigón, revolucionó los edificios con su lineal modernidad y convirtió las columnas en esculturas.
En tanto, a los 102 años, Niemeyer se dice "triste" por las "disparidades sociales" de la capital.
"Las profundas disparidades sociales que la nueva capital presenta me dejan muy triste", confesó el arquitecto en entrevista via e-mail con la AFP. "Es evidente que comprendo los problemas que derivan de una metrópolis que crece y representa infelizmente el régimen capitalista, con todos sus vicios e injusticias", añadió Niemeyer, que se define como comunista.
Niemeyer, que se recupera de un problema en una vértebra y teme volar, observará los festejos por televisión, aseguró.
Habrá misas, un mundial de voley playa, exposiciones de arte local, fuegos artificiales y acrobacias de aviones de la Fuerza Aérea, en una jornada que cerrará con un concierto animado por la brasileña Daniela Mercury en la monumental avenida de los edificios públicos que identifica a la ciudad.
Mickey Mouse, el Pato Donald y los personajes de la macroindustria Disney pasearán por la monumental avenida como plato fuerte del programa infantil.
"El año pasado había una gran expectativa y la duda era si vendrían Paul McCartney, U2, Madonna, Beyoncé o Roberto Carlos. Una pena en lo que acabó", reclamó una lectora del diario local Correio Braziliense.
Demoledores son los comentarios de los lectores en los periódicos locales: "Brasilia está avergonzada, no quiere fiesta", decía uno, "Cincuenta años de luto", escribía otro.
Hasta la tarde del lunes, los festejos de Brasilia carecían de iluminación y sonido porque la Fiscalía vetó los contratos, desconfiada con su elevado valor.
Fundada hace cincuenta años en los utópicos trazos llenos de idealismo y modernidad del arquitecto Oscar Niemeyer y del urbanista Lucio Costa, la capital de Brasil llega a su cincuenta aniversario sumergida en un gravísimo escándalo de millonarios desvíos de fondos públicos y tráfico de influencias que derrumbaron al gobierno local.
En noviembre, el gobernador José Roberto Arruda, asesores y legisladores fueron mostrados en imágenes recibiendo gruesos fajos de billetes para comprar apoyos políticos.
Arruda pasó dos meses en la cárcel y este lunes asumió un nuevo gobernador, mientras la Fiscalía pide que sea intervenida la gobernación de la ciudad de 2,6 millones de habitantes, declarada Patrimonio de la Humanidad y considerada un referente de la arquitectura brasileña y mundial.
"Esto ha sido un pandemonium. Una sucesión de gobernadores paró la máquina burocrática, los pagos, las decisiones y atrasó todo el cronograma de obras y festejos", dijo a la AFP un funcionario del gobierno local vinculado a las celebraciones, pidiendo anonimato.
Muchos edificios públicos que estaban siendo reformados para el aniversario quedaron a medias, incluidos la catedral y el palacio presidencial.
Instalada en un área desierta en medio del altiplano y la sabana, sin comunicación con el resto del país, Brasilia se convirtió oficialmente en la capital de Brasil el 21 de abril de 1960, tras una faraónica obra que demoró menos de cuatro años en construirse.
Sus grandes características siguen siendo sus gigantescos espacios vacíos y la imponente arquitectura de Niemeyer que dio forma fluida al hormigón, revolucionó los edificios con su lineal modernidad y convirtió las columnas en esculturas.
En tanto, a los 102 años, Niemeyer se dice "triste" por las "disparidades sociales" de la capital.
"Las profundas disparidades sociales que la nueva capital presenta me dejan muy triste", confesó el arquitecto en entrevista via e-mail con la AFP. "Es evidente que comprendo los problemas que derivan de una metrópolis que crece y representa infelizmente el régimen capitalista, con todos sus vicios e injusticias", añadió Niemeyer, que se define como comunista.
Niemeyer, que se recupera de un problema en una vértebra y teme volar, observará los festejos por televisión, aseguró.
