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Política
Merkel en el Bundestag
"En el Consejo Europeo todos convenimos que la migración es una tarea que nos atañe a todos (...) y por eso la manera en que se afronte la migración es decisiva para la existencia de Europa, por eso el acuerdo era tan importante", declaró la mandataria hoy en el Parlamento alemán, Bundestag, donde compareció durante el debate general de los presupuestos de 2018.
"Necesitamos respuestas que se ajusten a nuestros valores, respuestas que sean consistentes en el ámbito jurídico y necesitamos respuestas realistas que no abrumen a la gente", se apresuró a decir a continuación.
La migración debe regularse para que los ciudadanos "tengan la sensación de que se está haciendo cumplir la ley y el orden", añadió en un momento en que el acuerdo sellado con sus aliados bávaros de crear centros cerrados para peticionarios de asilo en la frontera con Austria ha desatado fuertes críticas tanto en Alemania como en otros puntos de Europa, especialmente en Viena.
Durante su alocución en la Cámara Baja, Merkel destacó que, pese a las diferentes posturas que se defendieron durante reuniones maratonianas, todos los miembros del bloque convinieron que la solución a la crisis migratoria era una tarea que se debía acometer de manera común.
"El mundo está tan interconectado que los países apenas pueden decidir su futuro por sí mismos. Solo se puede decidir el destino de forma conjunta y eso significa que el futuro de Alemania está vinculado al futuro de Europa", manifestó.
En su intervención, también tuvo palabras de agradecimiento para Turquía, un país con el que la UE firmó en marzo de 2016 un pacto migratorio comprometiéndose a aportar ayudas financieras a cambio de que el país del Bósforo atendiese en su territorio a refugiados sirios que necesitaban protección.
"Tenemos mucho que criticar de Turquía pero lo que Turquía está haciendo por los refugiados de guerra sirios merece todo nuestro reconocimiento", dijo en relación a la labor de Ankara, que entretanto ha acogido a cerca de 3.600.000 refugiados.
Cuatro meses después de asumir la cancillería de Alemania por cuarta vez consecutiva, la dirigente alemana atraviesa por momentos bajos después de que sus aliados bávaros la presionaran a cerrar un acuerdo migratorio que ahora genera reticencias tanto entre sus otros socios en el Gobierno, los socialdemócratas, como en el resto de Europa, especialmente en la vecina Austria.
"Necesitamos respuestas que se ajusten a nuestros valores, respuestas que sean consistentes en el ámbito jurídico y necesitamos respuestas realistas que no abrumen a la gente", se apresuró a decir a continuación.
La migración debe regularse para que los ciudadanos "tengan la sensación de que se está haciendo cumplir la ley y el orden", añadió en un momento en que el acuerdo sellado con sus aliados bávaros de crear centros cerrados para peticionarios de asilo en la frontera con Austria ha desatado fuertes críticas tanto en Alemania como en otros puntos de Europa, especialmente en Viena.
Durante su alocución en la Cámara Baja, Merkel destacó que, pese a las diferentes posturas que se defendieron durante reuniones maratonianas, todos los miembros del bloque convinieron que la solución a la crisis migratoria era una tarea que se debía acometer de manera común.
"El mundo está tan interconectado que los países apenas pueden decidir su futuro por sí mismos. Solo se puede decidir el destino de forma conjunta y eso significa que el futuro de Alemania está vinculado al futuro de Europa", manifestó.
En su intervención, también tuvo palabras de agradecimiento para Turquía, un país con el que la UE firmó en marzo de 2016 un pacto migratorio comprometiéndose a aportar ayudas financieras a cambio de que el país del Bósforo atendiese en su territorio a refugiados sirios que necesitaban protección.
"Tenemos mucho que criticar de Turquía pero lo que Turquía está haciendo por los refugiados de guerra sirios merece todo nuestro reconocimiento", dijo en relación a la labor de Ankara, que entretanto ha acogido a cerca de 3.600.000 refugiados.
Cuatro meses después de asumir la cancillería de Alemania por cuarta vez consecutiva, la dirigente alemana atraviesa por momentos bajos después de que sus aliados bávaros la presionaran a cerrar un acuerdo migratorio que ahora genera reticencias tanto entre sus otros socios en el Gobierno, los socialdemócratas, como en el resto de Europa, especialmente en la vecina Austria.
