Una reserva indígena de Quebec expulsa a sus residentes blancos


Pauline Labelle es blanca, Alvin Delisle es un indígena mohawk. Viven juntos desde hace 10 años pero deberán separarse: el consejo que dirige la reserva de Kahnawake, cerca de Montréal, decidió que los no amerindios deben abandonar el lugar.



Kahnawake
Kahnawake
KAHNAWAKE, Fabrice Hoss, (AFP) - "Claro que es racismo", afirma Pauline Labelle. "Me expulsan porque soy blanca". En total, 25 cartas de expulsión fueron dirigidas a habitantes no autóctonos de la reserva.
Los argumentos invocados son la defensa de la identidad mohawk, amenazada por la proliferación de parejas mixtas, y el rechazo a compartir con los blancos el exiguo territorio de la reserva, donde viven más de 6.000 personas, y sus privilegios fiscales.
La pareja de sexagenarios se rebela contra lo que le ocurre, pero no ve cómo defenderse.
En el pasado, el pueblo mohawk fue maltratado, es verdad, afirma Alvin Delisle. "Y ahora nosotros maltratamos a su vez a los que están aquí. No tiene ningún sentido".
Pero para los defensores de la identidad de las Primeras naciones, las expulsiones -una tendencia que no es nueva en las reservas- se justifican por la Ley sobre los Indígenas, el marco legal creado por las autoridades canadienses.
Para uno de los jefes de la reserva, Martin Leborgne, quienes deben partir "no son autóctonos" y "no tienen el derecho de residir aquí".
"No es una acción linda pero es su gobierno, su gobierno blanco, el que nos puso en reservas solo para autóctonos", afirma.
Interrogado en Montreal, el profesor de derecho constitucional Jean Leclair reconoce que el código de pertenencia adoptado en Kahnawake es "radical", incluso "idiota", ya que exige que un residente tenga 50% de sangre mohawk. Pedir a los extranjeros integrarse a la cultura mohawk habría sido más razonable, estima, aunque afirma que comprende las motivaciones del consejo.
"Es una política racial. Pero los autóctonos no pueden hacer otra cosa que tener una preocupación racial, si no, van a desaparecer. Uno de cada dos autóctonos se casa con una no autóctona", recuerda el profesor universitario.
En la oficina de correos de la reserva, los jefes organizan un sondeo para aprobar la decisión. Algunos, como Clint Meloche, la aprueban. "No tienen derecho a vivir en nuestra tierra para beneficiarse del sistema fiscal" especial, dice el Mohawk.
Pero Ellen Gabriel, presidenta de la asociación de mujeres autóctonas de Québec no está de acuerdo. "El peligro es la ruptura de la unidad familia y la violación de los derechos humanos".
El tema generó polémica en Canadá. "¿Separar familias en nombre de la pureza de sangre? Hay una palabra para eso y es racismo", afirma una editorialista del diario La Presse, Lysiane Gagnon.
Pero el gobierno de Ottawa, que tiene el derecho de anular cualquier decisión del consejo indígena contraria a las leyes, decidió abstenerse.
"Se trata de un tema interno a la Primera nación que está encargada de gobernar su colectividad en lo que concierne a las opiniones de expulsión", dijo a la AFP Geneviève Guibert, portavoz del ministerio de Asuntos indígenas del Norte canadiense.
En teoría, los expulsados podrían invocar la Carta canadiense de derechos y libertades que proscribe todo tipo de discriminación. Pero en lo que concierne a las decisiones de los consejos, solo será posible a partir de 2011.
Demasiado tarde para Pauline, que debe abandonar Kahnawake en pocos días. Para verla, Alvin podrá acudir a un pequeño apartamento que alquila del otro lado del río.
Martes, 2 de Marzo 2010
AFP, Agence France-Presse
           


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