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El acuerdo debe ser votado este miércoles por el consejo de administración de Repsol, pero los inversores anticiparon su aceptación dado que en su negociación participaron grandes accionistas como el banco español CaixaBank y la petrolera pública mexicana Pemex, que poseen 12,02% y 9,34% del capital accionario, respectivamente.
La acción de la petrolera española ganó 4,28% a 19,345 euros al cierre de la bolsa de Madrid en un mercado en alza de 0,26%.
En Buenos Aires, los títulos de YPF reaccionaron al anuncio con un alza de 11,40% e impulsaron el índice líder Merval al récord de 5.696,21 puntos.
La compensación por el 51% del paquete controlante de YPF expropiado por el gobierno argentino en abril de 2012 sería, según fuentes cercanas al caso, de unos 5.000 millones de dólares en forma de deuda argentina, lejos de los 10.000 millones que reclamaba Repsol pero mucho más de lo que preveían los analistas.
Fuentes oficiales argentinas citas por la prensa en el país sudamericano, desestimaron esa cifra de 5.000 millones.
"El mercado tenía por descontado que Repsol no iba a recibir nada", explica a la AFP Natalia Aguirre, directora del departamento de análisis de la firma de corretaje Renta4. "El acuerdo evita un largo proceso judicial al cabo del cual Repsol podría haber recibido una suma similar", agrega, advirtiendo que es pronto para hacer una valoración porque se desconocen los detalles del pacto.
El acuerdo, alcanzado el lunes en Buenos Aires por el nuevo ministro de Economía argentino Axel Kicillof, el ministro español de Industria José Manuel Soria, y el director general de Pemex, Emilio Lozoya, cerraría un conflicto que causó fuertes tensiones entre Madrid y Buenos Aires y entre accionistas de Repsol.
Lozoya había criticado el 5 de noviembre la gestión de Repsol y quince días más tarde arremetió directamente contra su presidente, Antonio Brufau, acusándolo de tener un sueldo muy elevado.
Según el diario español El Economista, YPF y Pemex se habían aliado para llevar a cabo una "operación de acoso" a Brufau con la intención de "lograr que Pemex pueda participar en el yacimiento argentino de Vaca Muerta".
Vaca Muerta es un megayacimiento de hidrocarburos no convencionales de 30.000 km2, situado en las provincias de Neuquén (sudoeste) y Mendoza (oeste), con reservas estimadas en 22.800 millones de barriles de petróleo. Fue descubierto por Repsol a finales de 2011 y se convirtió en la principal manzana de la discordia en el proceso de estatización.
La extracción de esas reservas precisa una enorme inversión que Argentina no puede afrontar, por lo que, en los últimos meses, YPF firmó convenios de explotación con las estadounidenses Chevron y Dow Chemical, la alemana Wintershall y la chino-argentina Bridas.
Brufau, que desde el primer momento atribuyó la expropiación al enorme potencial de este activo, llevó al Estado argentino ante el arbitraje internacional y ante tribunales de Estados Unidos, España y Argentina y amenazó con demandar a toda petrolera que invirtiese en Vaca Muerta; es un problema que desaparecería con el acuerdo de compensación.
Se terminarían también los dolores de cabeza de Repsol, que tras la expropiación de YPF emprendió una estrategia de venta de activos para recentrar su actividad en la exploración y producción de nuevos yacimientos, con inversiones de 19.000 millones de euros en el período 2012-2016.
"Ellos ya habían pasado página en el sentido estratégico", pero "esto les permite dar un paso adicional y olvidarse" de YPF, dice Aguirre.
El grupo español anunció en julio el descubrimiento en la primera mitad del año de nuevos yacimientos de petróleo en Alaska (EEUU), Brasil, Rusia y Argelia, así como una "intensa campaña de exploración en Brasil, Canadá, Estados Unidos, Libia y Colombia".
El principio de acuerdo llega una semana después de la reaparición pública de la presidenta Cristina Kirchner tras sus problemas de salud y de una remodelación ministerial que puso a las riendas de Economía a Kicillof, quien desempeñó un papel clave en la estatización de YPF, acusando a Repsol de no invertir lo suficiente en un país con déficit energético.
