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Política
De hecho, la nueva historia es “vieja”, pero sorprendentemente ha estado “oculta” durante muchos años.
Se trata de un acuerdo de seguridad firmado durante el gobierno inconstitucional de Fuad Siniura en 2006, el gobierno en el que la mayor parte de los libaneses no estaba representada.
Este gobierno inconstitucional firmó un acuerdo de seguridad “secreto” con la Embajada de EEUU en Líbano, dándole a ésta derechos absolutos para “clasificar” a los libaneses y “espiarlos”.
De este modo y una vez más, los libaneses se mostraron en desacuerdo con respecto a conceptos como “soberanía, libertad e independencia”.
Y dado que la historia proviene de los días de la “división”, los políticos han vuelto a sus viejas “posiciones”. El bloque de la “oposición” atacó el acuerdo mientras que el viejo bloque pro-gubernamental optó por defenderlo.
Según el primer grupo, el acuerdo constituye una “flagrante violación” de la soberanía nacional y, por lo tanto, no es aceptable. Además, es muy peligroso, según dijo el presidente del Parlamento, Nabih Berri, a Al Manar, añadiendo que el tema podría tener serias repercusiones.
Sin embargo y según el director general de las Fuerzas de Seguridad Interna, mayor general Ashraf Rifi, todo el tema no es más que una campaña política vacía. Rifi dijo al periódico panárabe As Sharq al Ausat que el acuerdo estaba vinculado a un tema de formación y nada más. Él indicó que las cláusulas recogidas en el acuerdo estaban presentes en todos los pactos similares firmados por los norteamericanos en todas partes.
Se trata de un acuerdo de seguridad firmado durante el gobierno inconstitucional de Fuad Siniura en 2006, el gobierno en el que la mayor parte de los libaneses no estaba representada.
Este gobierno inconstitucional firmó un acuerdo de seguridad “secreto” con la Embajada de EEUU en Líbano, dándole a ésta derechos absolutos para “clasificar” a los libaneses y “espiarlos”.
De este modo y una vez más, los libaneses se mostraron en desacuerdo con respecto a conceptos como “soberanía, libertad e independencia”.
Y dado que la historia proviene de los días de la “división”, los políticos han vuelto a sus viejas “posiciones”. El bloque de la “oposición” atacó el acuerdo mientras que el viejo bloque pro-gubernamental optó por defenderlo.
Según el primer grupo, el acuerdo constituye una “flagrante violación” de la soberanía nacional y, por lo tanto, no es aceptable. Además, es muy peligroso, según dijo el presidente del Parlamento, Nabih Berri, a Al Manar, añadiendo que el tema podría tener serias repercusiones.
Sin embargo y según el director general de las Fuerzas de Seguridad Interna, mayor general Ashraf Rifi, todo el tema no es más que una campaña política vacía. Rifi dijo al periódico panárabe As Sharq al Ausat que el acuerdo estaba vinculado a un tema de formación y nada más. Él indicó que las cláusulas recogidas en el acuerdo estaban presentes en todos los pactos similares firmados por los norteamericanos en todas partes.
