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El nombramiento de Mubarak, mediante decreto, tuvo lugar dos semanas más tarde de la fecha fijada en el acuerdo de alto el fuego entre las autoridades yemeníes y diferentes facciones políticas, apadrinado por Naciones Unidas, y que preveía también la retirada de los rebeldes de Saná, su desarme y la reanudación del proceso de transición política.
"Rechazamos con fuerza este nombramiento, que no corresponde con la voluntad nacional ni responde a la del pueblo", declaró la oficina política de Ansarualá en un comunicado.
"Esta nominación es la expresión de una voluntad exterior, que niega la soberanía nacional y viola la regla de consenso que debe presidir el proceso de transición política", añadió.
Mubarak, quien dirigía desde hace meses el gabinete del presidente Hadi, desempeñó con anterioridad las funciones de secretario general del diálogo nacional. Este alto funcionario, nacido en Adén (sur) y diplomado en gestión por la universidad de Bagdad, fue uno de los candidatos del Movimiento Sudista al organismo del diálogo nacional.
Tras el acuerdo de tregua, los rebeldes chiitas, provenientes de su feudo en el norte de Yemen, buscan reforzar su influencia en Saná, donde desplegaron patrullas armadas.
La entrada en Saná de estos rebeldes dificulta un poco más la transición política iniciada en este país tras la marcha negociada en 2012 del ex presidente Alí Abdalá Saleh, en el marco de las revueltas árabes.
Yemen también es escenario de violencias, debidas a grupos armados vinculados con Al Qaida y a ataques del Movimiento Sudista, que milita por el resurgimiento de Yemen del Sur, país independiente hasta 1990.
