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"No podemos empezar cualquier solución política mientras el terrorismo siga incontrolado en Siria," dijo el canciller Walid Mualem ante la Asamblea General de la ONU.
La declaración acabó con las perspectivas de una reanudación de las conversaciones de paz en un futuro próximo pese a los esfuerzos del enviado de paz de la ONU, Staffan de Mistura, que fue nombrado en julio para volver a iniciar negociaciones.
Mualem descalificó a la oposición siria reconocida por Occidente para abordar las conversaciones de paz, diciendo que le falta credibilidad y sigue "órdenes de sus amos de Occidente".
"Estamos abiertos a una solución política en Siria, con una oposición real (...). Esto no depende del exterior", dijo el ministro.
Las potencias occidentales están intensificando la ayuda a la oposición siria moderada, incluida la formación militar que proporcionará Estados Unidos a fin de poner más fuerza rebelde en el terreno para enfrentar a los yihadistas.
Mualem arremetió contra los países que apoyan a los grupos islamistas, en un ataque implícito a los países del Golfo desde donde el llamado Estado Islámico (EI) y el Frente al Nosra reciben respaldo financiero y militar.
El jefe diplomático sirio sostuvo que el combate a la amenaza islamista "es ciertamente posible a través de ataques aéreos" como los que realiza una coalición internacional comandada por EEUU contra posiciones yihadistas en Siria y que ya habían comenzado en agosto en Irak.
Sin embargo, destacó que "lo más importante para ello es detener a los estados que arman, apoyan, entrenan, financian y contrabandean para esos grupos terroristas".
El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución para exigir a los países que emprendan acciones con el fin de sofocar los medios financieros y el flujo de combatientes extranjeros que reciben esos grupos.
