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Una colonia
"Impulsaremos las actividades de construcción en toda Judea y Samaria (nombres hebreos de Cisjordania), desde el norte hasta el sur, en pequeños y grandes asentamientos", señala Lieberman en el comunicado, en el que promete impulsar la colonización del territorio palestino "con hechos".
La política palestina Hanan Ashrawi condenó duramente el plan, al considerar que "muestra la verdadera naturaleza del colonialismo israelí, la política de expansión y la anarquía".
Es evidente que las recientes inauguraciones de las embajadas de Estados Unidos, Guatemala y Paraguay en Jerusalén "han animado a Israel a seguir impulsando su proyecto de colonias ilegal y con ello, a completar la anexión de la Cisjordania ocupada".
Israel conquistó en la Guerra de los Seis Días en 1967 Cisjordania y Jerusalén Este, entre otros territorios. Allí siguen viviendo hoy en día más de 600.000 colonos israelíes.
En diciembre de 2016, el Consejo de Seguridad de la ONU exigió a Israel un cese inmediato de la construcción de asentamientos, al considerarlos un obstáculo para la paz y para la creación de un Estado palestino independiente.
Los palestinos quieren crear un Estado propio que englobe Cisjordania, la Franja de Gaza y con Jerusalén oriental como capital. El reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y el traslado de la embajada por parte de Estados Unidos supuso también un duro golpe a ese objetivo.
Tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en enero de 2017 Israel anunció reiteradas veces nuevos planes de ampliación de sus colonias, al sentirse legitimado con un líder afín en la Casa Blanca. Sin embargo, semanas después incluso Trump llamó al Gobierno israelí a la moderación.
Pese a ello, la ampliación de las colonias israelíes en Cisjordania aumentó considerablemente en 2017, según la organización Peace Now. Según sus datos, se construyeron un 17 por ciento de viviendas por encima de la media anual desde 2009.
"La mano libre que Trump ha dado al (primer ministro israelí, Benjamin) Netanyahu daña a Israel y se traduce en actividades de construcción sin freno", dijo la portavoz Hagit Ofran.
La política palestina Hanan Ashrawi condenó duramente el plan, al considerar que "muestra la verdadera naturaleza del colonialismo israelí, la política de expansión y la anarquía".
Es evidente que las recientes inauguraciones de las embajadas de Estados Unidos, Guatemala y Paraguay en Jerusalén "han animado a Israel a seguir impulsando su proyecto de colonias ilegal y con ello, a completar la anexión de la Cisjordania ocupada".
Israel conquistó en la Guerra de los Seis Días en 1967 Cisjordania y Jerusalén Este, entre otros territorios. Allí siguen viviendo hoy en día más de 600.000 colonos israelíes.
En diciembre de 2016, el Consejo de Seguridad de la ONU exigió a Israel un cese inmediato de la construcción de asentamientos, al considerarlos un obstáculo para la paz y para la creación de un Estado palestino independiente.
Los palestinos quieren crear un Estado propio que englobe Cisjordania, la Franja de Gaza y con Jerusalén oriental como capital. El reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y el traslado de la embajada por parte de Estados Unidos supuso también un duro golpe a ese objetivo.
Tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en enero de 2017 Israel anunció reiteradas veces nuevos planes de ampliación de sus colonias, al sentirse legitimado con un líder afín en la Casa Blanca. Sin embargo, semanas después incluso Trump llamó al Gobierno israelí a la moderación.
Pese a ello, la ampliación de las colonias israelíes en Cisjordania aumentó considerablemente en 2017, según la organización Peace Now. Según sus datos, se construyeron un 17 por ciento de viviendas por encima de la media anual desde 2009.
"La mano libre que Trump ha dado al (primer ministro israelí, Benjamin) Netanyahu daña a Israel y se traduce en actividades de construcción sin freno", dijo la portavoz Hagit Ofran.
