Milicianos contrarios a Al Qaida se suman a la insurrección en Irak


BAQUBA, Alí Al Tuajri, (AFP) - Estimándose malqueridos por las autoridades iraquíes, milicianos que habían vuelto sus armas contra Al Qaida, se han sumado de nuevo a la insurrección al norte de Bagdad, aunque el Gobierno minimiza el fenómeno.



Milicianos contrarios a Al Qaida se suman a la insurrección en Irak
"En mi opinión, un 15% de los 14.500 miembros de las Sahwa de la provincia han regresado a Al Qaida", afirma uno de los jefes de esta milicia en la gobernación de Diyala, provincia agrícola de mayoría sunita que fue bastión de Al Qaida.
Tuvieron que sumarse el cambio de posición de los jefes tribales, la creación de milicias locales y unas campañas militares muy violentas para reducir esta formación aunque sin llegar a aniquilarla.
"Puedo asegurarle que Al Qaida tiene espías en nuestras filas y es muy difícil dar con ellos", añade Jalil Al Karji.
Este giro deriva de la "falta de confianza del Gobierno, que nos ha retirado hace un año nuestros permisos de tenencia de armas, de la falta de protección, ya que las fuerzas de seguridad pueden confiscarnos nuestro armamento, y de los impagos o atrasos de nuestros sueldos", asegura este responsable del sector oeste de la provincia.
Aquí, de los 14.500 miembros de los "Hijos de Irak", nombre que reciben los integrantes de "Sahwa" (Despertar en árabe), sólo quedan 7.000 y con frecuencia son blancos de ataques mortíferos de Al Qaida.
"En varias ocasiones, al detener a terroristas, hemos comprobado con sorpresa que seguían trabajando en nuestras filas", confirma Shallal Al Nuaimi, jefe de la milicia en el barrio de Hachmyat en Baqouba, la capital provincial.
"Muchos nos han dejado para buscar trabajo y 2.000 fueron reclutados en la policía y ejército por relaciones personales. Pero algunos se unieron a Al Qaida, de la que eran miembros antes", explica.
Para él, este fenómeno se explica por el hecho de que "las fuerzas de seguridad detienen a nuestro milicianos pretextando su pertenencia pasada a Al Qaida, las familias de nuestras víctimas no cobran ninguna compensación y al mismo tiempo Al Qaida paga 250.000 dinares (210 dólares) por atentado".
El responsable de los Sahwa en Dora, sur de Bagdad, constató un hecho idéntico pero de dimensiones modestas. "Varias decenas de ex miembros nuestros se han sumado a Al Qaida, sobre todo en las regiones agrícolas alrededor de Dora", confía Mohammed Al Gartani.
Había 2.500 miembros de los Sahwa en este lugar antes peligroso y sólo quedan 200. "Más que las deserciones, la caída del número de nuestros miembros es lo que deja terreno libre a Al Qaida", explica.
En cambio, en las dos provincias sunitas de Salahedin y Anbar, no ha ocurrido nada de esto. "No he constatado nada, pero si así fuera, ejecutaría sin piedad a los traidores", jura Jaled Flaih, jefe de los Sahwa en Samarra, a 110 km al norte de Bagdad.
En abril de 2009, Washington, que los financiaba, transfirió la responsabilidad de estos 118.000 milicianos al gobierno iraquí, que se había comprometido a integrar un 20% en sus fuerzas de seguridad, y el resto en la Administración.
Hoy en día, 52.000 siguen en el terreno, según Zuheir Al Chalabi, responsable encargado del expediente de las milicias.
"No hay retrasos en el pago de los sueldos. Además, los 'Hijos de Irak' no son mercenarios sino patriotas que ayudan a los servicios de seguridad", subraya.
Para Ali Al Musawi, consejero del primer ministro Nuri Al Maliki, las informaciones sobre un cambio de posición de una parte de los Hijos de Irak son exageradas. "Existen quizás algunas violaciones por parte de una o dos personas, como puede ocurrir en cualquier servicio de seguridad, pero los 'Hijos de Irak' desempeñan un papel eminente en la protección del país", dice.
Miércoles, 20 de Octubre 2010
AFP (Agence France-Presse)
           


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