En Bola Preta, el mayor carnaval callejero de Rio, los besos se roban


RÍO DE JANEIRO. - Cerveza de desayuno. Hadas madrinas de 1,90 metros y piernas velludas. Diablos, curas y monjas danzando una frenética samba en armonía. Todo es posible en "Bola Preta", el mayor carnaval callejero de Rio de Janeiro, donde los abrazos son gratis y los besos se roban.



En el centro de Rio, escenario en los últimos meses de protestas contra el gigantesco gasto público en el Mundial de fútbol y por mejoras en salud y educación, el grito de la marea humana no es de reclamo sino de fiesta.

Al ritmo de "Cidade Maravilhosa, cheia de encantos mil", la canción convertida en el himno de esta ciudad que además recibirá en cuatro meses la final de la Copa del Mundo, se dio inicio al multitudinario desfile.

Bola Preta (Pelota Negra) nació en 1918 y, precisamente, lleva como distintivos un lienzo blanco con lunares negros. Casi 100 años después sigue siendo el 'bloco' más esperado del carnaval de Rio.

Se llaman blocos a las fiestas callejeras programadas durante el carnaval en distintos barrios, muchas veces temáticas, en las que el común denominador son la samba, la cerveza, los disfraces y el romance furtivo en medio de la efervescencia del disfrute.

Los organizadores aún no tenían un cálculo de la cantidad de participantes, pero el año pasado congregaron a 1,8 millones de personas, según cifras oficiales.

 

- Tregua a las protestas -

 

La primera pregunta de los periodistas extranjeros a los fiesteros es qué pasa con las protestas por estos días. Y la respuesta es casi siempre la misma: "Deja ese tema a un lado, es carnaval. Estoy feliz y orgulloso de ser carioca", dijo uno de ellos a la AFP.

"Somos personas muy unidas, que tal vez tenemos que romper algunas cosas en el sistema. Pero no ventanas", dice Rosana, de 27 años, que participa de la celebración con una camiseta en la que lleva escrito: "Cree que todo es posible".

El carnaval de Rio también es una oportunidad para el romance que brota naturalmente de un cóctel de intenso calor, alcohol en cantidades industriales y muchas ganas de divertirse en estos cinco días de fiesta.

"Abrazos gratis", ofrece un joven ataviado con disfraz de oso verde. Algunos se acercan, más que para un abrazo, para retratarse con él.

Unos metros después, la cosa es más agresiva. Un grupo de muchachos vestidos con diminutas faldas verdes, al estilo de hadas madrinas, con el torso descubierto y trabajado se abalanzan sobre cada mujer que pasa.

Si la transeúnte se distrae, cae el beso cuya duración depende del grado de descuido de la participante o de si ella así lo quiere. "Chau, amigo", se despide alguna, mientras el resto celebra con gritos y abrazos de gol. En el país del fútbol, no podría ser de otra manera.

Eso sí. El robo de besos no respeta raza, cultura, religión ni sexo. Todo vale en esta democracia de las calles.

"Soy difícil. Dificilísima", reza la camiseta de una muchacha que visita Rio por estos días.

Más allá, entregados a la vida mundana, monjas, curas y diablos beben en una misma calle, haciendo gala de una perfecta tolerancia.

Toda la fiesta ocurre bajo la atenta mirada de la policía, la misma que en los últimos meses se ha enfrentado con manifestantes violentos.

- El culto al cuerpo -

El disfraz es esencial en esta fiesta. Pero, en esta tierra del culto al cuerpo, es imprescindible también lucir los bíceps y el abdomen de "tanquinho".

Un sombrero blanco, un pañuelo al cuello y un diminuto short son suficientes para un adicto al gimnasio que quiere hacerse pasar por un marinero.

Los menos favorecidos o más comilones optan por la creatividad.

Luis Eduardo llegó a Bola Preta con 22 amigos, todos disfrazados de novias. De blanco, con falditas cortas, excesivo maquillaje y hasta un ramo en la mano, vienen desde la zona de Alchita, en el norte de Rio.

"Nos preparamos con mucha anticipación. El año pasado vinimos de hadas, ya estuvimos alguna vez de bailarinas, este año estamos de novias y el próximo año queremos venir de conejitas, ya está todo decidido", explica Luis Eduardo, designado arbitrariamente presidente del grupo por sus amigos.

Y un afrobrasileño, por ejemplo, agujereó su camiseta blanca con círculos perfectos para, con su piel y la tela, representar el distintivo del bloco, formando así un lienzo blanco con "bolas pretas".

Sábado, 1 de Marzo 2014
AFP (Agencia France-Presse)
           


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