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Manifestación contra la contaminación en Paramonga, Perú.
"Las emisiones de las fábricas y la constante quema de cañaverales contaminan a los pobladores, a sus cultivos, el agua que beben, riachuelos en el distrito de Paramonga" (norte), dijo a la AFP Yolanda Falcón, de la Defensoría del Pueblo de las provincias del Callao y Barranca.
Son cuatro fábricas, dos de ellas sin licencia municipal, las que desde hace varias décadas contaminarían Paramonga, a 170 km al norte de Lima y con 28.000 habitantes que viven esencialmente de la agricultura y de los puestos de trabajo que ofrecen esas plantas.
Las fábricas son agroindustriales de producción de azúcar, cartón, papel y otros derivados. "Contaminan a través del humo que arrojan sus chimeneas, y de los deshechos que botan por los desagües que van al mar", precisó Falcón.
"Son partículas oscuras que se impregnan en las viviendas, ropa, comida de los animales y en los cultivos", dijo.
"La zona más afectadas es el Asentamiento Humano Nueva Esperanza, ubicada a 100 metros de una de las plantas, y un centro educativo", aseguró Falcón.
La quema de cañaverales o zafra, un sistema anticuado que se realiza tras la cosecha de la caña de azúcar para limpiar y abonar el terreno sin ningún costo, oscurece al distrito por la cantidad de humo que genera.
"Cae una lluvia de ceniza que cubre el pelo del que circula por las calles, la ropa tendida, las casas, causando problemas respiratorios", según un informe del Hospital de la provincia de Barranca, al que pertenece Paramonga.
"Estas plantas nunca han recibido una sanción o, por lo menos, un llamado de atención de la municipalidad", agregó la defensora.
La Dirección Regional de Salud de Lima y el Hospital de Barranca por pedido de la Defensoría realizaron en 2011 varios estudios y seguimiento de la salud de la población de Nueva Esperanza.
Los resultados arrojaron que los pobladores sufren de cefalea, faringitis, rinitis, diarreas, anemia, dermatitis, hipertensión arterial, neumonía, conjuntivitis, entre otros.
El Ministerio de Agricultura desaprobó en agosto de 2011 el estudio de impacto ambiental presentado por una de las empresas agroindustriales "por estar incompleto y no haber implementado las recomendaciones de la Dirección General de Asuntos Ambientales del ministerio".
"Hasta el momento el acalde de Paramonga viene dilatando las medidas tendientes a cumplir con fiscalizar, controlar las emisiones de humos, gases, ruidos y demás elementos contaminantes, provocando el desconcierto y malestar de la población", informó la defensora.
En el municipio de Paramonga, en tanto, existe cerrado hermetismo sobre la denuncia de contaminación.
Por su parte, los pobladores de Nueva Esperanza anunciaron que si no hay una solución concreta para eliminar la polución, como los deshechos a los desagües y la lluvia de ceniza, iniciarán en las próximas semanas protestas con toma de vías.
"Nadie pide que no existan las fábricas, ya que generan puestos de trabajo y un buen sector de la población labora en ellas, otros son campesinos, pero se les pide cumplir con el estándar de respeto al medio ambiente y la salud de la gente", señaló Falcón.
Son cuatro fábricas, dos de ellas sin licencia municipal, las que desde hace varias décadas contaminarían Paramonga, a 170 km al norte de Lima y con 28.000 habitantes que viven esencialmente de la agricultura y de los puestos de trabajo que ofrecen esas plantas.
Las fábricas son agroindustriales de producción de azúcar, cartón, papel y otros derivados. "Contaminan a través del humo que arrojan sus chimeneas, y de los deshechos que botan por los desagües que van al mar", precisó Falcón.
"Son partículas oscuras que se impregnan en las viviendas, ropa, comida de los animales y en los cultivos", dijo.
"La zona más afectadas es el Asentamiento Humano Nueva Esperanza, ubicada a 100 metros de una de las plantas, y un centro educativo", aseguró Falcón.
La quema de cañaverales o zafra, un sistema anticuado que se realiza tras la cosecha de la caña de azúcar para limpiar y abonar el terreno sin ningún costo, oscurece al distrito por la cantidad de humo que genera.
"Cae una lluvia de ceniza que cubre el pelo del que circula por las calles, la ropa tendida, las casas, causando problemas respiratorios", según un informe del Hospital de la provincia de Barranca, al que pertenece Paramonga.
"Estas plantas nunca han recibido una sanción o, por lo menos, un llamado de atención de la municipalidad", agregó la defensora.
La Dirección Regional de Salud de Lima y el Hospital de Barranca por pedido de la Defensoría realizaron en 2011 varios estudios y seguimiento de la salud de la población de Nueva Esperanza.
Los resultados arrojaron que los pobladores sufren de cefalea, faringitis, rinitis, diarreas, anemia, dermatitis, hipertensión arterial, neumonía, conjuntivitis, entre otros.
El Ministerio de Agricultura desaprobó en agosto de 2011 el estudio de impacto ambiental presentado por una de las empresas agroindustriales "por estar incompleto y no haber implementado las recomendaciones de la Dirección General de Asuntos Ambientales del ministerio".
"Hasta el momento el acalde de Paramonga viene dilatando las medidas tendientes a cumplir con fiscalizar, controlar las emisiones de humos, gases, ruidos y demás elementos contaminantes, provocando el desconcierto y malestar de la población", informó la defensora.
En el municipio de Paramonga, en tanto, existe cerrado hermetismo sobre la denuncia de contaminación.
Por su parte, los pobladores de Nueva Esperanza anunciaron que si no hay una solución concreta para eliminar la polución, como los deshechos a los desagües y la lluvia de ceniza, iniciarán en las próximas semanas protestas con toma de vías.
"Nadie pide que no existan las fábricas, ya que generan puestos de trabajo y un buen sector de la población labora en ellas, otros son campesinos, pero se les pide cumplir con el estándar de respeto al medio ambiente y la salud de la gente", señaló Falcón.
